“La igualdad no ha sido reconocida al mismo nivel que otros valores universales, como la libertad”

El delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, afirmó ayer que “la igualdad todavía no ha sido conseguida, ni reconocida, al mismo nivel que otros valores universales, como la libertad”. De hecho, considera la construcción de la desigualdad entre hombres y mujeres como parte de un modelo jerarquizado basado en el referente de los hombres.

Lorente realizó estas declaraciones durante el transcurso del seminario “La violencia de género: Análisis de la realidad”, que organiza el Centro Olavide en Carmona y en el que impartió la conferencia inaugural “Violencia de género: Acciones y reacciones”.

“La estructura jerarquizada y basada en la desigualdad otorga poder y posiciones de ventaja a la persona que está arriba, por lo tanto los hombres no quieren renunciar a ella. Por ello, utilizan esa autoridad para resolver conflictos de pareja o problemas sociales. Cuando esa autoridad es cuestionada y un hombre dice ‘porque lo digo yo’, el paso siguiente es la agresión”, afirmó el delegado del Gobierno.

Según declaró, los hombres que siguen el modelo tradicional impuesto por la sociedad obtienen más ventajas sociales “porque se pueden dedicar a trabajar, ir a reuniones, tomar copas… Hace algunos años, todos los chicos jóvenes querían ser Mario Conde. Sin embargo, lo que no se dice es que detrás de esos hombres hay una mujer que le ayuda, le plancha los trajes, le cuida los hijos…”.

Lorente aseguró también que cuando se produce un cuestionamiento de este modelo en sentido crítico, se produce una reacción por parte de los sectores de poder para detener la lucha por la igualdad de las mujeres. En este sentido, destacó como logros muy importantes del feminismo las leyes del divorcio no culpable, que permitieron a las mujeres divorciarse sin el permiso del marido; el control de la fertilidad, la libertad sexual y la incorporación de la mujer a la vida laboral.

“Estos hechos modificaron la imagen de la mujer en la sociedad y supusieron un gran avance para conseguir su autonomía e independencia, lo que ha provocado un cambio social completo y radical. Ya no hay asignación de roles de mujeres y hombres a determinadas funciones, sino que hay muchas formas de ser mujeres y hombres. Todo esto ha provocado la llegada del posmachismo, que no es más que el intento de recuperar los valores tradicionales para intentar mantener el espacio de poder y control que han tenido los hombres”, según Miguel Lorente.

Para ello, el delegado del Gobierno para la Violencia de Género aseguró que se utilizan argumentos como que a pesar de todos los cambios producidos en beneficio de la igualdad, los problemas continúan, lo cual demuestra que el planteamiento de la desigualdad no es la causa. También culpan a la mujer de nuevos problemas y más graves como consecuencia de los cambios, como el tener a los mayores en residencias, el abandono de los hijos… En definitiva, el posmachismo supone mantener las referencias clásicas de la cultura patriarcal, concluyó Lorente.