Hablar es un hecho natural. Vivir en sociedad exige una continua interrelación con los demás, de manera que, ese ejercicio cotidiano, nos permite afirmar que todos y todas hablamos en público. Pero una cosa es hablar y otra, bien distinta, comunicar. Muchas personas cuentan con un carisma innato y una cierta facilidad de palabra que les predispone favorablemente; otras experimentan inseguridad, rechazo, cierta angustia, incluso miedo a hablar ante un auditorio más o menos numeroso. El taller pretende no solo potenciar habilidades comunicativas y facilitar el aprendizaje de la expresión en público, sino que trata de contribuir al desarrollo de la personalidad de los participantes a través de una llamada, respetuosa e inclusiva, a sus propias capacidades innatas. Se trata, en suma, de apelar al acervo de cada persona (que puede no saber algo porque antes no lo aprendió) para integrar ese nuevo conocimiento en su personalidad con la intención de fortalecerla.