1. Influencia de la Edad (conjunto de España)
2. Influencia de Cohorte de nacimiento (conjunto de España)
NOTA METODOLÓGICA
A partir de distintas olas de la Encuesta Nacional de Salud y la Encuesta Europea de Salud en España, se calcularon modelos jerárquicos edad-período-cohorte con la finalidad de explorar cómo se comporta la adopción de distintas prácticas a medida que se envejece, así como la existencia de posibles efectos contextuales atribuibles a la cohorte de nacimiento. Todo ello en línea con el objetivo de mejorar nuestra comprensión sobre la configuración de los patrones de envejecimiento saludable entre distintos grupos sociales.
EVIDENCIAS SOBRE LA INFLUENCIA DE LA EDAD:
Los resultados indican que el sedentarismo (Gráfico 1.1) disminuye hasta la mediana edad y luego comienza a incrementarse de forma significativa a medida que se van cumpliendo años. Las mujeres tienen más probabilidad que los hombres de llevar una vida sedentaria a lo largo de todo el proceso de envejecimiento. Según la clase social, se observa que las diferencias son imperceptibles en los primeros años de la adultez, sin embargo, emerge un claro gradiente social en el sedentarismo a partir de la mediana edad que se mantiene durante todo el proceso de envejecimiento, en dicho gradiente se aprecia como las clases altas son menos sedentarias que las medias y estas, a su vez, menos sedentarias que las bajas.
La probabilidad de tener una dieta más saludable aumenta a medida que se envejece, aunque en las edades más avanzadas se produce una pérdida de calidad en la dieta (Gráfico 1.2). Las mujeres parecen tener una dieta más saludable que los hombres en todas las franjas de edad. Según la clase social, se observa como las clases altas y medias tienen mayores puntuaciones en el índice de alimentación saludable comparadas con la clase baja, sin embargo, las personas de clase media parecen empeorar su alimentación igualándose a las de clase baja a partir de los 65 años en adelante.
El tabaquismo desciende significativamente con la edad tanto para los hombres como para las mujeres (Gráfico 1.3). Según la clase social no se observan diferencias significativas en la influencia de la edad.
El consumo medio diario de alcohol es más elevado en hombres que en mujeres en todas las edades (Gráfico 1.4). Aumenta ligeramente hasta los 40-50 años para luego descender en las edades más avanzadas. Por clases sociales se da un descenso más acusado en las clases bajas y medias comparadas con las altas en edades avanzadas.
EVIDENCIAS SOBRE LOS EFECTOS DE COHORTE:
Se está produciendo un descenso del sedentarismo en las cohortes nacidas a partir de los años 70-80, sin embargo este descenso no se produce con la misma intensidad entre las distintas clases sociales, emergiendo diferencias significativas en el sedentarismo entre las cohortes más jóvenes (Gráfico 2.1).
La calidad de la dieta está empeorando entre las cohortes más jóvenes, sin embargo este proceso parece condicional a la clase social. Las cohortes más recientes de clases sociales bajas y medias están empeorando la calidad de su dieta de forma más acusada que las de clase alta (Gráfico 2.2).
Como se aprecia en el gráfico 2.3, en cuanto al tabaquismo existen importantes efectos de cohorte. Los hombres nacidos a partir de la década de los 70 han reducido su probabilidad de fumar, fenómeno que sólo comienza a suceder entre las mujeres nacidas en la década de los 90. Estos efectos de cohorte también son diferentes según la clase social, ya que el abandono tabáquico se comienza a producir en las cohortes nacidas en la década de los 60-70 en los grupos de clase social alta, mientras que en entre las clases medias y bajas dicho descenso es menos acusado, y sólo apreciable en las cohortes nacidas entorno a la década de los 80.