RESEÑA
Revista de Historia del Arte, nº 29 (2023): 214-216 eISSN: 2659-5230. https://doi.org/10.46661/atrio.10978
Franco Llopis, Borja, y Francisco J. Moreno Díaz del Campo, coords.
Un mar de objetos, un mar de personas. El Mediterráneo en las Edades Media y Moderna
Granada: Editorial Universidad de Granada, 2024, 284 págs.
ISBN: 978-84-338-7323-1
El mar Mediterráneo lejos de ser frontera, fue en las edades Media y Moderna un espacio vivo, un lugar de tránsito habitado por individuos y mercancías que iban y venían, estableciendo lazos entre las sociedades híbridas que poblaban sus orillas. Para navegar por su historia nos servimos del presente volumen, editado por la Universidad de Granada y coordinado por Borja Franco Llopis y Francisco J. Moreno Díaz del Campo, cuya publicación coincide con el culmen de un Proyecto Estatal dedicado a la visión del otro en los siglos XVI al XVIII (PID2019-105070GB-I00 Antes del Orientalismo. Figuras de la alteridad en el Mediterráneo de la edad moderna: del enemigo interno a la amenaza turca).
El patache ibérico elegido para ilustrar la portada del libro lo presenta al lector precisamente como una suerte de barco, con el que viajar desde la esquina más íntima del hogar morisco donde una simple alfombra constituía un último y clandestino reducto de fe, hasta la sublime puerta donde el genovés Gio. Agostino Durazzo es obsequiado a su llegada con un caftán con el que luego será retratado. Y es que, a pesar de la intención de separar el contenido en dos bloques diferenciados que atendieran a las personas, por un lado, y a los objetos, por otro, el inevitable solapamiento de ambos es signo de que las relaciones humanas siempre han tenido una importante dimensión material. Así, doce investigadores de universidades de Estados Unidos, Italia, España y Croacia presentan aquí diez estudios de caso que, aunque cargados de particularidades locales, ordenadamente dispuestos ofrecen un panorama común caracterizado precisamente por su heterogeneidad. Y es que, como se afirma en el “Pórtico” que abre el libro y acoge al lector –al viajero–, los constantes intercambios que se dieron en los territorios que baña el Mediterráneo lo definieron como “lugar de reciprocidades mutuas”, una realidad histórica que en nuestro presente parece estarse olvidando.
La primera parte del libro lleva por título “Un mar de personas”, y se inicia con una profunda reflexión en torno al cuerpo como entidad individual y colectiva, concreta y abstracta, donde el autor propone una revisión de los textos para una mayor comprensión de las sensibilidades históricas. Seguidamente, dos estudios nos sitúan en la península ibérica y tratan la cuestión morisca, primero con relación al imaginario popular en el que lo “moro” se asociaba al colorido y la multitud, luego analizando los matrimonios mixtos como vínculos de coexistencia y transferencia al tiempo que generadores de conflicto. Finaliza este bloque con los periplos de dos italianos que viven en primera persona la compleja idiosincrasia de las ciudades portuarias mediterráneas y las relaciones interculturales entre las esferas de poder, rastreables en pinturas como las de Frans Luyckx (pág. 93) o Gio. Lorenzo Berlotto (pág. 100), donde el acento se pone sobre los ricos textiles del “otro”. Porque estos personajes viajeros, además de entre personas, estaban sumidos en “Un mar de objetos” que titula el segundo bloque. Atravesamos aquí los umbrales de las puertas de moriscos, cristianos y mudéjares para conocer diferentes formas de habitar, defender, sentir y vestir una casa, cargadas de identidad y resistencia. Mismas emociones que salen a la calle en los coloridos trajes de las mujeres moriscas que, rescatados de los documentos, han sido devueltos a la vida en unas fantásticas recreaciones virtuales (págs. 217-221). También la figura femenina y su atuendo protagonizan un estudio que reflexiona sobre las cautivas y su cosificación en relación con los bienes con los que a menudo compartían rutas comerciales y cuya obtención estuvo vinculada a la esclavitud, como fue el caso de las perlas. Ambos trabajos demuestran la capacidad que tenía la vestimenta para expresar ideas que se encontraban fuera de sí misma, como una vida dejada atrás o el mestizaje que subyace en La Gran Sultana de Cervantes. Finalmente, arribamos en el extremo oriental del Mediterráneo, donde la conservación y reutilización de bienes islámicos y su influencia en las artes locales es signo del diálogo establecido a lo largo del tiempo desde la península ibérica hasta el Adriático, del cual hoy son depositarias las instituciones museísticas.
Terminada la travesía por las páginas de este libro, el lector es consciente del vasto abanico de fuentes manejadas por sus autores que va desde las ricas novelas del Siglo de Oro español hasta la más sobria documentación inquisitorial, pasando por inéditos relatos de viajes o inventarios post mortem que sobreviven custodiados en archivos como auténticos retratos de los espacios domésticos de la época. Su riguroso y acertado estudio hace que estas fuentes funcionen de mástil y velas con las que navegar por el pasado. Invito encarecidamente al público a embarcarse en esta aventura.
Laura Ferrer Galbán
Universidad de Granada, España