Sobre
Sebastián de Pesquera y Claudio de León, vidrieros de la Catedral de Sevilla
Juan Antonio Gómez
Sánchez
Universidad de Sevilla.
España
atrio, 15-16 (2010)
ISSN: 0214-8289 p. 5 - 26
Resumen: En este artículo se dan a conocer nuevas noticias
documentales y obras de los maestros vidrieros Sebastián de Pesquera y Claudio
de León, activos en Sevilla en el último tercio del siglo XVI y primero del
siguiente. En un periodo en el que la actividad de los artistas del vidrio en
Sevilla se creía hasta ahora reducida a la labor restauradora de ventanales más
antiguos, la obra de ambos representa una limitada pero cierta continuidad en
la creación de nuevas vidrieras historiadas respecto al floreciente periodo anterior.
Palabras clave: Vidriera, Catedral de Sevilla, Parroquia de San Nicolás
de la Villa. Córdoba, Sebastián de Pesquera, Claudio de León, José Huelva.
Abstract: This
paper examines new documents and works by the stained glass masters
Sebastián de Pesquera and Claudio de León, who worked in Seville in the last
third of the XVIth Century and the first third of the
following Century. In a period in which the activity of the stained glass
artists working in Seville was previously thought to be reduced to the
restoration of older windows, the work of both artists represents a limited but
certain continuity, in regard to the previous flourishing period, in the
creation of new historiated stained glass windows.
Key words: Stained glass, Seville Cathedral, Church of San Nicolás de
la Villa. Córdoba, Sebastián de Pesquera, Claudio de León, José Huelva.
Durante el siglo que va desde las
primeras noticias documentales en 1478 hasta 1577 se sucedieron en la obra de
las vidrieras de la Catedral de Sevilla una serie prácticamente ininterrumpida
de maestros de importancia capital en la historia de la vidriera española
gótica y renacentista1. Tanto Enrique Alemán (doc. 1478-1479) como
Juan Jacques (1510-1520), Arnao de Vergara (1525-1537),
Arnao de Flandes (1534-1557), Carlos de Brujas
(1558-1559) o Vicente Menardo (1560-1577), entre
otros vidrieros de menor trascendencia, concentraron su labor durante sus
respectivas estancias en la ciudad en el cerramiento translúcido de los ventanales
de este edificio, completando un programa que en sus líneas generales pudo
estar previsto desde los primeros momentos en que fueron ejecutándose las
vidrieras. Este programa estaba básicamente concluido a la muerte del último de
ellos, por lo que la obra de los vidrieros que les sucedieron fue
fundamentalmente restauradora. De hecho, en el estudio fundamental de Nieto
Alcaide dedicado a las vidrieras de la Catedral de Sevilla, aparte de algunas
vidrieras muy simples, generalmente con motivos geométricos o heráldicos, del
siglo XVIII, y de las modernas que fueron asentadas en los siglos XIX y XX,
sólo se señala la ejecución de una vidriera historiada posterior a estos
artistas, la que realizó Juan Bautista de León para la Capilla de San Antonio
en 16572.
No es éste un panorama
exclusivo de la Catedral sevillana, sino extensible a la historia del arte de
la vidriera en toda Europa, donde a partir de 1570 puede darse por terminado el
periodo de esplendor anterior, para encontrarnos con una etapa casi de completo
vacío en la historia de la vidriera como un arte creativo en lugar de una mera
artesanía; en palabras de Nieto, la vidriera habría pasado entonces de “objeto
artístico a solución de cierre”3. Las conclusiones de Nieto
Alcaide, ya apuntadas por Gestoso, siguen siendo perfectamente válidas, pero al
menos en el caso de la vidriera sevillana es posible señalar que sí se produjo
una cierta continuidad en la creación de nuevas vidrieras pintadas, aunque las
oportunidades fueran ocasionales, en la obra de dos maestros hasta ahora
tenidos por simples restauradores de vidrieras más antiguas: Sebastián de
Pesquera y Claudio de León. Aunque en el caso del primero al parecer no se
conserva o no hemos podido identificada ninguna de las vidrieras nuevas que realizó,
no ocurre lo mismo en el segundo de ellos, del que hemos documentado alguna de
las todavía hoy existentes en la Catedral hispalense.
Sebastián de Pesquera, probablemente flamenco como buena parte de los maestros vidrieros activos en España en el siglo XVI, está documentado en Sevilla entre 1559 y 15824. Las primeras referencias nos hablan de reparaciones de algunas vidrieras más antiguas en la Catedral de Sevilla, por las que se le hicieron varios libramientos en 1559 y 15605. En sus planes pudo entrar el suceder a Arnao de Flandes (+ 1557) y al malogrado Carlos de Brujas (+ 1559) como vidriero de la Catedral, pero la llegada del también flamenco Vicente Menardo, a quien se le pagaba en 1560 la excepcional vidriera de la Conversión de San Pablo antes de ser recibido oficialmente como “vedriero de la Santa Yglesia” en 1565 truncaría la carrera de Pesquera al servicio del Cabildo. Al menos por el momento.
Así, a partir de 1560
Sebastián de Pesquera hubo de dirigir su trabajo a una clientela diferente
fuera del ámbito de la Catedral de Sevilla. Una clientela que, si hemos de
juzgar por la documentación de la que disponemos, fue poco o nada proclive a
encargar vidrieras historiadas. Y en efecto, las escasas noticias que de él
tenemos en los años siguientes sólo nos informan de la hechura en 1564 de una
ventana para la sacristía de la Prioral de Santa María de Carmona,
probablemente sin pintar dada la exigua cantidad de seis ducados que se le pagó
por su trabajo6, y de las tres que realizó entre 1571 y 1572 para la
Sala del Cabildo Alto del Ayuntamiento de Sevilla, que debieron ser también
blancas o en todo caso con motivos heráldicos7. Otra circunstancia
que merece la pena tener en cuenta es la competencia directa deVicente Menardo, que no sólo le
habría cerrado las puertas para trabajar en la Catedral, sino que trabajó
también para los mismos patronos, en su caso el Cabildo secular de Sevilla o la
iglesia de Carmona8.
No obstante, un concierto
localizado en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla viene a paliar esta
ausencia documental en estos años de la carrera del maestro vidriero, y también
a modificar la concepción que se tiene de él como un simple restaurador de
vidrieras anteriores. Aunque el encargo no le vendría de Sevilla y su
arzobispado, sino de Córdoba, una ciudad donde no existía una “tradición”
(aunque fuera importada) comparable a la de la vidriera hispalense. El 30 de
octubre de 1570 el clérigo Martín de laVega,
beneficiado y mayordomo de la parroquia de San Nicolás de la Villa de Córdoba,
estante en Sevilla, encargaba a Sebastián de Pesquera, maestro de hacer
vidrieras vecino de Sevilla en la collación de San Esteban, cuatro vidrieras “buenas,
finas e bien hechas en toda perfyçión como conviene a
buena obra de vedrieras” para la iglesia cordobesa, tres de
ellas circulares y la cuarta rectangular9. Las tres primeras eran de
vidrio pintado, representando la de mayor tamaño al Crucificado con la Virgen y
San Juan Evangelista, “muy bien pintado
y fygurado”, otra a San
Martín “cavallero en un cavallo partiendo la capa con un pobre” y la
tercera a San Nicolás “obispo, vestido
de pontifycal con su mytra,
capa y adereço como convyene”,
cada una de ellas con una guarnición circular de grutescos en amarillo (de
plata) y festones “de varias colores” alrededor, siendo la cuarta
vidriera, rectangular, de vidrio blanco. Sebastián de Pesquera se comprometía a
terminarlas en el plazo de tres meses y medio por un precio de tres reales y un
cuartillo cada palmo de vidrio, precio en el que se igualaban tanto los
pintados como los blancos, estos últimos mucho más baratos en comparación10.A
su cargo quedaba también la hechura de la red de alambre para proteger las
vidrieras hacia el exterior, a real el palmo. Para asentarlas debían acudir él
mismo y un oficial a Córdoba durante una semana, cobrando a razón de dos
ducados diarios. El coste del asiento de las vidrieras quedaba a su cargo, si
bien los gastos de emplear a un cantero y varios albañiles para asentar las
barras y redes correrían de parte de la iglesia. Como adelanto del monto total
Pesquera recibía el día del contrato treinta ducados.
Por las medidas que se
facilitan en el contrato cabe pensar que la vidriera de la Crucifixión, de
335,7 cms. de diámetro aproximadamente, sólo pudo
estar destinada al rosetón de la fachada principal, completamente transformada
en el siglo XVIII. El ventanal de San Martín (165,25 cms.
aprox.) y el de San Nicolás (125,25 cms. aprox.) son
algo más difíciles de ubicar, pero uno u otro debieron cerrar los vanos
circulares laterales de la fachada o el que se abre sobre el arco toral de
acceso al presbiterio, mientras que la cuarta ventana, sin pintar,
probablemente iluminaría la sacristía11. En cualquier caso, como
ocurre con cualquiera de las vidrieras contratadas en el siglo XVI fuera de la
Catedral de Sevilla, ninguna de las concertadas por Sebastián de Pesquera para
la parroquia cordobesa se conserva en la actualidad.
Este periodo de la
carrera de Sebastián de Pesquera terminaría tras la muerte de Vicente Menardo en 1577.A partir del año siguiente, hasta 1582, su
nombre estará asociado de forma continuada a la Catedral de Sevilla, edificio
en el que llevó a cabo una labor de restauración poco menos que ingente. Con
todo, a la luz de la documentación de las vidrieras de San Nicolás de Córdoba,
creemos que es posible una relectura diferente a la que hasta ahora se ha hecho
de la documentación ya conocida procedente de los libros de fábrica de la Catedral
sevillana, y determinar que Pesquera ocasionalmente también realizó vidrieras
nuevas con historias para este edificio, aunque a la larga éstas no correrían
mejor suerte que las que había realizado anteriormente en Córdoba.
De hecho, la primera
obra que realizó por orden del Cabildo en esta su segunda etapa al servicio de
la Catedral fue una nueva vidriera historiada: de forma puntual, ya que no
existiría en ese momento en la Catedral la necesidad de tener un vidriero
asalariado, en 1578 se le pagó por una vidriera redonda para la Capilla de la
Virgen de la Antigua, que ha de ser la misma para la que ejecutaron “medio
cartón” los pintores Luis Hernández y Vasco Pereira12. Dicha
vidriera, que ya hubo de ser reparada por su sucesor Mateo Martínez en 1591-
159213, desaparecería hacia 1734, cuando se decidió “rasgar
perpendicularmente” la ventana ampliándola hasta la cornisa de la capilla14.
Sin embargo, a partir de
1579 sus expectativas de trabajo en el edificio cambiarían sustancialmente a
raíz de un suceso muy concreto. El reparo de vidrieras anteriores siempre había
sido naturalmente una obligación para todos los maestros vidrieros que le
precedieron, labor que alternaban con la creación de nuevas vidrieras a medida que avanzada el programa iconográfico de los ventanales del
edificio, pero en el caso de Pesquera este trabajo restaurador es uno de los
más extensivos y mejor documentados en los libros de fábrica de la Catedral. Su
dedicación exclusiva en un corto periodo de tiempo a la reparación de vidrieras
dañadas estaría condicionada por la “desgracia lastimosíssima”
de la explosión de los molinos de pólvora de Triana el 18 de mayo de 1579. Uno
de los testigos del desastre,Alfonso
de Morgado, nos da la clave para entender el por qué
de esta campaña intensiva de reparos concentrados en sólo tres años, de 1579 a
1582, al describir, entre toda una serie de desgracias consecuencia de la
explosión, cómo “tembló también el Insigne edificio de la Sancta Iglesia Mayor, con quiebra, y ruyna
de sus mayores Vidrieras”15. En nuestra opinión puede haber
pocas dudas que las consecuencias de este suceso son las que llevarían el 22
del mes siguiente al Cabildo a ordenar al mayordomo de fábrica que buscara un
oficial vidriero y vidrios para reparar los ventanales16.Aunque
sería demasiado aventurado relacionar todos los reparos que se hicieron en las
vidrieras de la iglesia durante los tres años siguientes con este hecho, ya que
al fin y al cabo, como hemos visto, se trataba de una actividad prácticamente
continua, la magnitud de las reparaciones y su concentración en ese corto
periodo de tiempo llevan a dar crédito a las palabras de Morgado, aunque éste
se encargara de exagerarlas un tanto.
En efecto, a partir del
3 de noviembre de ese año hasta el 21 de Octubre de
1582 se efectuarán pagos a su nombre (al menos en 1581 se menciona también a
sus “compañeros”) por reparos ya realizados. Estas partidas ya fueron
publicadas por Nieto Alcaide en el apéndice documental de su monografía
dedicada a las vidrieras de la Catedral de Sevilla17, mencionándose
en ellas los reparos realizados en las doce vidrieras del cimborrio18,
en dos grandes del crucero y al menos siete u ocho más en la misma ubicación,
en cuatro grandes en la nave de San Cristóbal, en cinco vidrieras sin concretar
y en dos de la Sacristía, además de otras que se citan individualmente y que en
gran parte pueden ser identificadas con mayor o menor seguridad dado el
carácter más bien escueto de los asientos de fábrica19.
Los reparos y aderezos
fueron de diversa índole, desde emplomados o la colocación de algunos cristales
hasta la realización puntual de vidrieras enteramente nuevas. Esto último queda
probado documentalmente si relacionamos los reparos que realizó en las doce
vidrieras del cimborrio con dos cartones que se pagaron a Luis Hernández para
las mismas, una prueba de que al menos en este caso algunas de las vidrieras
originales de Arnao de Vergara habían quedado
inutilizadas20. El estado de las vidrieras del cimborrio, renovadas
en más de una ocasión, o sustituidas, unido al actual desconocimiento del
estilo tanto de Luis Hernández como de Sebastián de Pesquera no permite llegar
a ninguna conclusión definitiva, aunque en nuestra opinión no hay nada en las
hoy conservadas vinculable cronológicamente al último tercio del siglo XVI, por
lo que cabe pensar que los cartones quizá fueron utilizados por Pesquera en
alguna de las sustituidas a principios del siglo XX, tras el hundimiento del
cimborrio.
Teniendo en cuenta las
reparaciones posteriores, probablemente sería una tarea infructuosa rastrear la
posible huella de Sebastián de Pesquera en el resto de las vidrieras que
aderezó entre 1579 y 1582. Un ejemplo claro de esta dificultad lo encontramos
en la vidriera situada sobre la entrada de la capilla del cardenal Juan de Cervantes,hoy de San Hermenegildo,en el lado de la Epístola de la Catedral
sevillana. Se trata de una de las realizadas por Enrique Alemán hacia 1478,
representando a cuatro Santos obispos sin atributos iconográficos distintivos (nº 9) (Fig. 1).Ya Nieto Alcaide
señaló que es una de las vidrieras de este artista más alteradas por antiguas
restauraciones, advirtiendo que las figuras de los santos situados en primer y
tercer lugar son fruto de una sustitución al apreciar diferencias estilísticas
y técnicas con las otras dos21. En efecto, aunque la primera figura
es relativamente más fiel a las de Enrique Alemán que la acompañan (por otra parte también reparadas), la tercera perteneciendo
estilísticamente al Renacimiento avanzado. Según la documentación, la vidriera
sería una de las reparadas por Sebastián de Pesquera en 1581, cuando se le hizo
un libramiento por el aderezo de la vidriera que estaba “sobre la capilla del
cardenal”22. Si fuera esta la única documentación conocida no
dudaríamos en asignar las dos figuras de obispos más tardías a Pesquera, pero
la intervención realizada en 1587 en las dos vidrieras sobre la capilla del
Cardenal por su sucesor Mateo Martínez23, en las que consta que puso
135 palmos de vidrio pintado nuevo frente a los 49 y medio que había servido
Pesquera (entre los que por otro lado se incluían los de otra vidriera) nos
llevaría a atribuir a este último la sustitución de los Santos obispos de
Enrique Alemán.
En cuanto a Sebastián de
Pesquera, ignoramos su suerte a partir de 1582, cuando su nombre desaparece de
las fuentes documentales hoy conocidas.
Fig. 1. Enrique Alemán y Mateo Martínez (?): Santos
obispos, c. 1478 y 1587. Catedral de Sevilla, sobre la entrada de la
capilla de San Hermenegildo (fotografía: autor).
Entre los maestros que sucedieron a
Sebastián de Pesquera, hasta Juan Bautista de León, activo a mediados del siglo
XVII, no se conocía hasta el momento la realización de ninguna vidriera nueva
con historias. Sin embargo, según los asientos de los libros de cuentas de la
Catedral, a principios de este último siglo el vidriero Claudio de León, sólo
conocido hasta ahora como restaurador de vidrieras más antiguas, realizó tres
de esas características24.Aunque modificada, al menos una de ellas
se conserva en la actualidad.
De origen probablemente francés
(aunque en la documentación aparece indistintamente como francés o flamenco, su
apellido parece apuntar que fuera natural de la ciudad de Lyon), Claudio de
León se encuentra documentado en Sevilla entre 1611 y 1638, cuando consta ya
como difunto25. Como ha señalado Nieto Alcaide, es probable que
fuese padre del vidriero Juan Bautista de León, el único artista activo en el
siglo XVII del que hasta el momento se ha documentado una vidriera historiada
en la Catedral de Sevilla. Esta vinculación de parentesco entre uno y otro
parece confirmarla ahora, en cierta medida, la nueva documentación que hemos
localizado por cuanto sugiere una más estrecha continuidad entre la labor de
uno y otro.
Fig. 2. Juan Bautista de León, restaurada por Diego Muñoz
del Castillo: San Antonio de Padua y Santas Justa y Rufina, 1656 y 1685.
Catedral de Sevilla, Capilla de San Antonio (fotografía: autor).
Claudio de León aparece por primera
vez documentado en la Catedral en 1611, restaurando algunas vidrieras dañadas.
Además de los pagos sin precisar que se le harían posteriormente en 1617, 1620
y 1629, su obra conocida incluía los reparos documentados por Nieto Alcaide que
realizó en 1611 en la vidrieras del Lavatorio (nº 62)
y los Cuatro Doctores de la Iglesia (nº 27), ambas de
Arnao de Flandes, y de la Visitación (nº 71) de Vicente Menardo, la
serie de vidrieras blancas o parcialmente decoradas con motivos ornamentales
que aderezó en 1614 en el Antecabildo y la Librería
Alta26, o los que se pagaron a su viuda en 1638 por los realizados
en la vidriera del Camino del Calvario (nº 52) de Arnao de Vergara y Arnao de
Flandes27.A estos reparos hemos de añadir los que llevó a cabo en
1612 en la vidriera de “los Apóstoles, que cae sobre la capilla de las
Doncellas a la nabe de Sant Sebastián”28,
que debe ser la de San Mateo, San Tadeo y San Felipe (nº
39) situada sobre la puerta pequeña de dicha capilla, realizada por Arnao de Flandes en 155129, una serie de
vidrieras que aderezó en 1614, si bien su trabajo consistió fundamentalmente en
emplomarlas, sirviendo sólo 81 palmos de vidrio pintado frente a los 1.247 de
emplomado30, algunas vidrieras “de la nave de San Sebastián”, sin
concretar, que aderezó en diciembre de 161431, y las reparaciones
que llevo a cabo en 1615 en la vidriera situada “sobre la puerta mayor de la
capilla de las donzellas”, que corresponde a la
de la Magdalena hungiendo los pies de Cristo (nº 43) realizada por Arnao de
Flandes en 155432. Esta labor restauradora la compaginó no obstante
con la creación de vidrieras nuevas. Aunque perdida, la primera que hemos
podido documentar es la vidriera de Santa Lucía que realizó en 1612 para la
ventana “questá sobre la puerta pequeña de
la Antigua” 33, referencia dudosa que no aclara si se trataba de
la ventana hoy cegada situada inmediatamente sobre la puerta, como parece
probable, o más arriba, donde encontramos una vidriera moderna en sustitución
de una más antigua de Arnao de Flandes que
representaba a las Santas Úrsula, Clara y Apolonia34. En cualquier
caso, la también perdida vidriera de Claudio de León debió ser de pequeñas
proporciones, ocupando sólo parte del vano del ventanal, como prueba por otra
parte la cantidad bastante exigua que se le pagó por ella, 13.510 maravedís
entre los que no sabemos si estaría incluido el emplomado.
Entre junio y julio de ese mismo año
se hicieron una serie de libramientos al artista por una vidriera de San
Antonio de Padua para la capilla de los Cataños35, que fue ejecutada
según diseño de un cierto “Jacinto”, pintor, al que se había pagado el dibujo
en enero36. Esta capilla, dotada en 1478 por Fernando Cataño37,
será la que más tarde, tras la extinción del patronato, aparece mencionada
habitualmente como capilla de San Antonio o del Bautismo de la Catedral
sevillana, por lo que la vidriera de Claudio de León ocuparía, curiosamente, el
mismo lugar en el cual se colocaría años más tarde la de las Santas Justa y
Rufina (nº 74) realizada por Juan Bautista de León
como parte del programa de renovación llevado a cabo en la capilla a mediados
del XVII a raíz de su conversión en capilla bautismal38. La historia
material de la vidriera de la capilla de los Cataños
o de San Antonio es aún más complicada, puesto que debió iniciarse en 1593,
cuando se le pagaron a Mateo Martínez los vidrios blancos que había puesto en
la ventana39; en 1612 Claudio de León realizaría la vidriera de San
Antonio, de reducidas dimensiones (56 palmos) según el tamaño del hueco del
ventanal en ese momento. En 1657 se asentó la vidriera de Santa Justa y Rufina
de Juan Bautista de León realizada para el nuevo y más amplio ventanal (Fig.
2). En este punto cabe plantearse la posibilidad de si en el remate de la nueva
vidriera, donde se encuentra un recuadro con la Aparición de Cristo Niño a San
Antonio, se hubiera reaprovechado la anterior de Claudio de León. Aunque es
posible percibir ciertas divergencias de estilo entre las monumentales santas
sevillanas del cuerpo principal y las menudas figuras de la escena superior, en
último término creemos que estas divergencias se deben más a las proporciones
relativas de cada una de las escenas que no a una diferencia de mano, por lo
que habría que dar también por perdida esta segunda vidriera ejecutada por
Claudio de León para la Catedral sevillana. No terminarían aquí las
transformaciones de esta vidriera, puesto que sería restaurada en 1685, fecha
que aparece inscrita en la zona inferior. Esta intervención sería realizada por
el vidriero Diego Muñoz puesto que, si bien no hemos localizado referencias al
aderezo de este ventanal en los libros de fábrica40, él mismo se
encargó de dejar constancia de la reparación en la propia vidriera con la hasta
ahora desapercibida inscripción “DIEGO MUÑOS DEL CASTILLO” que aparece en uno
de los cristales de la base de la Giralda. Por fin, en 1832 el fondo azul sería
sustituido por vidrio blanco para mejorar la iluminación de la pintura de Murillo
que preside la capilla41.
Fig. 3. Claudio de León: San Pedro, 1613.
Catedral de Sevilla, Capilla de San Pedro (fotografía: autor).
El siguiente encargo cambiaría, aunque
de forma puntual, la tendencia que había seguido Claudio de León de ocuparse de
vidrieras de modestas proporciones. En 1613 llevaría a cabo la de San Pedro que
cierra la capilla de su misma advocación en la Catedral hispalense (nº 48) (Figs. 3 y 5), una vidriera hasta el momento no documentada aunque atribuida sin seguridad a Arnao de Flandes42. Como quiera que en la
actualidad son dos las vidrieras de la capilla, es necesario señalar que la
realizada por Claudio de León es la que ocupa el muro del testero principal, ya
que el hueco del ventanal de la pared lateral norte no sería abierto hasta 1783
con el expresado propósito de intentar cierta mejora en la iluminación de una
capilla aún hoy bastante oscura43.
Por la vidriera de San Pedro se mandó
abonar a Claudio de León el 25 de febrero de 1613 un libramiento a cuenta de los
42.670 maravedís que había de haber por la hechura de 251 palmos de vidrio
pintado44. El enrejado para la vidriera fue realizado por el herrero
Juan Çernigón, que cobró una serie de partidas entre
enero y febrero45, mientra que la red de
hilo de hierro que debía protegerla la tuvo a su cargo el propio Claudio de
León, quien recibió pagos por ella entre marzo y abril46. El elevado
precio que cobró por los vidrios pintados que puso y su tamaño prueban que la
vidriera fue en efecto realizada en ese año y no se trató de un reparo de una
más antigua, aunque la misma también sería modificada posteriormente en 1778,
fecha que figura en la parte superior de la propia vidriera47. Con
escaso cuidado, quizá en esta intervención uno de los paneles de la zona
inferior, donde aparece pintado un vaso clásico, fue colocado inexplicablemente
boca abajo.
Como señalamos más arriba, la vidriera
de San Pedro ha sido atribuida con dudas a Arnao de
Flandes, pero la figura del santo no tiene nada del carácter nervioso que a menudo
domina las figuras de santos de este artista en la Catedral de Sevilla, ni
tampoco los motivos decorativos pertenecen al repertorio habitual de éste. Por
el contrario, San Pedro aparece como una figura de gran serenidad y aplomo
clásicos, en principio extraños en una vidriera de principios del XVII, en un
momento de decidida decadencia de este arte en toda Europa, pero cuyo carácter
se explica si tenemos en cuenta el modelo que se ha seguido para la
configuración del santo, un modelo que Claudio de León tenía a sólo unos pasos
de la capilla de San Pedro de la Catedral sevillana: la escultura del mismo
santo de la Puerta del Perdón, obra de Maestre Miguel casi un siglo anterior
(Fig. 4). Aunque en tono menor respecto a su espléndido modelo, en el ventanal
de la capilla de la misma advocación encontramos una traducción en vidrio de la
escultura, desde el contrapposto del cuerpo o
la posición de las manos a la disposición de las vestiduras; incluso la ménsula
sobre la que se asienta San Pedro en la vidriera evoca la de su prestigioso
modelo tridimensional. El propio modelado en grisalla es en ciertas partes casi
escultórico, una insistencia en el modelado que, unida al uso de rojos, azules
y verdes poco luminosos junto con un fondo violáceo oscuro, sin olvidar las
proporciones del propio ventanal, alargado y estrecho, no contribuye
exactamente a paliar la falta de luz de la capilla. Aunque no sea una copia
literal de la escultura, existiendo variaciones como sucede en la cabeza del
santo, más envejecido y frontal en la obra de Claudio de León, este recurso a
un modelo escultórico, que hubiera resultado ciertamente insólito en Arnao de Flandes, resulta por otro lado característico del
estado de indefinición de la vidriera en el momento en que fue creada, Un momento
de indefinición, y también de falta de oportunidades de expresión, que llevaría
a un vidriero como Claudio de León a seguir un dibujo de “Jacinto” en la
capilla de los Cataños o a inspirarse en la
monumental escultura de San Pedro de otro artista como él posiblemente francés,
Maestre Miguel48.
Fig.
4. Maestre Miguel: San Pedro, 1519. Catedral de Sevilla, Puerta del Perdón
(fotografía: autor).
A partir del año siguiente, como ya
vimos, su trabajo se centraría en la restauración de vidrieras antiguas,
trabajo que compartiría con el vidriero Juan Antonio Fao a pesar de que los
precios que pedía por su trabajo eran más altos que los ofertados por el
segundo, hecho que quizá demuestre una implícita consideración de la calidad de
las vidrieras de Claudio de León por parte del Cabildo sevillano49.
La ya citada vidriera de las Santas
Justa y Rufina de Juan Bautista de León de 1657 es la última de cierta
importancia que se llevó a cabo en la Catedral sevillana. Hasta el asiento de
las vidrieras realizadas por las casas Zettler y Maumejean a finales del siglo XIX y principios del XX en
sustitución de vidrieras dañabas más antiguas, son muy pocos los ventanales que
recibieron vidrieras nuevas, y en gran parte de los casos se trató de sencillas
vidrieras decoradas con motivos geométricos o heráldicos. De estas
características son la situada sobre la entrada a la capilla de los Jácomes (nº 74), fechada en 1777
aunque quizá en esta ocasión aprovechando restos de una vidriera anterior, la
ya citada lateral de la capilla de San Pedro (nº 47),
que lo está en 1784, y la correspondiente de la capilla de San Pablo (nº 54), en 178950. Excepto la primera, más
antigua, las otras dos pudieron ser realizadas por el vidriero Francisco
Gutiérrez, por entonces al servicio del Cabildo, presentando grandes
similitudes en el diseño de sus motivos heráldicos.
Algo más tarde, coincidiendo con este
súbito interés capitular por nuevas vidrieras pintadas del último tercio del
siglo XVIII, ya en la década de los 90, se ejecutaron para sendas capillas
laterales cuatro nuevas vidrieras bien documentadas en los libros de fábrica de
la Catedral sevillana: la de la capilla de Escalas (1794) (nº
75), en el lado del Evangelio, y las contiguas de Santa Ana (1797) (nº 67), San José (1799) (nº 66) y
San Hermenegildo (1799) (nº 65) en el de la Epístola.Al menos en el caso de las situadas en las
capillas de Santa Ana y San José sabemos que los huecos de los ventanales eran
de perfil redondeado y de proporciones más reducidas con anterioridad a las
reformas de fines del XVIII, periodo en el que, como ya vimos en el caso de la
capilla de San Pedro o la de la Antigua, el Cabildo sevillano demostró un
marcado interés por hacer más diáfanas algunas oscuras capillas laterales, cosa
que hizo en aquéllas cuyo patronato se había extinguido o en las que sus
patronos, como en el caso de la de Santa Ana, demostraban un notorio desinterés
por su mantenimiento51, quedando éste a cargo de la fábrica de la
Catedral.
De la primera de ellas, sustituida
posteriormente por la vidriera de la Pentecostés (nº
75) realizada por la casa Zettler, sólo sabemos por
referencias de Justino Matute que representaba el mismo tema iconográfico, su
costo de 12.000 reales, y que había sido realizada por diseño del pintor José
Huelva en 179452; para Gestoso, que llegó a verla, se trataba de “una
de las más endebles del Templo”, lamentando en particular el procedimiento
técnico de su ejecución53. La de la capilla de Santa Ana, hasta
ahora tenida por anónima y sin documentar pero
considerada de finales del siglo XVIII o principios del XIX, es la única que se
conserva actualmente en su ubicación original, la capilla de Santa Ana o del
Cristo de Maracaibo, anteriormente de San Bartolomé54 (Fig. 6). La
vidriera, que vino a sustituir a una realizada porVicente
Menardo en 1572, más pequeña y de perfil oval55,
representa a la Sagrada Familia con el Cordero en un marco de arquitecturas
clásicas, mientras que en un pequeño recuadro del remate aparece San Bartolomé,
el Santo a quien estaba dedicada la capilla originalmente. Pero lo que hoy
puede apreciarse no es más que las líneas compositivas y la trama del
emplomado, ya que los cristales han perdido el dibujo interior y cualquier tipo
de modelado, probablemente por no haber sido cocidos después de pintarse, como
señala Nieto Alcaide, hecho que revela el desconocimiento de los procedimientos
técnicos vidrieros característico de estas fechas anteriores a su recuperación
a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Gracias a un memorial del costo de
la vidriera anotado al margen de una libranza realizada a nombre de Manuel
Núñez, maestro mayor de la Catedral, es posible ahora precisar que fue
realizada por el vidriero José Cofin (¿o Cotin?) y el pintor José Huelva entre agosto y diciembre de
179756, fecha que por otra parte aparece en una cartela en la zona
inferior de la vidriera, hasta ahora inadvertida por estar parcialmente
impedida su visión por el altar del Cristo de Maracaibo. El costo total de la
misma ascendió a 13.348,5 reales, desglosados en 4.548,5 que montó el herraje57,
4.300 pagados al vidriero y 4.500 al pintor José Huelva, al que ya hemos visto
a cargo de la desaparecida vidriera de la capilla de Escalas, quien era por
entonces pintor de fábrica de la Catedral58 y “teniente director
de pintura interino” de la Academia de Bellas Artes fundada en Sevilla por
don Francisco de Bruna59, del cual podemos concretar que no sólo
realizó el diseño de las vidrieras, sino que también estuvo a cargo de la
pintura. En cuanto al vidriero “Joseph Cofin”,
quizá extranjero, es la única ocasión en que hemos encontrado su nombre citado
en la documentación de la Catedral sevillana60, aunque resulta
significativo que se acudiera a este maestro en lugar de a Francisco Gutiérrez,
que trabajaba en la Catedral al menos realizando vidrieras con motivos
geométricos o heráldicos desde 1785, y más aún que su trabajo fuera del agrado
del Cabildo hasta el punto de concederle una gratificación por la vidriera de
Santa Ana61.
Fig. 5. José Cofin y José
Huelva: Sagrada Familia, 1797. Catedral de Sevilla, Capilla de Santa
Ana
(fotografía: autor).
Dos
años después el mismo José Huelva se encargaba de las que habrían de ocupar los
ventanales de las capillas de San José y San Hermenegildo, contiguas a la de
Santa Ana62. Para ambas vidrieras se compraron cristales de colores
y blancos por valor de 4.083 reales del almacén de un vidriero alemán en junio
de 179963, estando a cargo del herraje el herrero de la Catedral
Juan Llera, al que se hicieron pagos de 4.017 reales y 24 maravedís por el de
la vidriera de San José, y de 3.091 reales por la de San Hermenegildo, más
pequeña64.A José Huelva se le pagaron por “el trabajo de los
dibujos en pequeño y en mayor, colores y execución”
4.500 reales por la primera de ellas y 3.375 por la segunda65. Ambas
vidrieras corrieron peor suerte que la anteriormente pintada por José Huelva en
la capilla de Santa Ana. En cuanto a la vidriera de la capilla de San José, la
realizada por José Huelva no representa más que un capítulo de una historia
material singularmente accidentada. Como en la de Santa Ana, la vidriera
original, entonces “redonda” y “pequeña”, la había ejecutado Vicente Menardo en 157266. Durante dos siglos las
fuentes silencian el estado de la vidriera de la capilla de San Blas, primitiva
advocación anterior a la de San José, pero en 1787 la vidriera y los pilares
que la sujetaban se rompieron67.A partir de 1799 comenzarían las
remodelaciones de la capilla, cerrando su comunicación con la del Cardenal
Cervantes, a la que hasta entonces servía de acceso. En este momento se realizó
la vidriera de José Huelva, que se mandaba colocar el 9 de septiembre tras
escodar el muro68. En 1819 fue reformada, según la fecha que
aparecía en una antigua fotografía publicada por Nieto Alcaide para,
finalmente, ser sustituida en 1932 por una vidriera realizada por la casa Maumejean con la Adoración de los Pastores, copia de la
pintura de Luis de Vargas, si bien en el remate superior se conserva de la
vidriera anterior, aunque rehecha, la figura de San Blas69. En la
fotografía anterior a 1932 el cuerpo principal de la vidriera está ocupado por
el anagrama de San José y motivos geométricos, motivos que son difíciles de
vincular con lo realizado por José Huelva en la vidriera de la capilla de Santa
Ana, pudiendo corresponder a una sustitución llevada a cabo en 1819, aunque en
ésta se conservaran el remate y la cartela inferior. Se trata por otro lado de
la misma fecha que consta en la correspondiente de la vidriera de San
Hermenegildo, vidriera que representa una corona de laurel con la inscripción
SAN HERMENEGILDO y un hacha y palma de martirio alusivas al santo titular, y
que probablemente sustituyó a la pintada por José Huelva en 1799.
En cualquier caso, el hecho más
revelador no es sólo el escaso conocimiento técnico aparente en la vidriera de
Santa Ana, sino también la necesidad de sustituir muy pronto las otras tres
vidrieras realizadas para la Catedral de Sevilla en la década de los 90 del
siglo XVIII. Si el Cabildo pudo sentirse momentáneamente satisfecho con los
resultados, gratificando al vidriero Joseph Cofin por
la de Santa Ana, esta satisfacción no sería en modo alguno compartida por Ceán Bermúdez muy poco tiempo después. En 1804, después de
alabar las vidrieras de Arnao de Vergara, Arnao de Flandes, Carlos de Brujas y Vicente Menardo, en las que pondera los “buenos contornos,
buenas actitudes y buena composición”, despachará las más recientes con muy
pocas contemplaciones: “No así en las quatro ó cinco, que se acaban de pintar para unas capillas, pues
estarían mejor en blanco”70, si bien cabe la duda de si la
crítica se hacía desde un plano técnico, estético o, lo que parece más
probable, ambos a la vez.
Casi siempre prudente, el Cabildo
sevillano no expresaría quejas en esos términos, pero una indicación de que
ciertamente existió un malestar latente por el rápido deterioro de las
vidrieras modernas se desprende de una curiosa decisión capitular, realizada
cuatro años más tarde de que sus miembros pudieran leer el sarcástico
comentario de Ceán, de aprobar cierto “experimento”
para verificar si el método que ofrecía a la fábrica un italiano para realizar
vidrios de colores era “de tanta permanencia y solidez como el de las
vidrieras antiguas”71. Si llegó a realizarse, no sabemos el
resultado del ensayo, dado que, pasado algún otro “experimento” a los
ojos de Gestoso aún más fallido, como el de los cristales que al parecer se
trajeron de Bélgica a principios del siglo XIX para el rosetón central de la
fachada (nº 70), que el erudito califica como “abominable”72,
habría que esperar a finales del siglo para abrir el último capítulo de la
historia de la vidriera en la Catedral de Sevilla, en esta ocasión con el
encargo de nuevos ventanales a las casas Zettler de Munich y Maumejean de París. Unas
vidrieras que, esta vez sí, contarían con el beneplácito de Gestoso, cuando no
de su directa participación en el diseño de alguna de ellas73.
I.
Sebastián de Pesquera: Vidrieras para la iglesia de San
Nicolás de la Villa, Córdoba (1570, octubre, 30)74.
1. “Sepan quantos esta carta
v[ieren co]mo yo Sebastián de Pesque[ra],
maestre de haser vedrieras
vecino d[esta] çibdad de Sevilla en la
collación de san [Este]van, otorgo e conosco
que me obligo a [vos el] Reverendo señor Martín de la Ve[ga, clé]rigo
presvítero benefyçiado y ma[yordomo] de la yglesia de San Nyculás de [la
Villa] de la çibdad de Córdova y en nonbre de la dicha [iglesia, que] estades
presente, de faser y dar fechas e [acabadas] para
la dicha yglesia de San Nyculás
[cuatro] vedrieras, las tres Redondas y la
un[a …], que tenga quatro varas e un d[edo? …] de vedriera, de vidrio
grueso como es cos[tumbre …] al dicho tamaño,
y esta vedriera a de [ir] pintados unos
Romanos a la Redo[nda] en la guarnyçión por la parte de [fuera?], y entre ellos
unos festonçicos de var[ias]
colores, y en medio un Cristo cruçifycado con
[una] ymagen de Nuestra Señora a un lado y otra ymagen de San Juan Evangelista al otro, [muy] bien
pintado y fygurado,
y el Cristo […] con la cruz et çinco quartas de vara […] e las ymágenes
de la mesma propor[ción
como] se Requiere en el tamaño; y otra vedriera
[redon]da que tenga dos varas menos un d[dedo?]
de gueco, y por el cerco de la vedriera sus Rom[anos ama]rillos
y unos festonçicos de color [a la redond]a de los Romanos, y en medio una y[magen] de San Martín cavallero
en un cavallo pa[rtiendo] la capa con un pobre que tenga […] tres quartas en Redondo conforme [al tama]ño y proporçión de la vedriera; y la o [re]donda
que tenga vara y media y […] vedriera
con sus Romanos a la R[edonda] amarillos y sus
festones de [color] a la Redonda, y en medio [una imagen] de San Nyculás obispo, vestido de pontifycal
con su mytra, capa y adereço
[como con]vyene; y la otra quarta vedriera a de ser quadrada prolongada más
larga que todas [las otras], y a de ser toda
blanca y de la medida […] e cochura (sic) que me enbiaredes e traça della […]; que todas las dichas quatro
vedrieras me obligo de las faser
buenas, finas e bien hechas en toda perfyçión como
conviene a buena obra de vedrieras, e me obligo de
las dar [he]chas en toda perfyçión dentro de
tres meses y medio primeros siguientes que corren y se cuentan desde oy día de la fecha desta carta […], todas buenas e bien acabadas como […] las
dichas condyçiones e perfyçiones
[…] que dichas son. Las quales dichas vedrieras me obligo de dar puestas e asentadas a my costa en las ventanas de la dicha yglesia
en la dicha çibdad de Córdova dentro del dicho
término, e me deys e pagueys
vos el dicho mayordomo a preçio de tres Reales e un quar[tillo] por cada palmo de todas las dichas vedrieras, así blanco como de pintura, todos los palmos que
tuvieren en todas las dichas quatro vedrieras medidas en quadrado
como se acostunbra en este arçobispado
de Sevilla, e más me aveys de dar e pagar todo lo que
montaren las Redes de las dichas vedrieras [a] Razón
de a Real por cada palmo de Red de alanbre, las quales dichas Redes an de yr por de fuera de las ventanas apartadas de las vedrieras segund la dispusisión e Reç[…, e] más
me aveys de pagar por Razón de la yda
y buelta que tengo de hazer
en yr yo en persona e un ofyçial
a la dicha çibdad de Córdova y llevar las dichas vedrieras dos ducados cada el día, por siete días que me
ocupe yo y el dicho ofyçial a las llevar e asentar en
sus ventanas e bolver. E para en quenta
de todos los dichos preçios Reçibí
[yo de] vos treynta ducados R[ealmente] e con efeto en presençia
del escribano público e testigos [inso] escriptos en Reales de plata que los m[ontaron], de la qual dicha
paga y entrego yo el [escribano público inso] escripto doy fe que pasó en my
pre[sencia] e testigos desta
carta, e son en my poder [y yo el] dicho Sevastián de Pesque[ra] soy
contento e pagado y entregado a [toda mi volun] tad e que me deys e pagueys e […] quando estén açabadas
las dichas ve[drieras para] comprar alanbre y para llevarlas […], e todos los maravedís
Restantes de p[…] preçios las dichas vedrieras y Re[…] y trabaxo
del camyno e […] me los deys
e pagueys luego q[ue yo
haya] acabado de asentar en la dicha [iglesia] todas las dichas quatro vedr[ieras]. Et más vos el dicho mayordomo [seais obligado de] poner a costa de la dicha yglesia con[…]gas y un cantero y albañyes
los que f[ueren menes]ter para asentar las barras y
R[ed] y adobar todo lo que fuere menester e al [tiem]po que queden
asentadas en toda perfyçión, e [prometo] de lo
asy tener e cunplir e no me
qu[itar] por my dello e si no lo hiziere e vos [pa]garé las dichas vedrieras
[hechas] y asentadas y de la dicha forma e [condicio]nes y en la manera que dicho es, […] que a
my costa las podais conp[rar o man]dar faser luego de la mysma forma
[y pre]çyos e bondad que yo estoy obli[gado de] vos las dar adonde y al pr[ecio que las] hallardes, e por lo que más vos c[ostaren]
e por los maravedís que en […] me podais esecutar en my per[sona] e bienes, para lo qual
vos el dicho Martyn de [la] Vega o el mayordomo que fuere [de la
dicha] yglesia o qualquier
de vos me p[odais] esecutar
en my persona e bienes con solo vuestro juramento en
que lo defyero […] declareys
lo que en esta […] tengo Reçibi[do] como por devda lyquida en tal […] sin
otro Reçaudo ny prueva ny […] alguna de
que vos Relievo, e pido ello me […] de vos lo dar e pagar puest[o e] pagado en la dicha çibdad
de Córdova a my costa con las costas que se os Recrescieren […], et más me obligo de os pagar de
pena […]si contía de lo firme e no lo cunplí d[…]
veynte myll
maravedís e más las costas, daños e yntereses e
menoscabos e entrego […] Reçrisieren; e
vos el dicho mayordomo que seais obligado de lo cunplir so la dicha pena, e la pena pagada o no que lo
[…]do sea firme; e otrosí que vos el dicho mayordomo a vuestra costa seais obligado de poner todas las barras de hierro que sean
menester para asentar e fortaleser las dichas quatro vedrieras de manera que
queden firmes e bien asentadas, e los basti[dores]
que fueren menester de hierro as[y mis]mo
los aveys de poner como convenga para armar las Redes
de alanbre. E yo el dicho Martyn de la Vega, clérigo prebítero, presente en nombre de la dicha yglesia e por my persona e los Reçibo e açeto en my esta escriptura e obligación de vos el dicho Savastián de Pesquera por los dichos preçios
e condiçiones e se[gun]d
dicho es, e prometo e me obligo de vos los dar e pagar todos los dichos preçios que montaren las dichas vedrieras,
e por las demás costas e gastos a los dichos plazos, e cunplir
las dichas condyçiones e todo lo demás que es a mi
cargo so las dichas penas e como en esta carta se contiene … (fórmulas) …
Fecha la carta en las casas de la mora[da del dicho] Savastián
de Pesquera [en lunes] treynta días del
m[es de octubre] año del Señor de myll [y
quinientos] e setenta años; e los dichos [otorgantes] lo firmaron de
sus n[ombres en el] Registro, al qual
Sevastián de Pesquera yo el escribano público ynso escripto doy fe que conosco, y el dicho Martín de la Vega […] presentó
por testigos que lo conosçieron e […]ron en
forma de derecho firme e […] e llamarse así como se nonbró
al señor comendador Alonso Luzero, clérigo pres[bítero] vecino de Sevilla a Santa Marina, e a Pedro de
Aguilera, clérigo presbítero vecino de la çibdad de
Córdova, que estavan presentes.Testigos
que fueron presentes Gerónimo Serrano y Juan Suares,
escribanos de Sevilla.
Gaspar de Soto,
escribano público de Sevilla (rúbrica), Martín de la Vega (rúbrica), Sebastián
de Pesquera (rúbrica), Gerónimo Serrano, escribano de Sevilla
(rúbrica), Juan Suares, escribano de Sevilla
(rúbrica).”
A.H.P.S., Protocolos,
Oficio VI, Gaspar de Soto, 1570, Libro 3º, 2 (Legajo 4081), fol
1158 y ss.
1.
“Bedrieras a quenta / A Claudio de León, maestro de bedrieras,
a quenta de la bedriera
(de) Santa Lucía questá sobre la puerta pequeña de la
Antigua cient reales – 3 U 400” Archivo
de la Catedral de Sevilla (en adelante, A.C.S.), Fábrica, Adventicios, 1612,
fol. 16 (1ª nómina de enero del lunes 2 al sábado 7).
2. “A quenta de bedriera a León / A
Claudio de León, maestro de hazer bedrieras,
a quenta de la bedriera de
Santa Lucía de sobre la puerta pequeña de la Antigua cient
reales – 3.400”
A.C.S., Fábrica,Adventicios,
1612, fol. 16 vto. (2ª nómina de enero del lunes 9 al sábado 14).
3.
“Cumplimiento de bedrieras / Santa Luçía / A
Claudio de León, flamenco, cumplimiento a la bedriera
(de) Santa Luçía que montó 13 U 510 maravedís – 1 U
610”.
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1612, fol. 17 (3ª nómina de enero del lunes 15 al sábado 21).
4. “A quenta del dibujo de Sant Antonio / Al dicho (Jacinto) a quenta de la pintura de un Sant Antonio para hazer de bedriera de la capilla
de los Cataños veinte reales” A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1612, fol. 17. (2ª nómina de enero del lunes 9 al sábado 14).
5.
“Cumplimiento al
dibujo de San Antonio / A Jacinto a cumplimiento a 34 reales de la hechura del
San Antonio para la vedriera de la capilla de los Cataños”
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1612, fol. 17 vto. (3ª nómina de enero del lunes 15 al sábado 21).
6. “Herraje para vedriera / Al
herrero que hizo el herraje para la bedriera de Sant
Antonio de Padua en la capilla de los Cataños, que
pesó 77 libras y media, a razón de real y quartillo
la libra – 3.298”
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1612, fol 27 (5ª nómina de mayo del
lunes 28 al sábado 2 de junio).
7. “A Claudio de León,
flamenco, a quenta de la bedriera
(de) Sant Antonio / A Claudio de León, flamenco, maestro de bedrieras,
a quenta de lo que monta la bedriera
(de) Sant Antonio de Padua, que tuvo 56 palmos de vidrio nuevo pintado, y del enrredado della, sesenta reales”
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1612, fol. 27 vto. (1ª nómina de junio del lunes 4 al sábado 9).
8. “A quenta de la bedriera (de) Sant
Antonio de Padua / A Claudio de León, flamenco, maestro de bedrieras,
a quenta de lo que montó la bedriera
de Sant Antonio de Padua, y enrredado, para la
capilla de los Cataños 100 reales – 3.400”
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1612, fol 28 (2ª nómina de junio del
lunes 11 al sábado 16).
9.
“A quenta de bedriera / A Claudio de
León, flamenco, a quenta de la bedriera
(de) Sant Antonio de la capilla de los Cataños, por
la red della cient reales –
3.800”
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1612, fol 29 vto. (1ª nómina de julio
del lunes 2 al sábado 7).
10. “Cumplimiento de pago
de la bedriera (de) Sant Antonio / A Claudio de León,
flamenco, por cunplimiento de pago de 11 U 426
maravedís que montó 56 palmos de bedriera pintada que
huvo la bedriera (de) Sant
Antonio de Padua para la capilla de los Cataños, a 5
reales el palmo, y otros 56 palmos de red, a real el palmo, 1.904 maravedís,
porque lo demás está pagado”
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1612, fol 30 vto. (2ª nómina de julio
del lunes 9 al sábado 14).
11. “Bedrieras
/ En 7 de abril de 1612 aviendo dado çédula el señor don Antonio Pimentel de Laona
y Morín a Claudio de León, francés, maestro de hazer bedrieras para que los señores contadores le diesen
cantidad de 18 U 820 maravedís que se le debían, los 15 U 250 maravedís de 305
palmos de emplomado a 50 maravedís el palmo quadrado,
y los 3 U 570 maravedís de vidrio nuevo pintado que hizo en la bedriera de los Apóstoles que cae sobre la capilla de las
Doncellas a la nabe de Sant Sebastián, a 5 reales el
palmo del vidrio pintado”
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1612, fol 54.
12.
“A quenta de
Rejas de hierro de bedrieras / A Juan Çernigón a quenta de lo que
montaren las Rejas y baras de hierro para la bedriera (de) Sant Pedro de aquella capilla cient reales – 3.400”.
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1613, fol 14 (2ª nómina de enero del
lunes 7 al sábado 12).
13.“A quenta de herraje de bedrieras / A Juan Çernigón,
herrero, a quenta del herraje que haze
para la bedriera (de) Sant Pedro cinquenta
reales – 1.700”.
A.C.S., Fábrica,Adventicios, 1613, fol 14 vto. (3ª nómina de enero del lunes 14 al sábado 19).
14.
“A Çernigón quenta
de herraje de bedriera / A Juan Çernigón,
herrero, a quenta de 22 U 686 maravedís que lo montan
597 libras de hierro, a 38 maravedís la libra, que pesó el herraje sobre que se
a de asentar la bedriera
(de) Sant Pedro para su capilla treçientos reales –
10.200”.
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1613, fol 15 (4ª nómina de enero del
lunes 21 al sábado 26).
15.
“A Çernigón a
quenta de herraje de vedriera
/ A Juan Çernigón, herrero, a quenta
del herraje que haze para la bedriera
(de) Sant Pedro ciento y cinquenta reales – 5.100”. A.C.S., Fábrica,Adventicios, 1613, fol 15 vto. (5ª nómina de enero del lunes 28 al sábado 2 de
febrero).
16. “A quenta de
Reja a Çernigón / A Juan Çernigón
a quenta del herraje de la vedriera
(de) Sant Pedro cient
reales, de más de otras quatro partidas de que ay quenta – 3.400”. A.C.S., Fábrica, Adventicios, 1613, fol 16 (1ª nómina de febrero del lunes 4 al sábado 9).
17.
“Cumplimiento de Rejas de la vedriera
/ A Juan Çernigón,herrero,a cunplimiento
de 30.706 maravedís que lo montaron 597 libras de hierro, a 38 maravedís la
libra, y 236 libras a real que tuvieron las Rejas por más herraje que hizo para
la vidriera (de) Sant Pedro, doze
mill y 904 maravedís, porque lo demás le está pagado
en nóminas de atrás – 12.904”.
A.C.S., Fábrica,Adventicios, 1613, fol 17 (2ª nómina de febrero del lunes 11 al sábado 16).
18. “Vedriera (de) Sant Pedro y blanca de sacristía / desta queda en quenta de 1613:
-
En 25 de febrero de 1613 años los señores diputados de bedrieras dieron çédula para los
señores contadores diesen librança a Claudio de León,
maestro de hazer bedrieras
francés, de quenta de siete mil 596 maravedís que lo
montaron las bedrieras y cosas siguientes:
- De 251 palmos de bidrio pintado que tubo la bedriera (de) Sant Pedro a çinco reales el palmo - 42.670.
- De 25 palmos de vidrio
blanco que puso en el reparo de la vedriera de la
lanterna de la sacristía mayor a tres reales y medio el palmo 2975 maravedís –
2.975.
- Del presçio
de 39 palmos de emplomado a rasón de real y medio el
palmo que echó en la bedriera de la lanterna de la
dicha sacristía 1.950 maravedís – 1.950.
47.595
Que todas tres partidas hazen la dicha suma de quarenta y
siete mill 595 maravedís como en ella parece”.
A.C.S., Fábrica, Adventicios, 1613, fol- 67.
19.
“Red de ylo de yerro para la vedriera, a quenta della / A Claudio de León, vedriero,
a quenta de doçientos y
setenta y seis Reales que lo monta otros tantos palmos de enrredado
de ylo de yerro que hizo para la vidriera de San
Pedro a real el palmo, cient reales – 3 U 400”. A.C.S., Fábrica, Adventicios, 1613, fol
19 (1ª nómina de marzo del lunes 4 al sábado 9).
20.
“A quenta de enrredado de la vedriera (de)
Sant Pedro / A Claudio de León, vedriero, a quenta de lo que monta la red para la vedriera
(de) Sant Pedro, de
que ay quenta, 3 U 400 maravedís – 3.400”.
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1613, fol 20 vto. (3ª nómina de marzo
del lunes 18 al sábado 23).
“Al bidriero / A Claudio de
León, vedriero, a quenta
del enrredado de la vidriera de San Pedro y del
emplomado del Relox de laYglesia,
çien reales – 3.400”.
A.C.S., Fábrica,
Adventicios, 1613, fol 22 (1ª nómina de abril del
lunes 1 al sábado 6).
21.
“Bedrieras / En 12 del dicho (abril) dio cédula para que los
señores contadores den a Claudio de
León, flamenco, maestro de bedrieras, de 91.420
maravedís que se le deven del prescio
de 81 palmos de vidrio pintado a 5 reales, y de 148 de blanco a dos reales y medio, y de 96 palmos de red
nueva a 2 reales ½, y de 1.247 palmos
de emplomado a 50 maravedís cada palmo, con más ocho reales de limpiar
que ha bedrieras pequeñas de la contaduría; y las bedrieras en que se pusieron y repararon y lo en cada una es lo siguiente:
-
Una bedriera nueva para la
contaduría, 60 palmos de blanca.
-
En las ventanas bedrieras de
los Cálices 88 palmos de blanca.
-Y en la de la contaduría 96 palmos de
red de arambre.
-
En las luzes de la bedriera grande redonda sobre la Puerta mayor de la
iglesia, dos palmos de vidrio pintado.
-
En las bedrieras del çimborio de entre los dos coros / pintado 22, emplomado 75.
-
En las dos bedrieras obodos (sic) de la Sacristía mayor 15 de pintado y 280 de emplomado
/ pintado, 15, emplomado 280.
-
En la bedriera (de) Sant Pablo
de su capilla 11 de pintado y 21 de emplomado / pintado 11 ½, emplomado
21.
-
En una bedriera de las que caen
sobre la puerta pequeña de la capilla de la Antigua / pintado 14, emplomado 28.
-
En otra que cae sobre la nave mayor junto a la puerta
grande a la parte de la capilla de Sant Laureano / pintado 7 ½, emplomado 76.
-
En la bedriera (de) Sant Cristóbal
sobre la puerta que sale al taller / pintado 6, emplomado 350.
-
En la bedriera que cae sobre el
Sant Cristóbal pintado al relox / pintado 3,
emplomado 417.
-
Que todo lo susodicho haze la
dicha suma.
A.C.S., Fábrica, Libramientos de Fábrica, 1614, fol. 64
vto.
22.
“Bedrieras / Yten
nueve mill y doçientos y
veinte maravedís que por librança de 16 de março de 615 pagó a Cristóbal de León, maestro de bedrieras, por çierto bidro pintado y enplomado de
nuevo que hiço en una bedriera
sobre la puerta mayor de la capilla de las donzellas
– ieUccee”
A.C.S., Fábrica, Libramientos de
Fábrica, 1615, fol. 6.
III.
1. “Costo de la vidriera de la Capilla de Santa Ana / En 19
de Diciembre se dio libranza al dicho Maestro Núñez de diez mil setecientos
ochenta y nueve reales de vellón que valen 366. 826 maravedís para que los
integre a esta Caja de Fábrica por los mismos que suplió en varios días que
constan en el quaderno borrador, para quenta del costo de la vidriera puesta en la Capilla de
Santa Ana desta SantaYglesia.
(Al margen):
Costo:
Herrero:
- En 19 Agosto -
300
- 1 Septiembre - 1.000
- 11 Noviembre - 2.889
Vidriero:
- 7 Septiembre - 500
- 10 Septiembre - 2.500
- 7 Noviembre - 300
Pintor:
- En 14 de Octubre - 3.300
- 10.789 R
Costó la dicha vidriera a saver:
- El herraje que pesó 827 libras a 5 ½ - 4.548 ½
- El vidriero Joseph Cofin
con gratificación - 4.300
- Pintor don Joseph Huelva - 4.500
13.348 ½
A.C.S. Fábrica,
Libranzas de Fábrica. Gastos ordinarios y extraordinarios 1758-1800, fol. 264.
1. “14 junio 1799. Libranza
a Juan de Soto, maestro carpintero desta Santa Yglesia, de 4.083 reales, que valen 138.829 (sic) maravedís, para que satisfaga
a un alemán vidriero por varias partidas de vidrios de colores, unas a 30
reales la docena y otros claros, que ha entregado de su almacén para las
vidrieras de las capillas de San Joseph y San Hermenegildo”.
A.C.S. Fábrica, Libranzas
de Fábrica. Gastos ordinarios y extraordinarios 1758-1800, fol. 271.
2.
“17 junio 1799. A Juan Llera, maestro herrero, 4.017
reales y 24 maravedís, que valen 136.602 maravedís, por el costo del herraje de
la vidriera de la capilla de San Joseph, que pesó 29 a 5 ½ reales la libra”.
A.C.S. Fábrica,
Libranzas de Fábrica. Gastos ordinarios y extraordinarios 1758- 1800, fol. 271.
3.
“5 octubre 1799. A Juan
Llera 3.091 reales, que valen 105.094 maravedís, por 562 libras de hierro a 5 ½
reales que pesó el hierro de la vidriera de la ventana de la capilla de San
Hermenegildo”.
A.C.S. Fábrica,
Libranzas de Fábrica. Gastos ordinarios y extraordinarios 1758-1800, fol. 273 vto.
4.
“Pinturas de las vidrieras de las capillas de San Joseph
y San Hermenegildo / 10 octubre 1799 a Joseph Huelva, maestro pintor, 5.775
reales de vellón, que valen 196.350 maravedís, que importa el trabajo de los
dibujos en pequeño y en mayor, colores y execución de
las dos vidrieras de las capillas de San Joseph y de San Hermenegildo, que las a pintado, a saber la de San Joseph en 4.500 reales (como
fue la de Santa Ana), y la de San Hermenegildo 3.375 reales por ser una quarta parte menos, liquidados bajados 2.100 reales recibidos a quenta
por las nóminas de peones”.
A.C.S. Fábrica,
Libranzas de Fábrica. Gastos ordinarios y extraordinarios 1758-1800, fol. 274.
1.
Sobre las vidrieras de la Catedral hispalense,ver GESTOSOY PÉREZ,José:Sevilla Monumental
y Artística, Sevilla, 1890, Oficina Tipográfica de El Conservador, t. II, pp. 147-189;
NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla, Corpus Vitrearum Medii Aevi, España, I, Madrid,
Instituto DiegoVelázquez del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1969.
2.
NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras
de la Catedral de Sevilla…. op. cit., pp. 184-185.
3.
NIETO ALCAIDE, Víctor: La vidriera española. Ocho siglos de luz, Madrid, Nerea,
1998, p. 229.
4.
Ibíd, pp. 177-178. Como ya señaló este autor, aunque
en ninguno de los documentos se le cita como flamenco, un pago que se hace en 1579 al “flamenco de las vidrieras”
debe referirse a Sebastián de Pesquera por razones cronológicas.
5.
Guarneció de plomo dos vidrieras de Enrique Alemán: la de un Apóstol, Santiago el Mayor, San Felipe
y Santiago el Menor o Judas Tadeo situada sobre la capilla de Escalas (nº 3) y la
de los Santos Juan Evangelista, Miguel, Juan Bautista y Gabriel sobre la capilla del Bautismo (nº 1); también aderezó algunas otras vidrieras sin concretar. Sobre la documentación de estos pagos, ver NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de
la Catedral de Sevilla…. op. cit., p. 244.
6.
A.A.V.V.: Catálogo Arqueológico y Artístico de la Provincia de
Sevilla, t. II,
Sevilla, Diputación
Provincial, 1943, p. 244;
NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de
Sevilla…. op. cit., p. 244.
7.
GESTOSO Y PÉREZ, José: Ensayo de un Diccionario de los artífices que florecieron en Sevilla desde el siglo XIII al XVIII inclusive, Sevilla, Andalucía Moderna, t. II, 1900, p. 401;
NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla…. op. cit.,
p. 244; MORALES,
Alfredo J.: La obra renacentista del Ayuntamiento de Sevilla, Sevilla, Servicio de Publicaciones del
Ayuntamiento de Sevilla, 1981, p. 113.
8.
En 1561 Menardo ejecutó una vidriera para la ventana de la sacristía del convento de San
Francisco, por encargo del Ayuntamiento;
cf. GESTOSOY PÉREZ, José: Ensayo de un Diccionario…, op. cit., t. III, 1909, p.455; NIETO ALCAIDE,Víctor: Las
vidrieras de la Cate dral
de Sevilla…. op. cit., p. 236; MORALES, Alfredo J.: La
obra renacentista del Ayuntamiento de Sevilla, Sevilla, Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla,
1981, pp. 108109.
En
Carmona, un año después de
que Pesquera realizara
la vidriera de la sacristía
se le pagaban a Menardo tres que había asentado en la iglesia; cf. A.A.V.V.:
Catálogo Arqueológico…, op. cit., p. 244; NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de
la Catedral de Sevilla…. op. cit., p. 237.
9.
Apéndice
documental, Doc. I, 1.
10. El precio de las vidrieras para San Nicolás de laVilla era aproximadamente equivalente al que se pagaba por estas fechas en la Catedral de Sevilla,
donde el palmo de vidrio pintado se valoraba en cuatro reales, pero el de vidrio blanco era mucho más bajo, rondando el real y medio.
11. Todos estos vanos se cierran en la actualidad
con vidrieras modernas con sencillos motivos decorativos geométricos. A ambos
lados de la nave se encuentran otras cuatro vidrieras pintadas con San Nicolás, San Rafael, San Acisclo y Santa
Victoria y la Virgen del Pilar,
todas ellas también modernas.
12. GESTOSO Y PÉREZ, José: Sevilla Monumental… op. cit.,
p. 186; del mismo: Ensayo de un Diccionario…, op. cit., t. II, 1900,
p. 50. Sobre esta vidriera, ver
NIETO ALCAIDE,Víctor:
Las vidrieras de la Catedral de Sevilla…, op. cit., pp. 244-245.
13. NIETO ALCAIDE,Víctor: Las
vidrieras de la Catedral de Sevilla…, op. cit.,
p. 248.
14. QUILES,
Fernando: Teatro de la Gloria. El universo
artístico de la Catedral de
Sevilla en
el Barroco, Sevilla, Diputación de Sevilla y Universidad Pablo de Olavide, 2007, p. 121.
Hoy, la ventana rectangular con remate de medio punto está ocupada con una vidriera con una representación de San Fernando (nº 64) realizada por la Casa Zettler según diseño de José Gestoso. Sobre esta última, ver NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de
Sevilla…, op. cit., p. 191.
15. MORGADO, Alfonso: Historia de
Sevilla, en la qual se contienen
sus antigüedades, grandezas y cosas memorables en ella acontecidas…., Sevilla, Imprenta de Andrea Pescioni y Juan
de León, 1587, Libro II, cap. 15, fol 59.
16. El documento
lo transcribe Nieto Alcaide en su
apéndice documental, aunque sin relacionarlo con la explosión de Triana; ver NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la
Catedral de Sevilla…, op. cit., p. 247.
17.
NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras
de la Catedral de Sevilla….
op. cit., pp. 245-247.
18. Nºs 22 a, b, c, 23 a, b, c, de Arnao de Vergara, seis de ellas sustituidas modernamente.
19. De Enrique
Alemán: la de los Santos
obispos (nº 9), la de los Doctores de la Iglesia (nº 8) y la de las Santas Águeda, Lucía,
Cecilia (?) e Inés (nº 7). De Arnao de Flandes: la Degollación de San Pablo (nº 53), Entrada de Cristo en Jerusalén (nº 45), el Tránsito de laVirgen (nº 19),
la de los Santos Juan, Santiago,Andrés y Pedro (nº 42), quizá la del Lavatorio (nº 62), y la
de Cristo camino del Calvario (nº 52),
ésta última aprovechando una anterior de su hermano Arnao deVergara. DeVicente Menardo: la de la Capilla de San Laureano (nº
68), la hoy perdida de la capilla de Santa Ana (nº 67),
y las dos vidrieras con escudos
de España de la Capilla Real (nºs 49-50).
La mayor parte de estas identificaciones fueron hechas por Nieto Alcaide, excepto alguna nuestra (nºs 8, 9, 42,
49, 50, 53, 62 y 67) que reconocemos más dudosa en algún caso.
20. GESTOSOY
PÉREZ, José: Ensayo de un diccionario…,
op. cit., t. II, 1900, p. 50. Sobre las vidrieras del cimborrio, ver NIETO ALCAIDE,Víctor: Las
vidrieras de la Catedral de
Sevilla…. op. cit., pp. 99-103, 191 y 245, quien
no recoge la noticia de Gestoso.
21. Ibíd., pp. 57-58.
22. Aunque Nieto Alcaide en el estudio de la vidriera de Enrique
Alemán no la relaciona con ninguna restauración posterior en concreto, el pago a Pesquera
lo reproduce en su apéndice documental, cf. NIETO
ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla….
op. cit., p. 246.
23. NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de
Sevilla…. op. cit., p. 179.
24. En el exhaustivo apéndice documental que acompañaba el estudio de las vidrieras de la
Catedral de Nieto Alcaide las noticias sobre Claudio
de León se extendían cronológicamente entre 1611 y 1638,
habiendo un lapso temporal sin ninguna referencia entre 1611
y 1614. Las noticias que aportamos han sido localizadas en los libros de Adventicios de 1612 y 1613, manuscritos que no debieron estar disponibles en la fecha de la regesta documental de Nieto.
25. Sobre
Claudio de León ver NIETO ALCAIDE,Víctor: Las
vidrieras de la Catedral de
Sevilla…. op. cit., pp. 183 y
252-253.
26. A.C.S., Fábrica,Adventicios, 1614,
fols. 25 vto., 27 vto., 28 vto., 30 vto., 31, 31 vto., 36 vto., 37, 38 vto., 39, 40 y
40 vto.
27. NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras
de la Catedral de Sevilla…. op. cit., pp. 252-253.
28. Apéndice documental, doc. II, 11.
29. Sobre esta vidriera, ver NIETO
ALCAIDE, Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla…. op. cit., pp. 125-127 y 223-224.
30. Apéndice documental, II, doc. 22.
31. A.C.S., Fábrica, Adventicios, 1614.
32. Sobre esta vidriera, ver NIETO
ALCAIDE, Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla…. op. cit., pp. 142-143 y 227-228.
33. Apéndice documental, docs. II, 1, 2 y 3.
34. Sobre ésta, NIETOALCAIDE,Víctor:
Las vidrieras de la Catedral de Sevilla…. op. cit., p
225.
En la vidriera que la sustituyó, realizada en 1929-32 por la casa Maumejean,
aparecen sin embargo los Santos Hermenegildo,
Jerónimo y Eustaquio (nº
31) (Ibíd.,
p 191).
35. Apéndice documental, docs. II, 7, 8, 9 y 10.
Por el herraje de la vidriera
se habían pagado en mayo 3.298 maravedís a un herrero del que no consta el nombre. Apéndice documental doc.
II, 6.
36. Apéndice
documental, docs. II, 4 y 5.
Desconocemos la identidad de este “Jacinto”, al parecer sólo mencionado en este año en la Catedral
de Sevilla, donde también
se le abonó una partida en enero de 1612 por la pintura
al óleo de tres atriles del coro (A.C.S.,
Fábrica, Adventicios, 1612, fol. 17).
Aunque tardía, tanto esta noticia como
las anteriores a propósito de Luis Hernández cuestionan la opinión de Nieto Alcaide,
quien desestimaba la
posibilidad de que en algún momento se llegaran a utilizar bocetos o cartones facilitados por pintores para la realización de las vidrieras del edificio, a pesar de que en su estudio ya
incluía algunas referencias al respecto, como la que señalaba que en 1526 se habían pedido muestras de vidrieras a Pedro Fernández de Guadalupe (cf. NIETO ALCAIDE,Víctor:
Las vidrieras
de la Catedral de Sevilla…. op. cit., pp. 25-26). Su opinión ha sido contestada por Nicole Dacos, que atribuye por razones estilísticas a Pedro de Campaña el diseño de algunas vidrieras de Arnao de Flandes y, en nuestra opinión de forma mucho más convincente,Vicente Menardo (cf. DACOS, NICOLE: “Seville 1537:
Hernando de Esturmio y Pedro de Campaña”, en GARCÍA
GARCÍA, Bernardo J. y GRILO, Fernando (coords.): Ao modo de Flandres: disponibilidade, inovação e mercado de arte na época dos descobrimentos (1415-1580), actas do Congresso Internacional celebrado em a reitoria da Universidade de Lisboa (11-13 de abril de 2005),
Madrid, Fernando Villaverde, 2005, pp. 211-220.
Curiosamente,“Maese Pedro” (Pedro de Campaña) encabezaba ya la lista de los pintores cuyos dibujos se habían seguido a la hora de realizar las vidrieras de la Catedral según Espinosa
de los Monteros, si bien su sugerencia quedaba ciertamente oscurecida por el resto de
artistas que incluía en su relación, una fantástica lista donde se dan cita los grandes nombres de la pintura italiana del XVI con pintores también italianos activos en el Escorial:Tiziano,
Rafael,“Pelegrín de Pelegrino”
(Pellegrino Tibaldi),“Luqueto” (Luca Cambiaso) y Miguel Ángel; cf.
ESPINOSA DE LOS MONTEROS, Pablo: Teatro de
la Santa Iglesia Metropolitana
de Sevilla, Primada Antigua
de las Españas, Sevilla, Matías Clavijo, 1635, discurso 6, fol. 32 vto.
37. O
Cattaneo, de la rama andaluza de la familia de mercaderes genoveses.
38. Sobre la vidriera, ver
NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla….
op. cit., pp. 184 y 254. que transcribe los pagos por la red y el herraje, realizados el año anterior. En cuanto a los vidrios, se efectuó una libranza de 24.854 maravedís a nombre de Juan Bautista
de León a cuenta el 7 de mayo de 1657 (A.C.S., Fábrica, Libro de Fábrica de 1657, fol. 4).
De las transformaciones de la capilla a mediados del XVII se ha
ocupado recientemente
QUILES, Fernando: Teatro de la Gloria…,
op. cit., pp. 206-209.
39. NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla…. op. cit.,
p. 250.
40. En ese año se hicieron varios libramientos a Diego Muñoz por reparos de tres o cuatro vidrieras de la Catedral: 22.592 maravedís “por el aderezo de una
bidriera”, 22.184 “por el aderezo de una bidriera” (quizá diferente de la anterior), 30.174 “por el aderezo de una bidriera Puerta de la Lonja” y 36.108 maravedís “por el aderezo de una
bidriera de la Capilla de San Francisco” (A.C.S., Fábrica, Libranzas de la Contaduría Mayor,
1685, fols. 1 vto, 2, 3 y 4 (libramientos 12, 26, 38 y 62). En el caso de las dos últimas se trata de las vidrieras de San Cristóbal
(nº 55), ejecutada por Arnao de Flandes en 1546, y la de San Francisco (nº 77) realizada por este último artista en 1554.
41. NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras
de la Catedral de Sevilla…. op. cit., pp. 184-185.
42. Ibíd.,
p. 154.Anteriormente, Gestoso la había considerado “tal vez de los Arnaos o de Menardo”, cf.,
GESTOSO Y PÉREZ, José: Sevilla
Monumental… op. cit., p.185.
43. El 25 de junio de 1781 año el Cabildo acordó que los secretarios de fábrica “lleven relación de si podría abrirse
una ventana en la capilla de San Pedro al lado de
la Torre, sin que reciba perjuicio el muro”. El 3
de julio de ese año el
maestro mayor de albañilería
y cantería Manuel Muñoz presentaba
un parecer favorable, ya
que la ventana “servirá de hermosura y claridad
a la dicha capilla”. Finalmente, el 9 de julio de 1783 la ventana estaba ya abierta (A.C.S.,
Relaciones de Fábrica
desde el año de 1758 hasta
fin de año de 1803, sin fol.).
En este vano se encuentra una vidriera muy sencilla con la tiara papal,
las llaves de San Pedro y una cruz de tres brazos (nº 47), fechada en una cartela en 1784,
aunque se le añadió otra con motivo de una restauración en
1929. En los libros de cuentas de la Catedral aparece una libranza hecha el 2 de octubre de
1783 a nombre de la viuda del
maestro herrero Juan de
Santiago, que había realizado el herraje (A.C.S.,
Libranzas de Fábrica, Gastos ordinarios y extraordinarios, 1758-1800, fol. 195 vto.). Aunque no hemos encontrado libramientos al vidriero, pudo tratarse de Francisco Gutiérrez, vidriero de la Catedral por esas fechas. Sobre esta vidriera,
cf. NIETO ALCAIDE,Víctor: Las
vidrieras de la Catedral de Sevilla…. op. cit.,
p. 189.
La apertura de este ventanal imita la realizada en 1657 en la capilla de San Pablo, capilla con la que se buscó en todo momento una marcada simetría en las obras realizadas en la de San Pedro
en el siglo XVIII. Sobre la apertura del ventanal de la capilla de San Pablo, ver QUILES, Fernando: Teatro de la Gloria…, op. cit., p. 198.
44. Apéndice
documental, doc. II, 18.
45. Apéndice documental, docs. II, 12, 13, 14, 15, 16 y 17.
46. Apéndice documental, docs. II, 19, 20 y 21.
47. Ese
año coincide con el inicio
de las obras de remodelación
de la capilla, que se extenderían hasta 1783, comprendiendo la hechura y dorado de la reja, el nuevo enlosado, y la apertura de la pequeña sacristía y el ventanal lateral. Por otro lado, hay que apuntar que el
27 de octubre de 1775 se había comprado una partida de cristales de colores para vidrieras de la Santa Iglesia por
valor de 4.312,5 reales al mercader
de vidrios Christóbal Gerner, “de nación alemana” y vecino de Sevilla, por 57,5 números
a razón de 75 reales cada uno “en cuenta de cierta orden de los señores Zimmmerman y Compañía”
(A.C.S. Fábrica, Libranzas
de Fábrica. Gastos ordinarios y extraordinarios 1758-1800, fol. 155). Esta partida de cristales pudo utilizarse en varias vidrieras que se repararon en la segunda mitad de la década de los 70
del siglo, a algunas de las cuales se le añadieron ostentosas inscripciones con la fecha más reciente, como
es el caso de esta de la capilla de San Pedro, la
de la Visitación de Vicente Menardo (nº 71) o la situada sobre la entrada de la capilla de los Jácomes (nº 74), estas dos últimas con la fecha de 1777 en sendas cartelas. Lo que se nos escapa es la identidad de los tales
Zimmerman y Compañía, pudiendo tratarse de un mercader de vidrios o, lo que parece menos probable, de los vidrieros encargados de realizar las reparaciones.
Otra compra de vidrios de colores “para la composición de las vidrieras” se realizó el 19 de octubre de 1779,
cuando se pagaron 95.247 maravedís a don Antonio Cresybig y
Compañía (A.C.S, Fábrica, Datas, fol. 11 vto.). Por otra parte, el 16 de Junio de 1784
se libraron
a su vez 30.750 reales al también alemán Fernando Proesla (?) y
Compañía “vecino del Comercio de esta ciudad… por diez caxones con 50 números de a 14 vidrios y del número 14 de color
azul que había entregado para la composición de las
vidrieras desta SantaYglesia” (A.C.S.
Fábrica, Libranzas de Fábrica. Gastos ordinarios y extraordinarios 1758-1800, fol. 197 vto), entre las cuales estarían las laterales de las capillas de San Pedro (nº 47) y San Pablo (nº 54), fechadas respectivamente en 1784 y 1789.
48. Sobre
la lectura de la firma de Maestre Miguel como Miguel Perin, apellido de origen francés, ver HERNÁNDEZ DÍAZ, José: “Más sobre maestre Miguel, imaginero”, Archivo Español de Arte, Madrid, Instituto Diego Velázquez, 1934, pp. 271-273.
49. En ese año de 1614, Claudio
de León pedía 5 reales por palmo y Fao 4; para
el de vidriera blanca, 3,5 y 2,5 reales respectivamente, el palmo de emplomado lo valoraba León en 50 maravedís, y Fao en 41, y el de red 1 real el primero
y 25,5 maravedís el segundo; cf. GESTOSOY
PÉREZ, José: Ensayo de un Diccionario…,
op. cit., t. II, 1900., p. 396.
50. Ver nota. 47 supra.A la vidriera de la capilla de San Hermenegildo (nº 65), realizada en 1819, nos referimos más
adelante en el texto.
51. Al desinterés del Marqués de las Torres, patrono de la capilla de Santa Ana, quien creó conflictos con el Cabildo reflejados en los autos capitulares, se debe la afortunada conservación del retablo más antiguo de la Catedral, que
preside la capilla.
52. MATUTE y GAVIRIA, Justino: “Adiciones y correcciones
de D…. al tomo IX del Viaje
de España, por D. Antonio
Ponz…“, Archivo Hispalense, Sevilla, Imprenta
de E. Rasco, t. I, 1886, p. 151. El manuscrito de Matute sería compuesto antes de 1810.
53. GESTOSO Y PÉREZ, José: Sevilla
monumental y artística…, op. cit., t. II, p. 187;
NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la
Catedral de
Sevilla…. op. cit., p. 190.
54. NIETO ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla….
op. cit., pp. 189-190. 55.
55. Ibíd., p. 240.
56. Apéndice documental, doc. III, 1. Aunque Gestoso indicaba que Matute había señalado a José de Huelva como el autor del diseño de la ventana de Santa Ana o del Maracaibo, “en 1794”, se trata de una confusión, ya que Matute se refería como vimos a la de la capilla de Escalas (GESTOSOY
PÉREZ, José: Ensayo de un Diccionario… op. cit., t. II, 1900, p. 51).
57. Como en el caso de las vidrieras de las capillas de San José y San Hermenegildo, que veremos más adelante, el herraje posiblemente estaría a cargo del herrero de la Catedral Juan Llera.
58. En
1779 había pintado el cirio
pascual, y en 1785 el velo del Cristo del Millón sobre el retablo
mayor (A.C.S. Fábrica, Libranzas de Fábrica. Gastos ordinarios y extraordinarios 1758-1800, fols. 171 vto. y 201). Según Matute, en la capilla de San Pedro se colocó en 1784 un lienzo suyo con Cristo y San Pedro sobre las aguas, pintura que no se conserva (MATUTE y GAVIRIA,
Justino: “Adiciones y correcciones…”, op. cit., p. 367).
59. Ese cargo lo ejerció al menos desde 1797 hasta
1801; anteriormente, desde 1784,
su cargo había sido el de secretario de la institución; cf. GESTOSOY
PÉREZ, José: Ensayo de un Diccionario…
op. cit., t. II, 1900, p. 51.
60. Resulta dudosa la lectura del apellido, aunque nos inclinamos por leer el adoptado en el texto,“Cofin”, más
que por su alternativa,“Cotin”.
61. En 1932-1933, aunque se barajaron otras posibilidades como su sustitución al estar “sujeta con tablas por estar desvencijada”, la vidriera sería desmontada y emplomada de nuevo por la Casa Maumejean
por un presupuesto de 2.000 pesetas,“sin que este trabajo comprenda nada de pintura
y sí solo restauración de emplomado” (A.C.S., Leg. 11192, Exp. 14).
62. Ya Gestoso estimada la vidriera de la capilla de San José como “de la misma mano”
que la de la capilla de Escalas, y como aquélla de “menguada obra (y) poco aprecio”; cf. GESTOSO Y PÉREZ, José: Sevilla monumental y artística…, op. cit., t. II, p. 186.
63. Apéndice documental, doc.
III, 2. Para otras compras de cristales de colores a mercaderes alemanes, ver nota 47
supra.
64. Apéndice documental, doc. III, 3.
65. Apéndice documental, doc. III, 4.
66. NIETO ALCAIDE, Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla…. op. cit., p. 240.
67. MATUTEY GAVIRIA, Justino:
Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla...que contienen
las más principales memorias desde el año de 1701... hasta el de 1800..., Sevilla,
t. III, p. 75, citado por NIETO
ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla….
op. cit., p. 191.
68. A.C.S.,
Fábrica, Autos y comisiones
de Mayordomía de Fábrica, Relaciones de Fábrica desde el año de 1758 hasta fin de
año de 1803, sin fol.
69. NIETO
ALCAIDE,Víctor: Las vidrieras de
la Catedral de Sevilla…. op. cit., p. 191. También la cenefa decorativa
exterior corresponde a una vidriera
antigua., que Nieto Alcaide atribuye
acertadamente a Arnao de Vergara
(Ibíd.., p. 111).
70. CEÁN
BERMÚDEZ, Juan Agustín: Descripción artística de la Catedral
de Sevilla, Sevilla, Casa de la Viuda de Hidalgo y Sobrino, 1804 (edición Sevilla,
Renacimiento,
1981), p. 32. Nieto Alcaide,
que cita el texto de Ceán, lo hace a propósito de las vidrieras de las
capillas de los Jácomes, laterales de San Pedro y San Pablo “y alguna otra”, aunque en nuestra opinión, por razones puramente cronológicas, Ceán estaría pensando más bien en las cuatro que había pintado José Huelva entre 1794 y 1799, por otro lado mucho
más visibles. Cf. NIETO
ALCAIDE, Víctor: Las vidrieras de la Catedral de Sevilla…. op. cit., p. 189. Sobre la añoranza ilustrada de la vidriera antigua en un periodo en que el oficio se daba por perdido, ver NIETO ALCAIDE,Víctor: La
vidriera española…, op. cit., p. 237.
71. “Comisión sobre un experimento de Fábricar vidrios de colores / 13 enero 1808.
En vista de informe verbal que dieron
lo señores de Fábrica, mandó el cabildo que dichos señores dispusieran que
con la mayor economía
se hiciera un ensayo para experimentar si
el color que da el ytaliano Pousi
(?) a los cristales es de tanta
permanencia y solidez como el de las vidrieras antiguas que tiene esta Santa Yglesia según ofrece, y que el resultado den cuenta a sus señorías” (A.C.S.,
Fábrica,Acuerdos de gastos 1806-1840, fol.
27 vto.).
72. GESTOSOY PÉREZ, José: Sevilla monumental y artística…, op. cit., t. II, pp. 177-178.
El 29 de Septiembre
de 1829 el Cabildo aprobó un “segundo diseño” presentado
para el rosetón de la fachada, que se había ofrecido costear el prelado, mientras que el 28 de Abril del
año siguiente se acordaba la continuación de la obra de la puerta grande “hasta la conclusión del óbalo” según el proyecto del arquitecto de la iglesia, Melchor
Cano (A.C.S., Fábrica,
Acuerdos de gastos 1806-1840, fols. 193 vto. y 199).
Sobre esta vidriera, que ostenta la fecha de 1831 y en la que se conservan algunos restos de la original de Vicente Menardo,
ver NIETO ALCAIDE,Víctor: Las
vidrieras de la Catedral de
Sevilla…. op. cit., p. 171.
73. Ver nota 14 supra.
74. El
legajo se encuentra en mal estado de conservación, con importantes pérdidas. Entre corchetes se han añadido, cuando
es posible por el sentido
de la frase, las
partes que faltan en el texto original.