Marcela CUÉLLAR Hugo DELGADILLO
Vicente EÓN Rodrigo MEJÍA Andrés PEÑARETE María Clara
TORRES
Fray Domingo de Petrés
–En el nuevo Reino de Granada–
Bogotá, Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2012. 155 págs.
ISBN 978-958-99705-7-7
Esta obra se configura como una guía, un libro de
viajes que pretende iniciar a los más curiosos y avezados a través del legado
arquitectónico que el valenciano monje capuchino dejó entre los siglos XVIII y
XIX en distintos puntos de la geografía colombiana. Joseph Pascual Domingo Buix Lacasa, más conocido como Fray Domingo de Petrés, fue uno de los primeros arquitectos en llegar a Nueva Granada.
Sus obras, caracterizadas por
una alta calidad técnica y una gran
frescura y originalidad, pronto comenzaron a expandirse tanto en la entonces
capital, Santafé, como en distintos enclaves de la actual Colombia. Hasta el
punto en que su arquitectura marcó un antes y un después en la historia del
país al suponer un referente
arquitectónico para el nacimiento de la República.
Los
orígenes y personalidad de tan destacado personaje se estudian en la
primera parte de la obra, donde a partir de la intervención de los investigadores
Vicente León, Germán Mejía y Marcela Cuéllar comienzan a esclarecerse algunos
de los puntos más importantes e interesantes con respecto a su formación y el
modo en que sus ideas y construcciones influyeron en el Nuevo Mundo.
Vicente León, Doctor en Historia,
lleva a cabo el primer capítulo: “Fray Domingo de Petrés,
el capuchino que hizo de los instrumentos de albañil su símbolo misionero al
servicio de Dios y
de los hombres (1759-1811)”. Una
aproximación histórica al nacimiento de tan distinguido religioso y su posterior
desarrollo en una familia humilde
y piadosa, en cuyo seno comienza a iniciarse en los secretos de la arquitectura y la construcción. Si
bien, el momento más destacable de
esta primera
etapa vital del arquitecto fue su ingreso en la orden capuchina en
el año 1779 cuando tan solo contaba
con 21 años de edad.
Desde su consagración como monje
capuchino Fray Domingo de Petrés desarrolla su
profesión en distintos conventos de la orden, restaurándolos y ampliándolos, asumiendo
cada vez obras de mayor relevancia. Hasta que en 1792 se traslada a Santafé, donde lleva a cabo un gran
número de obras de renovación y reparación, consiguiendo que la ciudad
comenzase su proceso de adecuación a los nuevos
tiempos. Así, mediante la introducción de nuevas
ideas y gustos la ciudad inicia su andadura hacia la modernidad, tal y como
refleja Germán Mejía en el segundo
capítulo de la obra que nos ocupa: “Santafé en el siglo XVIII, aires de transformación”.
El tercer y último capítulo de esta
primera parte: “El arquitecto de Nueva Granada y sus ideas ilustradas” ha sido realizado por la investigadora
colombiana Marcela Cuéllar. En él se pone de manifiesto el modo en que Petrés introduce nuevas ideas ilustradas en la región a
partir de la lectura y aplicación de
distintos manuales y tratados de arquitectura, en una época marcada por la
aparición de las Academias. Siendo el resultado una serie de construcciones que destacaban tanto por su
altura como por la utilización de un
lenguaje clásico muy distinto al
estilo anteriormente establecido.
En este contexto, en el que se ha
puesto de manifiesto la importancia de
Fray Domingo de Petrés
y el cambio que su arquitectura supuso para la
sociedad colonial colombiana, se desarrolla la segunda parte de la obra. Realizada por María Clara Torres, Hugo Delgadillo y Andrés Peñarete, muestra y describe cómo son –y cómo fueron– las
obras más representativas en las que
intervino el arquitecto capuchino, tanto en la antigua capital, Santafé, como
fuera de ella. Así, la segunda parte de la obra se compone de un conjunto de
fichas en las que se realizan descripciones, se aporta un interesante material
fotográfico y se intenta dilucidar cuál ha sido la intervención de Petrés en cada una de
las construcciones. Del mismo modo
que se estudian los cambios y vicisitudes que a lo largo del tiempo han debido
pasar cada uno de los edificios. Hasta el punto de formar un magnífico
catálogo, que sin ser extenso da una idea generalizada
del modo en el que arquitecto capuchino
dejó una notable influencia en distintos puntos de la geografía colombiana.
Se recogen un total de 21
edificaciones en las que se ha de
notar la obra de Petrés, como la Iglesia de la Capuchina, el Acueducto y
la Pila de San Victorino, el Hospital
y la Iglesia de San Juan de Dios, la Iglesia de la Concepción o el Observatorio
Astronómico –primer edificio realizado en Latino- américa con fines
científicos–, sitos en Bogotá. Del mismo modo que fuera de la actual capital
destacan construcciones como el Puente de la Serrezuela, en Madrid,
Cundinamarca; la Catedral de Facatativá; la Hacienda Aposentos, en Simijaca
–una arquitectura rural totalmente distinta a lo que Petrés
acostumbraba a planificar–; la Catedral de San Miguel o la Catedral Diocesana
de Zipaquirá. Un notable número de
edificios de gran importancia histórica que han fomentado el que Fray Domingo
de Petrés sea recordado en numerosas inscripciones y publicaciones.
En definitiva, Fray Domingo de Petrés –En el Nuevo Reino de Granada– es una obra muy
completa y de gran relevancia para la historia colombiana en particular y la historia de la
arquitectura en general, al mostrar vida y obras de un monje español que necesariamente debe ser recordado. En
palabras de Mª Eugenia Martínez Delgado, Directora del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural
(Colombia), y encargada de presentar dicha obra, “se trata de incentivar un diálogo entre la ciudad actual, la
ciudad antigua, el patrimonio cultural arquitectónico y los habitantes de la capital”.
Zara Ruiz Romero
Becaria FPU Área Historia del Arte Universidad Pablo de Olavide,
Sevilla
atrio n.º 20 | 2014
ISSN: 0214-8293