Tres
casos de difusión y presencia de esculturas
flamencas fuera de Europa continental
César
Manrique Figueroa
Universidad de Lovaina. Bélgica
atrio,
13-14 (2008)
ISSN: 0214-8289 p. 71 - 82
Resumen: La presencia, circulación y difusión de objetos artísticos de los Países Bajos meridionales,
es una materia fascinante que
ofrece una rica variedad de posibilidades de estudio:
Material gráfico -impreso o
manuscrito- libros, estampas, grabados, así como pinturas, tapicerías, esculturas y textiles
exportados desde el puerto de Amberes hacia Sevilla, la puerta hacia el Nuevo Mundo, o incluso hacia las lejanas Filipinas y otras posesiones europeas en Asia como Goa.
Actualmente sobreviven ejemplos
de libros y objetos artísticos procedentes de Flandes
en múltiples colecciones latinoamericanas y asiáticas. No es
raro encontrar in situ
ejemplos de material gráfico
y de arte flamenco o inspirado
en éste en
bibliotecas, museos y conventos desde México hasta Bolivia
e incluso de Goa a Manila.
El carácter
comercial de Amberes como centro de distribución mundial,
facilitó la exportación de objetos artísticos y de lujo producidos en talleres
regionales y exportados por
todos los rincones de la tierra.
La exportación de bienes hacia la Península Ibérica estaba
orientada no solamente hacia
las clases sociales privilegiadas, sino que hubo una distribución en una escala mucho
mayor desde la Monarquía
hasta los estratos medios que
mostraron un fuerte gusto por
el arte flamenco.Todos
estos objetos y libros eran vendidos
en ferias comerciales como las legendarias de Medina
del Campo, Barcelona, Valencia y Sevilla y de esta Atlántica Metrópolis fueron enviados hacia América o incluso más allá.
En este artículo
se muestra de manera general
la gran difusión de las llamadas
“muñecas de Malinas”, esculturas producidas en esta ciudad del Brabante, y que alcanzaron gran popularidad en el ámbito Iberoamericano, por lo que
he analizado 3 casos diferentes de presencia y recepción de estas esculturas en Canarias, México y Filipinas,
casos que nos muestran esta temprana
globalización cultural como
diría Serge Gruzinski.
Palabras clave: Flandes; Amberes; Malinas; Países Bajos Meridionales;
Comercio; Muñecas de Malinas;
Santo Niño de Cebú;Virgen Conquistadora
de Puebla; Esculturas Flamencas en Canarias..
Abstract: The presence and circulation
of Southern Netherlands’ values is
a fascinating subject with a lot of possibilities for the
researchers: Graphic material
–printed or manuscript-books,
stamps and engravings, as well as paintings, tapestries, sculptures and textiles
exported from Antwerp found their
way to the
New World or even further, via
Seville –the gateway to America–.Today many examples
of Southern Netherlands’ books and artistic objects can still be admired in Latin American and Asiatic collections either in libraries, museums or in churches and convents in situ from Mexico to Bolivia and from Goa to Manila.
The shifting character of
exchange in Antwerp affected also its market in luxury goods; this was
booming in the XVI century with the international patterns of trade established
in the city that facilitated the export of locally-made items to markets abroad.The exportation of luxury goods through Spain was orientated
not only to the privileged social levels, but was now distributed on a much larger
scale including the Spanish monarchy and the middle classes who displayed a strong
taste for Flemish art.All these Flemish works were sold
in fairs such as the one of Medina del Campo, Barcelona,Valencia
and Seville, and from this great Atlantic Metropolis were sent to America or further.
In this article we show the mayor diffusion of the so-called
“poupées de Malines” using 3 different cases: in the Canary
Islands, Mexico and the Philippines.
Key words: Flanders;Antwerp; Malines; Southern
Netherlands;Trade; Poupées de
Malines.

Figura 1. Procesión de Nuestra Señora de Hanswijk, talla de Malinas de la primera mitad del siglo XVI y que anualmente sale en andas por la ciudad, el domingo antes de La Ascensión
A raíz
de la exposición “De Madonna in de kunst” o “La
Madonna en el arte” organizada por el Museo de Bellas
Artes de Amberes en 1954, el
estudio de las esculturas de
Malinas y su tipología se ha visto beneficiado
con importantes trabajos, como los catálogos hechos a lo largo de varios años por Willy Goddard junto con el Centro arqueológico de Malinas;1
otras exposiciones de arte religioso, han renovado el interés sobre estas pequeñas
esculturas policromadas del
siglo XV y primera mitad del siglo XVI. La última y más
relevante fue la del año 2000
del Museo de la ciudad de Malinas, dedicada a la producción artística de la ciudad desde 1500
hasta el 2000, y la cual publicó
un excelente catálogo concerniente a muebles y esculturas, el cual ha sido sumamente útil para este trabajo.2
Las llamadas “Chuletas de Malinas” o “Poupées de Malines” fueron
parte de las mercancías flamencas que se embarcaron hacia la Península Ibérica o incluso a tierras más lejanas como
Canarias, América o Filipinas.
Me pareció interesante hacer algunas consideraciones
sobre la presencia de esculturas de Malinas en el ámbito iberoamericano,
el cual es un tema que ejemplifica la riqueza que presentan las relaciones comerciales y artísticas entre los
Países Bajos y el mundo Ibérico, las cuales ofrecen vastas posibilidades
de estudio, desde el siglo XV el comercio entre las dos
regiones se efectuaba de manera regular, y conforme avanzaba el XVI se incrementó de forma
nunca antes
vista. La Península Ibérica
se presentaba como un gran mercado, en donde
el incremento del poder adquisitivo de las élites, estaba
ligado directamente con la urbanización y desarrollo de grandes centros como Lisboa y Sevilla.
“Castilla y los otros territorios de la corona española
se perfilaron como un potencial extraordinario de productores y consumidores para
la actividad económica flamenca, tanto más cuanto que por razones de hostilidad económica y desarrollo competitivo, Flandes no podía contar con Francia”.3 Por otra
parte los productos procedentes de la Península y posteriormente de América eran en su mayor parte
materias primas y productos alimenticios, que en los Países Bajos
estimulaban la industria y el
comercio minorista.4
Con la creciente integración de los Países Bajos en la órbita del Imperio Hispánico
de los Habsburgo, Amberes reforzó su rol
como un centro de distribución: la ciudad se convirtió
en un foco de negocios en la frontera entre el norte y el sur y
al mismo tiempo el núcleo de una diversificada red europea de comerciantes locales y
extranjeros, quienes participaron activamente en el comercio con el Mundo Ibérico.5
Después de 1540,Amberes se consolida como
centro distribuidor mundial de un extenso rango de productos provenientes de los talleres urbanos y rurales de toda la región: el Norte de Francia,
Flandes, Brabante, Hainaut,
Holanda y Zelanda.
Cabe destacar que estas actividades comerciales coincidieron con el incremento de la capacidad productiva y la diversificación de
la calidad en la oferta de los Países Bajos entre 1540 y 1585.Este boom en
las actividades comerciales
de Amberes, afectó directamente al mercado de objetos de lujo, el cual alcanzó su
auge durante la segunda mitad del siglo XVI.6 El mercado
de exportación de obras de arte de Flandes a España, estaba orientado no sólo hacia los círculos cortesanos o el clero, sino también
a otros estratos sociales que mostraban un fuerte gusto por el arte flamenco.
Las flotas entre los Países Bajos y España partían con cierta regularidad, los navíos neerlandeses y hanseáticos, se hacían a la mar habitualmente entre la primavera y el principio del otoño y podían efectuar dos viajes por año. Estas salidas
coincidían un poco con la carga de trigo para el sur y con la
llegada de los productos coloniales que se embarcaban de vuelta a los Países Bajos en Lisboa
y Sevilla. Por su parte la Flota de Vizcaya salía ordinariamente de Bilbao o Laredo hacia Flandes, entre abril y septiembre, también una o dos veces por año, y su principal carga era la lana.7
Hace ya más de 80 años
que J. A. Goris publicó su,
Étude sur les colonies marchantes meridionales (portugais, espagnols, italiens) à Anvers
de 1488 a 1567. Obra clave para los estudios de las relaciones comerciales y artísticas entre los
Países Bajos y el Mundo Iberoamericano, entre las mercancías
que Goris menciona destacan
las obras de arte: las pinturas,8
tapicerías, retablos, esculturas, muebles, crucifijos y estatuillas,9
entre esta última categoría destacan esculturas de la Virgen con el Niño o tallas
del divino infante provenientes de talleres de Bruselas o Malinas manufacturadas durante la primera mitad del siglo XVI, en el caso específico de la tallas del Niño Jesús, éstas eran de madera, de reducidas dimensiones.10
Es interesante enterarnos un poco del contexto que produjo estas tallas, apreciadas no sólo en Flandes, sino
en diversas partes de Europa, y del mundo Iberoamericano.

Figura 2. Mercurio, dios del comercio como protector de Amberes, Jan Sadeler, inspirado en Martín de Vos, 1585
No es
casualidad que las tallas de
Malinas o de la región del Brabante hayan alcanzado cierta difusión regional así como internacional, recordemos que el emperador Carlos
fue criado con su tía Margarita de Austria en Malinas, y sus lazos con la ciudad fueron no solamente los de un emperador con una de las múltiples
ciudades en su gran imperio, la presencia de la corte
y la administración real, la riqueza y la cultura atraídas por su presencia, jugaron un gran rol en el refinamiento artístico
de Malinas, se incrementó la presencia de talleres de ensambladores, ebanistas, escultores y otros artesanos, los inventarios de
las casas nobles de la ciudad, con sus ricas decoraciones indican que la vida en
Malinas durante el siglo XVI, estuvo marcada por la presencia de objetos artísticos de alta calidad.11

Figura 3. Retrato de Margarita de Austria con vestimenta
de viuda, gobernadora de los Países
Bajos 1507-1515, Orley Bernard
van, primera mitad del siglo XVI, Bruselas, Museo de Bellas Artes
La corte renacentista de Margarita de Austria,
favoreció el contacto de
los talleres locales con modelos
novedosos italianizantes que se incorporaron paulatinamente
al imaginario colectivo. Las tallas
que representan en su mayoría a la Virgen, o a santas como Catalina, María Magdalena
o Úrsula, se han divido para su estudio en 4 grupos
de acuerdo al tiempo en el que fueron elaboradas:
A.
Comienzo de la nueva producción 1510-1530
B.
Segundo y tercero cuartos del siglo XVI
C.
Último cuarto del siglo XVI
Fase final, primer cuarto del siglo XVII.12
En general se percibe una evolución de modelos góticos hacia modelos con elementos renacentistas, las rígidas tallas arcaizantes, abren paso a tallas más
dinámicas en donde se percibe la presencia del cuerpo debajo de las
vestiduras, los pliegues de los paños, de las telas acentúan las posturas del cuerpo. La rodilla derecha se flexiona imprimiendo mayor dinamismo a la escultura.

Figura 4. Santa Catalina
de Alejandría, primer cuarto
del siglo XVI, de la colección
del Museo Bonnefanten de Maastricht, taller de Malinas

Figura 5. María con el Niño,
de la colección del Museo de la ciudad de Malinas “Stedelijke Musea”, 1500-1520, taller de Malinas
Las esculturas del primer grupo, o la llamada nueva
producción, son sumamente interesantes, pues se elaboran en un período de transición por lo que algunas tallas, aún presentan rasgos
arcaizantes góticos, mezclados con elementos renacentistas.13
La búsqueda de nuevos modelo tiene
que ser visto en el amplio marco del renacimiento que estaba presente en la corte durante
el gobierno de Margarita de Austria, en la atmósfera de estas nuevas ideas también los escultores
de madera trataron de adaptar nuevos
modelos a los nuevos gustos, en el principio las nuevas estatuas eran menos apreciadas,
pero hacia mediados de siglo, esos modelos góticos empezaron a desaparecer.
El cambio hacia modelos
francamente italianizantes,
quizá se deba a la influencia directa de artistas extranjeros presentes en la corte de Margarita de Austria, J. Duverger ya ha señalado la influencia de artistas extranjeros de la corte de Margarita
de Austria, Jacopo de Barbari, pintor
de corte en 1510. Aunque Willy Goddard suponía en los años cincuenta
que no solo había que mirar hacia los modelos italianizantes y subraya que “los
trajes de Juana de Castilla y de Catalina de Aragón van
más acorde con las obras presentadas
que los de una Bianca-Maria Sforza”.14
Dentro
de este primer grupo se encuentran las conocidas “Poupées de Malines”, o “Chuletas
o Muñecas de Malinas”, estas pequeñas estatuas de vírgenes, santos o del Niño Jesús fueron producidas en cantidades
apreciables desde mediados del siglo XV hasta 1530.15
Su difusión se debía precisamente a su formato, el cual cubría perfectamente
las necesidades de la devoción privada o doméstica, las
figuras podían estar aisladas en altares o bien, formando grupos escultóricos en altares, trípticos o en los llamados Hortus Conclusus.16 Las estatuillas no eran accesibles para todos los círculos sociales, las clases bajas se conformaban con figurillas de cerámica baratas o estampas.
Se puede decir que el segundo grupo, se dirige hacia una consolidación y popularización de los modelos las
cuales se pueden identificar como claramente hechas en
Malinas, este periodo se caracteriza por un incremento en la producción, y quizá lo más remarcable
es que las estatuas se vuelven
más largas, 60-85cms mientras que en el período previo medían entre 30-45cms. Las estatuas
no están apoyadas más en un zócalo
y las proporciones anatómicas
son más correctas, principalmente porque la cabeza se
reduce de tamaño, la rodilla
flexionada es típica, se marca el cuerpo debajo del ropaje, es notable que
todas las esculturas de la virgen están coronadas,
igual que el niño, la virgen lleva un cetro, y el niño a su vez, sostiene
al mundo.Todas las estatuas
son muy uniformes lo cual las hace fácilmente
identificables.
La calidad del tallado, junto con la
rica policromía, la expresión del rostro, dulce y gentil,
favorecieron la popularización
de estas pequeñas esculturas de la Virgen, el Niño o santas
como Ana, Bárbara y Catalina. Quizá
el caso más interesante de la difusión de estos modelos sea la historia que Goris y otros estudiosos como Robert Didier han dado a conocer y que a
continuación reproduzco.

Figura 6. Hortus Conclusus, con Santa Úrsula en medio, acompañada de Santa
Isabel –izquierda- y Santa Catalina – derecha–, Siglo XVI, del Museo de la ciudad de Malinas
ca. 1520-1530

Figura 7. Santa
Catalina, mediados del siglo
XVI, Iglesia de San Gertrudis, Lovaina, del maestro de
la estrella de cinco puntas
El 15 abril de 1521
hacía su entrada al puerto de Cebú la mermada expedición de Magallanes,17
los días subsecuentes tuvieron lugar los bautizos de los gobernantes locales,
el minucioso Antonio de Pigafetta
es prolijo en detalles y relata lo acaecido durante el bautizo de la reina, “Condujímosla sobre la tribuna, haciéndola sentarse sobre un cojín, hasta que el sacerdote se revistió. Mostrámosle una imagen
de Nuestra Señora, un precioso
Niño Jesús de talla, y un crucifijo
ante todo lo cual le vino gran
contrición y pidió el bautismo con lágrimas”.18
Al parecer gran impresión causó la pequeña escultura del niño en la joven reina
-bautizada como Juana-, Magallanes
mismo, enterado de cuánto le placía la imagen, se la
regaló,“indicándole que lo sustituyera con
él a sus ídolos, porque era en memoria
del hijo de Dios. Aceptó, agradeciéndolo mucho”.19
Más de 40 años después durante la conquista del
archipiélago, desbordante fue el regocijo de Miguel López de Legazpi y su hueste
cuando encontraron esa misma imagen del Niño Jesús en
la isla de Cebú:“El cristiano y devoto general no se pudo explicar fácilmente el consuelo y el gozo espiritual con que recibió y adoró la santa imagen, dándose desde luego
por pagado de los desvelos,
trabajos y expensas que le costaba
la jornada”.20
Actualmente dicha imagen es aún objeto de culto bajo el nombre del Santo Niño de Cebú, custodiado en la Basílica de la misma ciudad.
En 1973 Robert Didier
-jefe de sección honorario del
Instituto Real del Patrimonio Artístico
de Bélgica-, dijo que la mencionada estatuilla -que probablemente Magallanes adquirió
en la Península antes de 1519-,
no era otra cosa que una factura flamenca, una estatua gótico tardía, probablemente
uno de los muchos Niños Jesús hechos en Malinas y llevados por todas Europa.21
Lo interesante es que cuando en
1565 Legazpi lo redescubre, él
mismo la describe como un Niño
Jesús de Flandes. Lo que hace
claro que a pesar de haber transcurrido más de 40 años desde que Magallanes se llevó
consigo dicha escultura, sus elementos eran aún bastante identificables,
pues Legazpi los reconoce inmediatamente como flamencos como si aún
en la segunda mitad del siglo los mismos estereotipos aún seguían siendo
usados e identificables.
El caso del Niño de Filipinas, me hace recordar un caso similar, una
imagen flamenca, presuntamente llevada por Cortés a México y obsequiada a los tlaxcaltecas como agradecimiento por el apoyo y la colaboración ofrecidos en la conquista de México-Tenochtitlán.
Se trata de la llamada Virgen Conquistadora ubicada en
el templo de San Francisco de la ciudad de Puebla. La
talla procede de los Países Bajos y quizá fue producida
a principios del siglo XVI.
22

Figura 8. primer cuarto del siglo
XVI, talla de Malinas

Figura 9. Virgen Conquistadora, convento de San
Francisco, Puebla, primer cuarto del siglo XVI, taller del Brabante
El caso de La Conquistadora es interesante, pues
aunque no es posible comprobar lo que asegura la tradición popular que fue el mismo Cortés quien la llevó y la entregó a los tlaxcaltecas, es en sí un interesante caso de difusión y presencia de una talla flamenca quizá llegada antes de 1530 a México, período
que concuerda perfectamente
con la primera categoría de
esculturas a la que también
pertenecía el niño de Magallanes.
Estos modelos flamencos fueron bien recibidos y asimilados pues como dice Baird “La escultura novohispánica del siglo XVI muestra en muchas de sus manifestaciones,
la misma herencia hispanoflamenca característica
de la escultura y la ornamentación –aunque con interpolación de elementos indígenas-”,23 y como señala Tovar, “En
aquella época en las Indias no podría haberse comprendido
a Miguel Ángel por el contrario fue asimilada la escultura
policroma del medioevo borgoñón
o flamenco, entonces floreciente en España”.24
Otro caso interesante y también bien documentado es la presencia de esculturas flamencas en colecciones
de Canarias, pero a diferencia
de los dos casos anteriores,
las esculturas no fueron llevadas por conquistadores, sino
que fueron mandadas a pedir, por flamencos o por ricos personajes canarios residentes en las islas, para satisfacer sus necesidades litúrgicas de sus
capillas y oratorios25.
A decir de Eddy Stols, la presencia de los hacendados de Flandes responde a que “en el
sur de España los flamencos lograron
romper más a su favor el proteccionismo de los comerciantes
y artistas locales. En estas regiones, la reconquista
cristiana era todavía reciente
y el flujo de emigración hacia América era mayor que desde
cualquier otra zona, con lo
que se produjo un debilitamiento de las estructuras sociales locales que prácticamente acababan de formarse”.26
La infiltración de extranjeros, genoveses, italianos, así como flamencos comenzó desde el final del siglo XV en las villas portuarias de Sanlúcar y Cádiz, entre
1530 y 1550 la presencia flamenca
se afincó en Sevilla. para extenderse después a las islas Canarias donde las familias Groenenberch-Van Dale
(De hecho los Groenenberch, castellanizaron su
apellido a Monteverde) y Van de Walle lograron comprar algunas plantaciones de azúcar hacia 1520-1530.27 Hacia
1560 varias decenas de flamencos
vivían en Tenerife y la Palma,
pues cargaban las mercancías que venían del norte en los barcos
de la flota a América, que hacía
escala en ellas para su reaprovisionamiento.
Efectivamente fue el comercio del azúcar
tan apreciada en el Norte
de Europa, lo que atrajo a estos
mercaderes flamencos, dicha comunidad comenzó a importar
bienes de consumo y lujo, para
satisfacer sus demandas.
Este
fenómeno hizo que entre los
siglos XVI y XVII llegaran a los centros
urbanos como la Palma gran cantidad de obras de arte.
Entre
obras que destacan del patrimonio de esculturas flamencas en canarias
destaca una pieza de Nuestra
Señora de la Encarnación, ubicada en la parroquia
homónima de Santa Cruz de la Palma; una Santa Lucía en
la ermita del mismo nombre en el municipio
de Puntalla; una Santa Catalina de Alejandría de la ermita de San Sebastián
y una Santa Teresa de Jesús expuesta en la ermita de Nuestra Señora del Carmen, ambas en La Palma.
A diferencia de los casos mencionados de Filipinas o México en
donde la presencia de esculturas flamencas se presenta en ejemplos
aislados, en Canarias por otra parte, la presencia del patrimonio flamenco
ha convertido a las islas y
sobre todo a la zona de La Palma
en uno de los centros con presencia
de arte flamenco más importantes
de España.
Con este breve artículo he querido mostrar tres casos diferentes
en los que se difundieron las
esculturas producidas en los talleres de Malinas o el Brabante, durante el auge artístico de la ciudad bajo el influjo
de la corte del emperador. Los
tres casos, tienen como elemento común que se ha hablado de tallas producidas en
una misma región, y que siguen una tipología similar, que respondía a modelos
tardo-góticos con elementos renacentistas; Sin embargo, los dos primeros ejemplos: el niño de Magallanes y la presunta virgen regalada por Cortés, a los
primeros cristianos tlaxcaltecas, “La conquistadora” fueron regalos hechos en el contexto de una evangelización temprana, mientras que
el caso de Canarias se sustrae
de un contexto evangélico, y
se inserta en la satisfacción de la espiritualidad
de la elite local, flamenca o canaria
que importa tallas y modelos que responden mejor a su propia devoción.
Ya sea como regalos o pedidos ex profeso, las imágenes flamencas, cruzaron el mar en diferentes direcciones, durante la primera mitad del siglo XVI, dejaron Flandes en contextos diferentes,
en equipajes de aventureros, o de misioneros, o destinadas
al ornato de capillas suntuosas, sea como fuere los tres casos mencionados siguen teniendo un culto, prácticamente ininterrumpido desde
que llegaron a sus nuevas moradas
hasta nuestros días.
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1.
Véase Goddard,Willy, 1957.
2.
Véase Mechels houtsnijwerk in de eeuw van
Keizer Karel. Het Mechelse meubel 1500-2000 Van houtsnijwerk tot design, Malinas, Stedelijke Museum,
2000.
3.
Stols y Thomas, 2000,
p.28
4.
Stols y Thomas, 2000,
pp. 62-65.
5.
Van der Wee y Jan Materné, 1993,
p. 25. 6.
6.
Honing, 1998, P.13.
7.
Vázquez de Prada, 1960,
I. p. 47.Véase también Goris, 1971, pp.144-.155.
8.
Vermeylen dice que un análisis de los registros de exportación de 1543-1545 muestra que la Península Ibérica era el importador más prominente de pinturas del mercado amberino, con 1/3 de las exportaciones totales-Véase Vermeylen, 1999, p. 18.
9.
Goris J.A, 1925,pp.
283-284.
10.
Goris, J.A., 1925, p. 283.
11.
Mechels houtsnijwerk in de eeuw van Keizer Karel.
Het Mechelse meubel 1500- 2000 Van houtsnijwerk tot design,
2000, p. 12.
12.
Jaak, Jansen,
2000, p.14.
13.
Jaak, Jansen,
2000, p.17.
14.
Goddard,Willy, 1957,
p. 52.
15.
Jaak, Jansen, 200º,p.22.
16.
Los Hortus Conclusus o Jardin Clos, como se les conoce en francés, eran conjuntos escultóricos, producidos por
la espiritualidad del
siglo XVI, inspirada en Bernardo de Claraval y el misticismo monástico.
17.
Fernando de Magallanes fue
herido y muere pocos días después el 27 de abril.
18.
Pigafetta, Antonio,
1985, p.102.
19.
Pigafetta, 1985, p.
103.
20.
Cabrero Fernández,
Leoncio, 2004 p. 112.
21.
Véase, R.Didier, 1973.
22.
Recientemente, en mayo del
2008 la pieza ha sido examinada y estudiada por Denise Fallena de la UNAM,
Pablo Amador Marrero,
de la Universidad de las Palmas y Eumelia Hernández del Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte de la UNAM.
23.
Weckman, 1996, p.577.
24.
Weckman, 1996, p. 577
25.
Recientemente la fundación Carlos de Amberes publicó: El fruto de la fe: el legado artístico de Flandes en la Isla de Palma.
26.
Stols, 1995, p.
58.
27.
Stols, 1995,
p.58.
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