RESEÑA

Revista de Historia del Arte, nº 28 (2022): 362-365 eISSN: 2659-5230. https://doi.org/10.46661/atrio.7402

Sorolla Romero, Teresa, y Víctor Mínguez

El mejor y el peor de los tiempos. 50 películas sobre la Revolución Francesa

Barcelona: Editorial UOC, 2021, 214 págs.

ISBN 978-84-918079-8-8

El mejor y el peor de los tiempos. 50 películas sobre la Revolución Francesa es una obra que presenta el estudio de una amplia muestra de filmes sobre esta época, sus protagonistas y sus principales acontecimientos. El libro pertenece a la colección Filmografías Esenciales de la Editorial UOC, serie de publicaciones sobre filmografías básicas en torno a movimientos y géneros cinematográficos, con un tono divulgativo pero riguroso. Sus autores son los doctores Teresa Sorolla Romero y Víctor Mínguez, profesores de la Universitat Jaume I de Castellón.

El volumen que nos ocupa se centra en el que es probablemente uno de los periodos de la historia que mayor interés suscitó en el medio cinematográfico desde sus comienzos: la Revolución Francesa. Un periodo que no dio origen a un género propio, ni siquiera a un subgénero dentro del cine histórico. El tratamiento que se da a los sucesos narrados en estas películas transita entre los diversos géneros cinematográficos, predominando el drama y el melodrama, aunque con incursiones significativas en el cine de capa y espada, en el terror gótico o incluso en la comedia o en el musical, entre otros. El rigor histórico de las adaptaciones cinematográficas varía de forma notable, siendo habituales los lugares comunes en la representación de ciertos tipos, espacios, conductas y situaciones, como señalan los autores de este trabajo.

El título del libro es una referencia al comienzo de Historia de dos ciudades (Charles Dickens, 1859), novela que plasmaba de manera sugerente el ambiente en el París de los años de la Revolución. Los autores del texto utilizan la cita completa para mostrar al lector, desde el mismo título, una época a la vez fascinante y terrible, que alumbró ideas y personajes trascendentales para el devenir futuro de la sociedad, pero también el Terror, y que se convirtió por todo ello en tema predilecto para el cine.

El contenido está estructurado en un capítulo introductorio y, a continuación, el análisis de cada una de las cincuenta películas que integran la muestra objeto de estudio. El primer capítulo –“La Revolución francesa en el cine”– constituye el marco histórico introductorio. En él se presenta de forma sucinta la época de la Revolución, reflexionando los autores del trabajo sobre los temas que más han interesado a los cineastas. En concreto, el amor, los protagonistas, los escenarios de la Revolución e, incluso, un sugerente, aunque breve apartado: el dedicado a la propia guillotina como personaje cuya presencia se hace notar a lo largo de buena parte de la filmografía sobre la Revolución. Este elemento común, ya sea ubicado en los primeros planos o en los últimos, en contrapicado o con panorámicas verticales, se yergue amenazante sobre el pueblo. Sirva de ejemplo la guillotina que se muestra en Danton, que no oculta la sangre. En este capítulo, los doctores Sorolla y Mínguez ponen de relieve el conocimiento que los cineastas tenían de la época, merced no solo a la literatura, sino también al trabajo de los pintores coetáneos de la Revolución.

A continuación, se analizan las cincuenta películas que integran este estudio –cuyo número responde a las especificaciones de la colección Filmografías Esenciales, a la que pertenece–. De cada filme se ofrece una ficha técnica y artística –concisa a la par que rigurosa–, seguida de un estudio sobre varios aspectos. A pesar de la necesaria brevedad de los análisis –impuesta por el formato de la colección–, los autores se detienen en la caracterización de los personajes, el enfoque de la historia, la focalización y el diseño de vestuario y de decorados. Asimismo, son abordadas determinadas cuestiones del montaje en momentos que se consideran especialmente significativos, así como el ritmo visual y otros elementos formales del texto fílmico. También se pone de relieve el mayor o menor interés por los matices políticos de la historia, la presentación de la violencia en campo o fuera de campo, etc.

Cabe destacar el acierto de los autores a la hora de seleccionar las películas que integran el elenco. Junto a la elección de filmes bien conocidos por el gran público, como La Pimpinela Escarlata, figuran otros de menor repercusión mediática y de difícil acceso en la actualidad. A través de este libro se entiende la relevancia que tuvo la Revolución Francesa para el mundo del cine desde sus mismos orígenes, cuando encontramos la recreación de las muertes de Marat y Robespierre conviviendo con las vistas de los Lumière en formato, cuadro y duración. En estos dos cortos, realizados en 1897, ya se empieza a plantear una posibilidad de ficción más allá del registro de la realidad. La Revolución fue plasmada en el cine silente, tanto en Europa como en Estados Unidos –véanse, por ejemplo, el Napoleón de Abel Gance o Las dos huérfanas, de David Wark Griffith–, pero va a ser con la llegada del sonoro cuando se acreciente el interés por la época. Películas tan diferentes como La Marsellesa de Jean Renoir, Scaramouche de George Sidney o Cagliostro de Gregory Ratoff son muestra de la variedad de enfoques y géneros con que se abordó la Revolución Francesa. La llegada de la Modernidad y la Postmodernidad no terminó con el interés por el tema. Como demuestra este volumen, la Revolución Francesa sigue siendo en la actualidad objeto de especial atención por parte de la industria del cine. De hecho, las dos últimas películas analizadas, Un pueblo y su rey y Un violento deseo de felicidad, datan de 2018. El análisis de los filmes seleccionados muestra cómo estas interpretaciones fueron sensibles a las diferentes circunstancias histórico-políticas de cada época y país en los que se produjeron las películas.

En una muestra significativa de las películas analizadas por los autores de este libro, se asiste a la caída de los grandes protagonistas de la Revolución, especialmente durante el Terror. Como dice Danton en su juicio representado en una secuencia de la película homónima de Andrzej Wajda (1983), “la Revolución es como Saturno. Devora uno a uno a sus hijos”. Solo Fouché y Talleyrand se salvarán de la muerte. Y serán todos protagonistas individuales –reales o ficticios– pues, como indican los autores, los cineastas se encontraron con la imposibilidad narrativa de concebir al pueblo parisino, en tanto que masa, como protagonista individual del relato.

Concluye el libro con una actualizada bibliografía sobre la Revolución Francesa en el cine, y dos útiles anexos: el índice de películas estudiadas –que no son todas las filmadas sobre la Revolución, debido al número impuesto por la colección, pero sí las más significativas– y una lista de series de televisión y telefilmes que quedan fuera de los límites del estudio, pero que se ofrecen al lector interesado por el tema de este libro. Esta publicación, de amena e instructiva lectura, es de interés tanto para el público general como para los estudiantes y profesores de cine, así como para aquellos interesados en la historia de Europa, y concretamente en el periodo al que se refiere el volumen. Todos ellos contarán con una filmografía sobre el tema especialmente relevante, analizada con rigor, en un trabajo que revela un profundo conocimiento del cine y de la época.

Ángel Justo-Estebaranz

Universidad de Sevilla, España

0000-0002-0837-8855