Los invitamos a enviar sus propuestas para la segunda edición del congreso «Patrimonio Escrito en Circulación: producción local, consumo global», que se llevará a cabo en Sevilla, los días 4 y 5 de diciembre de 2023. Información completa de la convocatoria aquí.
Leer más Call for papers Segundo Congreso Internacional «Patrimonio escrito en circulación: producción local, conocimiento global»Presentación del proyecto
Este proyecto busca explorar cómo se produjo la llegada y el asentamiento en España y, desde ahí, en América de las grandes casas editoriales que dominaron el mercado del libro europeo en los siglos XVI y XVII.
Tras la aparición de la imprenta de caracteres móviles, el mercado del libro impreso tomó pronto una dimensión internacional y, tras la inclusión del mundo atlántico, global. Este fenómeno potenció la incorporación de instrumentos mercantiles complejos (compañías comerciales, instrumentos notariales, elementos contables novedosos, uso del sistema de ferias...), que permitieron vertebrar el mercado del libro en un periodo marcado por la fragmentación política.
El negocio del libro estuvo en buena medida controlado por grandes firmas de impresores-editores, con frecuencia de origen familiar (Giunti, Portonariis, Boyer...), a las que una tupida red de agentes permitía operar en diversos mercados. Para estas compañías, la Monarquía Hispánica constituía un espacio político extraordinario que podía facilitar el acceso a mercados lejanos donde posicionar agentes que actuarían de nexo entre producción y consumo.
En este proyecto de investigación se combinan las escalas local, regional e internacional integrando narrativas nacionales que, con demasiada frecuencia, se han estudiado de manera aislada, haciendo muy difícil comprender cómo funcionaba el mercado del libro moderno en su totalidad. De esta forma podremos situar la historia del libro hispano del Siglo de Oro en una perspectiva global, así como reconsiderar las relaciones culturales y económicas entre las distintas regiones de Europa y América, y superar definitivamente la idea de que los agentes culturales no tuvieron influencia en el desarrollo de la literatura española aurisecular, desafiando las convenciones historiográficas que han leído la historia cultural hispana en clave negativa.