Los problemas que afronta hoy la cultura como otros sectores son muy variados, pero tienen algo en común: cada uno de ellos puede ser una oportunidad para cambiar las cosas. En unas circunstancias como las que estamos pasando incertidumbre, tras una pandemia y los importantes cambios geopolíticos, el tener una mirada distinta y sobre todo el pensar en el después se ha vuelto crucial para el futuro del sector cultural. Problemas habituales de un/a gestor/a cultural, como la falta de público, barreras de comunicación con nuestros usuarios y no usuarios habituales, dar un mejor acceso a la información de mi programación cultural, ofrecer espectáculos y actividades culturales que empaticen con las inquietudes y gustos de los ciudadanos de mi entorno, reconocer sus barreras sociales y hábitos de consumo cultural o mejorar en la usabilidad de mi equipamiento cultural, pueden convertirse en un reto.