La psicóloga y coach Gema Sancho ha manifestado que «la educación emocional del alumnado resulta fundamental para su desarrollo como personas», ya que «tiene una labor preventiva respecto a las conductas disfuncionales y promueve los comportamientos constructivos».
Sancho ha apuntado que «generar en el aula entusiasmo e ilusión por aprender no es tarea fácil» debido a que «la sociedad ha cambiado y los jóvenes demandan una educación diferente», a lo que ha añadido que «hacerles partícipes de su propio aprendizaje a través de preguntas que les inviten a la reflexión es una buena manera de lograrlo», según unas declaraciones a Europa Press.
La psicóloga dirige el seminario ‘Coaching: una nueva herramienta para la mejora educativa’, dentro de la programación de la XIX edición de los Cursos de Verano de la UPO en Carmona (Sevilla). Este curso está disponible exclusivamente en modalidad online.
Respecto a qué es el coaching educativo, Sancho ha afirmado que «es la aplicación del coaching en el ámbito educativo», es decir, «un proceso de acompañamiento orientado al desarrollo personal y/o profesional de las personas, a través de una metodología específica, de intervención no directiva, mediante la cual el coach ayuda a su coachee a conocerse mejor, a definir sus propios objetivos, a descubrir sus puntos fuertes y sus áreas de mejora».
Ha resaltado que en el coaching educativo es muy importante «involucrar a toda la comunidad educativa» debido a que «cada uno de los agentes que la componen tienden a tener una visión sesgada de la realidad desde su propio rol de padres/madres, profesorado o alumnado». «Favorecer la comprensión y la comunicación entre estos tres agentes de la comunidad educativa debe ser otro de los objetivos fundamentales de la aplicación del coaching a este ámbito», ha indicado.
La coach ha señalado como objetivo del coaching en el ámbito educativo «la creación de lazos de unión entre las familias y los centros, de manera que se consideren parte de un mismo equipo».
Respecto a los beneficios de este método en los jóvenes, la directora del curso ha destacado «tener un mayor autoconocimiento de sí mismos, flexibilizar el pensamiento, mejorar la confianza o desarrollar sus propias capacidades», entre otros, y ha indicado que «estos mismos beneficios podrían aplicarse al profesorado y las familias, que además adquieren nuevas habilidades que les ayudan a mejorar su labor educativa».
Sancho ha precisado que, en la aplicación del coaching en los centros educativos, «no se trata de que los profesores se conviertan en coaches» sino «adquirir algunas de las habilidades del coach» para utilizarlas como «una gran herramienta que contribuya a su propia mejora y a la de su alumnado». «Se puede complementar el ejercicio del coaching con el de la formación, los docentes pueden adquirir algunas habilidades del coach para aplicarlas a su día a día en las aulas», ha apostillado.
En cuanto a las herramientas utilizadas, ha mencionado ciertas habilidades como «la empatía, la generación de un espacio de confianza, la escucha o las preguntas que invitan a la reflexión, el uso adecuado de los silencios», además de «dinámicas o juegos, cuentos, metáforas o dibujos, que inviten a la reflexión y la obtención de aprendizajes».
La coach ha afirmado que el empleo de estas habilidades contribuye a que «todos los miembros de la comunidad educativa trabajen conjuntamente en favor del desarrollo y mejora de los alumnos, los verdaderos protagonistas».
Sobre la presencia de valores como el respeto o la empatía en el sistema educativo actual, Sancho ha lamentado que «la sociedad en general no prioriza estos valores», aunque sí ha observado «algunas iniciativas tanto de algunos centros educativos como de docentes en solitario que tratan de cambiar el sistema».
En este sentido, ha hecho referencia a la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), ya que «al ser una prueba en la que se exige la memorización de conocimientos, los últimos años de formación se enfocan fundamentalmente a obtener una buena calificación en esta prueba».
