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Habitar el agua: Maritorios, acuatorios y culturas anfibias (Exposición fotográfica colectiva – Carmona, junio 2025)

Esta exposición es una invitación a mirar desde el agua. A repensar los límites entre tierra y mar, entre
continente e isla, entre superficie y profundidad, entre lo sólido y lo líquido. Las imágenes aquí reunidas han sido tomadas durante trabajos de campo realizados por investigadores de América Latina y el Caribe, cuyas indagaciones no solo han dejado huella en textos académicos, sino también en archivos visuales cargados de sensibilidad, historia y territorialidad.

Las fotografías que conforman esta muestra fueron tomadas en contextos de investigación antropológica, etnográfica, arqueológica e histórica. A través de ellas, emergen paisajes acuáticos que no son solo geográficos, sino también culturales: litorales habitados, riberas transformadas, marismas transitadas, ríos vividos. Estas imágenes hablan de formas de existencia profundamente ligadas al agua, donde los cuerpos, los saberes y las memorias se entrelazan con los flujos, las mareas y los canales.

En diálogo con el libro Maritorios y acuatorios latinoamericanos y caribeños: perspectivas socioculturales e históricas, esta exposición ofrece un contrapunto visual a las reflexiones reunidas en esa obra. Allí, los conceptos de maritorio, acuatorio y culturas anfibias son propuestos como herramientas para pensar las relaciones entre los grupos humanos y sus entornos acuáticos. Estos términos, nacidos de contextos latinoamericanos, no solo expanden el vocabulario académico, sino que también alimentan las luchas territoriales de comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas que reclaman derechos sobre sus espacios de vida acuática.

Conceptos como maritorio, acuatorio y culturas anfibias ayudan a nombrar este giro epistémico y político que nos impulsa a pensar el agua no como frontera, sino como centro. Son nociones que desestabilizan las formas hegemónicas de entender el espacio y dan lugar a geografías donde el agua es vivida, recorrida, defendida. El maritorio se afirma como un espacio habitado, lleno de prácticas, recorridos y relaciones. El acuatorio extiende esta mirada hacia lagos, ríos y esteros, reconociéndolos como escenarios sociales en permanente interacción con lo terrestre. Y las culturas anfibias nos permiten nombrar a quienes han hecho de esa frontera líquida su forma de vida: comunidades que saben leer las mareas, navegar por saberes y sostener memorias en flotación.

Estas categorías no son solo analíticas: hoy son también banderas. Frente al avance de economías extractivas que transforman los mares y ríos en objetos de explotación, los pueblos del agua —los que pescan, los que cruzan en canoa, los que curan con plantas de manglar, los que narran con el ritmo del oleaje— nos recuerdan que habitar el agua es también una forma de resistencia.

Esta exposición busca acompañar esas resistencias. Poner en escena las miradas de quienes, desde la fotografía y la investigación social, han registrado los modos en que el agua es vivida como espacio político, histórico y afectivo. En tiempos de crisis climática y despojo hídrico, mirar desde el agua es también un gesto ético.