
En las últimas semanas, quienes pasean por la Universidad Pablo de Olavide habrán notado la presencia de varios troncos de árboles cortados colocados en distintos puntos del campus. No se trata de restos pendientes de retirar ni de intervenciones paisajísticas: forman parte de un estudio que permitirá conocer mejor cómo funciona la degradación natural de la madera y qué organismos participan en este proceso esencial para los ecosistemas.
Un proyecto para comprender cómo funciona la vida bajo nuestros pies
El objetivo principal de esta actuación es analizar la descomposición natural de la madera y observar cómo los troncos se convierten en un nuevo hogar para hongos, insectos y pequeñas especies del suelo. Estos organismos cumplen un papel clave como descomponedores primarios y permiten que los nutrientes regresen al suelo, alimentando de nuevo al ecosistema.
El estudio presta especial atención a grupos como los coleópteros (escarabajos xilófagos) y a diversos hongos descomponedores, esenciales para la ruptura de la celulosa y la lignina presentes en la madera. En un entorno mediterráneo como el de la UPO, especies de hongos como Ganoderma applanatum o Fomes fomentarius, y escarabajos de los géneros Hylesinus o Ips, son habituales en estos procesos naturales.
Biodiversidad en un campus que también es un ecosistema
Aunque a menudo no lo percibimos, el campus alberga una rica biodiversidad. La madera en descomposición no solo atrae a hongos e insectos, sino que sirve de refugio para invertebrados, reptiles, pequeños mamíferos y aves, contribuyendo a mantener un ecosistema urbano saludable.
Esta experiencia permitirá recopilar información sobre:
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Los organismos que colonizan la madera a lo largo del tiempo.
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La velocidad y las etapas de descomposición en un entorno mediterráneo urbano.
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La importancia ecológica de la madera muerta en espacios verdes universitarios.
Cómo se realiza el estudio
Los troncos —procedentes de especies habituales del campus, como pinos y álamos— han sido colocados en varias ubicaciones estratégicas. Cada uno está marcado para su seguimiento, lo que permitirá documentar su evolución a medio y largo plazo. Periódicamente, se realizarán observaciones y registros sobre su estado, la presencia de especies y los cambios en su estructura.
Por qué es importante conservar la madera muerta
A pesar de que a veces se considera un “residuo”, la madera muerta es un elemento clave en los ecosistemas naturales. Favorece la fertilidad del suelo, aumenta la diversidad biológica y sostiene cadenas tróficas completas. Con esta iniciativa, se contribuye a la educación ambiental en el campus y a la puesta en marcha de acciones de conservación basadas en la ciencia.
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