Salteado de quinoa con garbanzos, rúcula y tomates cherry

Una receta sencilla, nutritiva y sabrosa, perfecta como plato principal en una comida ligera o como opción vegetariana rica en proteínas.
Ingredientes (para 2 personas)
- 120 g de quinoa tricolor (seca)
- 200 g de garbanzos cocidos (pueden ser de bote, bien enjuagados con agua caliente)
- 10-12 tomates cherry
- Un puñado generoso de rúcula fresca
- 1 cucharada de salsa de soja baja en sal
- Zumo de 1 lima
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- Especias al gusto: Curry, cúrcuma, pimienta negra
- Sal opcional (la salsa de soja ya aporta un toque salado)
Elaboración paso a paso
- Lava la quinoa con agua fría en un colador fino. Después, cuécela en una olla con el doble de volumen de agua (aprox. 240 ml) durante unos 12-15 minutos, hasta que esté tierna y se haya absorbido el agua. Reserva.
- Lava bien los tomates cherry y córtalos por la mitad. Lava también la rúcula y escúrrela.
- En una sartén amplia, añade una cucharada de aceite de oliva virgen extra. Cuando esté caliente, incorpora los tomates cherry y saltéalos durante 2-3 minutos a fuego medio-alto hasta que empiecen a dorarse ligeramente.
- Incorpora los garbanzos cocidos y remueve todo durante un par de minutos.
- Añade la quinoa cocida a la sartén, junto con la salsa de soja y el zumo de lima. Mezcla todo muy bien para que se integren los sabores.
- Apaga el fuego y añade la rúcula fresca y las especias al gusto. Remueve para que se mezcle todo con el calor residual.
- Sirve caliente o templado, acompañado si se desea de unas semillas o frutos secos para darle un toque crujiente.
Información extra
- Tiempo estimado de preparación: 25 minutos.
- Dificultad: Muy fácil.
- Consejo: Este plato se conserva muy bien en tupper y es perfecto para llevar al trabajo o a la universidad.
Opinión personal
Me ha sorprendido gratamente por su sabor fresco y su textura equilibrada. La combinación del zumo de lima con la salsa de soja crea un contraste cítrico-salado muy sabroso, y la rúcula le da ese toque ligeramente amargo que equilibra el conjunto. Es una receta muy completa desde el punto de vista nutricional, y además, es muy versátil: puedes sustituir los garbanzos por alubias o lentejas, o añadir verduras como calabacín o espinacas.