Pasta integral con crema de calabaza y nueces.

Si buscas una comida reconfortante, nutritiva y con una combinación de texturas y sabores suaves pero sabrosos, esta receta de pasta integral con crema de calabaza y nueces es perfecta. En unos 30 minutos puedes preparar un plato completo, rico en fibra, proteínas vegetales y grasas saludables. Ideal para una comida principal ligera pero saciante, especialmente en primavera, aunque su sabor suave la hace apetecible todo el año.

⏱️ Tiempo de elaboración: 30 minutos
🧑‍🍳 Dificultad: Media
💰 Coste: Medio

Ingredientes:

• 60 g de pasta integral (peso en seco)
• 100 g de calabaza pelada y cortada en cubos
• 1 diente de ajo pequeño
• 1 cucharadita de AOVE (5 ml)
• 1 cucharada de nueces troceadas (10 g)
• 1 cucharada de levadura nutricional o queso rallado bajo en grasa (opcional)
• Sal, pimienta negra y especias al gusto (nuez moscada y cúrcuma principalmente)

Pasos a seguir:

1. Cocina la pasta en agua con sal hasta que esté al dente. Reserva un poco del agua de cocción al escurrirla.
2. Cuece la calabaza con el diente de ajo y una pizca de sal durante 10-12 minutos, hasta que esté blanda.
3. Tritura la calabaza cocida con el ajo, un poco del agua de cocción y una cucharadita de aceite, hasta obtener una crema espesa y suave.
4. Mezcla la pasta caliente con la crema de calabaza. Sirve con nueces troceadas por encima y un poco de levadura nutricional o queso rallado bajo en grasa si se desea.

Consejos prácticos que me han servido

Tuesta ligeramente las nueces en la sartén antes de añadirlas: potenciarás su sabor y textura.

Guarda un poco de agua de cocción de la pasta para ajustar la consistencia de la crema si está muy espesa.

Ajusta las especias al gusto: un toque de nuez moscada o cúrcuma combina muy bien con la calabaza.

Prepara la crema con antelación: se conserva bien en la nevera y puedes recalentarla al momento.

Análisis final:

El resultado es un plato cremoso y nutritivo, con un contraste de texturas entre la suavidad de la pasta y la crema, y el toque crujiente de las nueces. La calabaza aporta dulzor natural y cremosidad sin necesidad de nata ni mantequilla. Es una receta equilibrada, reconfortante y versátil.