Guiso griego de berenjena y garbanzos con salsa de yogur

Este sabroso guiso de garbanzos con berenjena, inspirado en la cocina griega, es una alternativa nutritiva y llena de carácter, ideal para quienes disfrutan de los sabores mediterráneos. Es perfecto para preparar en grandes cantidades y deleitarse varias veces. Puedes servirlo como plato principal o como guarnición, y queda excelente acompañado de un buen pan –ya sea pita o una hogaza rústica– o incluso con arroz.
Información extra:
tiempo de preparación: 10 min. tiempo de cocción: 1 hora comensales: 4/5
Ingredientes:
Para el Guiso de Berenjena
- 150 g de cebolla roja (1/2 cebolla grande aprox)
- 60 ml de aceite de oliva virgen extra
- 400 g de berenjena (una berenjena mediana aprox)
- 5 dientes de ajo
- 80 g de aceitunas negras (o kalamata)
- 670 g de tomate triturado
- 450 g de garbanzos cocidos (peso neto escurrido)
- 1 cda de orégano
- 1 cdta de sal (al gusto)
Para la Salsa de Yogur
- 1 puñado de perejil
- 125 g de yogur griego
- 1/2 limón
- Pizca de sal
Para Servir
- Arroz o pan

Preparación:
- Calienta un poco de aceite en una cazuela a fuego bajo. Mientras tanto, pica la cebolla en brunoise (cubitos pequeños).
- Cuando el aceite esté listo, incorpora la cebolla y sube el fuego a medio. Sofríela hasta que se vuelva translúcida, lo que tomará entre 5 y 10 minutos. Mientras tanto, corta la berenjena en cubos y pica los dientes de ajo.
- Añade la berenjena y el ajo a la cazuela junto con media cucharadita de sal. Cocina todo junto hasta que la berenjena esté bien tierna. Si notas que la mezcla se queda muy seca, no dudes en añadir un poco más de aceite, ya que una berenjena mal cocida puede quedar con una textura desagradable y correosa. Mientras se cocina, aprovecha para cortar las aceitunas por la mitad.
- Agrega el tomate triturado y aprovecha para enjuagar el bote con un poco de agua (o caldo, si prefieres) y vierte también ese líquido en la cazuela. Añade el orégano, los garbanzos ya escurridos y las aceitunas. Incorpora la otra media cucharadita de sal y remueve bien. Asegúrate de que los garbanzos queden bien cubiertos por el líquido; si no es así, añade un poco más de agua. Tapa la cazuela parcialmente y deja que todo se cocine a fuego suave entre 20 y 30 minutos, hasta que los garbanzos estén bien tiernos. Aunque ya estén cocidos, este tiempo de cocción les dará una textura más suave y agradable.
- Aprovecha este rato para preparar la salsa de yogur que acompañará el plato. Pica las hojas de perejil (o las hierbas frescas que uses).
- En un bol mezcla el yogur, con las hierbas, el zumo de medio limón y la pizca de sal. Reserva.
- Para servir acompáñalo con pan y arroz y la salsa de yogur por encima.

Justificación
Garbanzos: Como esta es una receta pensada para ir rápido, hoy recurro a garbanzos cocidos de bote. Actualmente hay marcas de muy buena calidad que solo llevan garbanzos, agua y sal, sin añadidos raros, así que son una opción muy práctica.
Berenjena: Aporta cuerpo y un sabor profundo al plato. La clave para que queden deliciosas es cocinarlas hasta que estén bien blandas. No temas usar aceite con generosidad, ya que eso ayuda a que se cocinen correctamente. Si lo prefieres, puedes sustituirla por otras verduras como calabacín, brócoli, coliflor o calabaza.
Cebolla: Un básico en cualquier sofrito, tanto en la cocina griega como en la nuestra. Para esta receta me encanta usar cebolla morada, que además es muy común en Grecia, aunque cualquier tipo de cebolla funciona bien.
Ajo: Otro ingrediente esencial en los sofritos mediterráneos. Aporta aroma y profundidad al guiso.
Tomate triturado: El tomate en conserva es una excelente opción. También podrías usar tomate entero pelado o en trozos y triturarlo tú mismo.
Orégano: Una de las hierbas más representativas de la cocina griega. En este caso lo usamos seco, pero puedes cambiarlo o complementarlo con otras hierbas como romero, tomillo o una mezcla de hierbas provenzales.
Aceitunas: Añaden un toque salado, sabroso y con textura. Las kalamata son muy características de Grecia, pero también quedan genial las negras. Eso sí, mejor sin hueso.
Aceite de oliva: Fundamental para sofreír bien las verduras y sacarles todo el sabor.
Arroz: Es lo mejor para acompañar a las legumbres como los garbanzos.
Salsa de yogur: Para darle un toque final al plato, me gusta añadir una crema de yogur con hierbas frescas por encima. No solo aporta un contraste visual muy atractivo, sino que también equilibra los sabores y aporta frescura a la textura del guiso. Ahora bien, si no te apetece prepararla, no pasa nada: el alma del plato está en el guiso de garbanzos, y esta salsa es completamente opcional. Yo uso yogur griego, al que le añado un poco de zumo de limón para hacerlo más ligero, y le mezclo perejil fresco picado. Son tres ingredientes muy presentes en la cocina griega.
Opiniones
1. “¡Delicioso! No soy muy fan de la berenjena, pero en este plato se deshace en la boca y combina perfecto con los garbanzos y el tomate. La salsa de yogur le da el toque fresco ideal.”
2. “Me ha recordado a los sabores de cuando fuimos a Grecia. Es un plato reconfortante, sabroso y lleno de matices.”
3. “Me encantó la mezcla de texturas y el sabor profundo del sofrito. Además, se nota que es un plato saludable y completo. Repetiré seguro, y la salsa de yogur ¡es un acierto total!”