El experto en Gestión de Proyectos Culturales y Transformación Organizacional y técnico del área de Industrias culturales y creativas de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales Francisco Miguel López, ha dirigido uno de los Cursos de Verano –‘Innovación Cultural: Design Thinking con Inteligencia Articial’– de la UPO donde ha apostado por «formar habilidades críticas y colaborativas» en un entorno de transformación tecnológica. La tecnología ha transformado profundamente todos los sectores, incluida la cultura; y para responder a este cambio López ha defendido un modelo de formación donde «no se limita al aprendizaje técnico», sino que «promueve el pensamiento estratégico, creativo y adaptado a las realidades del sector».
Así, en una entrevista condedida a Europa Press, el experto ha explicado que «hace ya más de quince años que detectamos la necesidad de actualizar la formación en el ámbito cultural. Nos inspiramos en metodologías de otros sectores para aplicarlas a nuestras particularidades». Por ello, ha surgido así la idea de introducir el ‘Design Thinking’ –una forma de pensar centrada en la innovación colaborativa– y, más recientemente, la inteligencia articial, como «herramientas clave para afrontar los retos del presente». Para López, uno de los problemas fundamentales del sector es la saturación informativa, ya que «hay mucha accesibilidad, pero poca calidad. El reto es aprender a ltrar, a discernir, a priorizar lo relevante. La formación que proponemos no va de apretar botones, sino de entrenar habilidades que nos permitan manejar esa complejidad».
UNA FORMACIÓN HORIZONTAL PARA UNA CULTURA «MÁS ÁGIL Y COLABORATIVA»
Una de las claves del éxito del curso radica en su «formato colaborativo y práctico», que permite «adaptarse» a los distintos niveles del alumnado. «Tenemos desde profesionales con alta competencia digital hasta gestoras culturales que están dando sus primeros pasos en estas herramientas. Por eso optamos por una enseñanza horizontal, donde todos aprenden de todos», ha sostenido. Este enfoque ha dado lugar a proyectos singulares como el ‘Proyecto Puchero’, inspirado en la cocina tradicional y la memoria familiar, logrando convertir un ritual cotidiano en una propuesta cultural innovadora, gracias a la aplicación del ‘Design Thinking’. «Fue un ejemplo claro de cómo una metodología puede detectar oportunidades donde antes solo veíamos rutina», ha señalado. En cuanto al papel de la IA en la cultura, López distingue dos usos, el orientado a la productividad, «que optimiza tiempos y recursos»; y el creativo, todavía «en proceso de consolidación».
«La inteligencia articial puede ayudarte a hacer en una mañana lo que antes tardabas una semana, y eso te libera para crear. Pero en el ámbito artístico aún está verde. Solo quienes llevan muchos años trabajando con estas herramientas consiguen resultados relevantes», ha aclarado. No obstante, ha advertido del riesgo de dependencia ya que «la IA quiere que estés más tiempo con ella. Si no sabes ponerle límites, puedes perder el foco. Para un gestor cultural, eso es peligroso. Lo importante es saber cuándo y cómo usarla».
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL COMO OPORTUNIDAD, NO COMO AMENAZA
De cara al futuro, López ha defendido que «la innovación cultural no puede prescindir de las metodologías ágiles ni de las tecnologías emergentes», pero debe aplicarlas con «inteligencia y sensibilidad». «No todos tenemos que avanzar al mismo ritmo. Lo importante no es correr, sino resolver de la mejor manera posible lo que necesitas», ha armado.
Herramientas como ChatGPT, Canva o Miro –presentes en el curso– se analizan desde esta perspectiva. «Lo que antes tardábamos días en producir, ahora se resuelve en horas. Eso nos devuelve tiempo y energía para lo esencial: imaginar, diseñar y construir cultura con impacto», ha sostenido. Con una propuesta pedagógica basada en «la escucha activa, la adaptación al entorno y la creación colectiva», el curso de la Universidad Pablo de Olavide se consolida como un espacio donde la cultura y la tecnología «pueden dialogar sin miedo». «La clave está en dominar la herramienta, no en dejarse dominar por ella», ha concluido el experto.
Fuente: Europa Press