Formación Permanente

UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE

Luis Ocaña asegura en la UPO que la economía social transformadora es «éticamente más justa» Y «técnicamente viable»

El profesor, Luis Ocaña, asociado del Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Sevilla ha asegurado que «en la economía convencional el ánimo de lucro condiciona todas las decisiones; en la economía social transformadora, en cambio, la equidad salarial, la generación de empleo digno o la defensa del medio ambiente pasan a primer plano». Según ha declarado en una entrevista concedida a Europa Press, el Curso de Verano de la UPO en el que participa –‘La construcción de alternativas desde la economía social transformadora’–, trata un enfoque «divulgativo y participativo», ofreciendo una «panorámica de iniciativas reales» que están demostrando cómo la economía puede organizarse conexiones sociales, ambientales y democráticos.

Este evento ha tenido lugar en la sede de la Universidad de la Pablo de Olavide en Carmona, y ha sido impulsado junto al economista y cooperativista Óscar García, siendo un taller que «explora los modelos económicos que ponen en el centro el bienestar de las personas y del entorno». 

De ese modo, como apuntaba Ocaña en la entrevista, «la economía social transformadora cuestiona el modelo dominante y plantea nuevas formas de producir, consumir y relacionarse que priorizan la vida y el bien común sobre el beneficio económico». En su opinión, este modelo no sólo es «éticamente más justo», sino también «técnicamente viable». «Existen experiencias concretas que lo están demostrando cada día», ha asegurado.

«ESTA ECONOMÍA SIGUE SIENDO INVISIBLE»

En contexto, Ocaña no es solo docente universitario, también forma parte del tejido cooperativo andaluz y ha participado en proyectos de asesoría jurídica laboral para empresas sociales y cooperativas. Además, fue el impulsor del nodo territorial de COP57 Andalucía, una cooperativa de servicios financieros que «canaliza el ahorro hacia proyectos de alto valor social, cultural y ecológico».

«Esta economía sigue siendo invisible en muchas universidades, pero es clave para el futuro del trabajo, de la energía, de la alimentación y de las relaciones sociales», ha sostenido. Para el profesor, las universidades públicas aún tienen una tarea «pendiente», ya que los modelos no capitalistas «apenas tienen presencia en los planes de estudio», y sin embargo son los «más interesantes desde un punto de vista social y medioambiental».

Advierte que gran parte de la enseñanza sigue centrada en un «paradigma neoliberal» que, en muchos casos, presenta un «único modelo de empresa como válido, desconectado de la realidad de muchos territorios y personas». En su crítica a los límites del modelo actual, Ocaña también ha puesto el foco en las barreras legales, aportando que «la legislación laboral y de la seguridad social parte de un modelo de empresa convencional que no se adapta bien a las cooperativas o iniciativas comunitarias».

No obstante, habla sobre que ha observado «un crecimiento constante» de proyectos que «responden a retos como la precariedad, el desempleo o la crisis climática con soluciones colectivas y sostenibles». «Cada vez hay más personas que buscan alternativas al modelo productivo actual, especialmente ante retos como la crisis ecológica o la precariedad estructural», ha armado. Por eso, considera «urgente» repensar los marcos legales y académicos que siguen «ignorando estas formas emergentes» de economía.

EJEMPLOS QUE «OPERAN CON ÉXITO»

Durante el taller se han presentado iniciativas concretas que ya operan con «éxito» bajo los «principios de la economía social transformadora». Entre ellas, Casa Fárfara, una huerta agroecológica en Almería que «desafía el modelo intensivo» apostando por la «sostenibilidad y la proximidad»; SOM Energía, cooperativa de renovables con más de 40.000 socios que suministra «electricidad limpia» en todo el país; y COP57 Andalucía, que garantiza que el «dinero de sus socios no nancie actividades especulativas ni contaminantes». «Estas experiencias prueban que otra forma de hacer empresa no solo es viable, sino imprescindible para construir una sociedad más justa y habitable», ha subrayado Ocaña.Todas ellas, según el profesor, comparten valores como «la transparencia, la participación democrática, el respeto ambiental y la generación de empleo digno». Además, según Ocaña, se caracterizan por su fuerte «arraigo local», un factor clave que las diferencia de los grandes operadores económicos globales.

«La economía social transformadora está implicada en la vida de las personas que habitan una zona y esa conexión con el territorio, les permite responder mejor a las necesidades reales de las comunidades», ha explicado. Ocaña ha concluido la entrevista con una reflexión sobre el horizonte futuro: «Los proyectos empresariales son también proyectos sociales, y esa reflexión sobre qué aportan a la comunidad será cada vez más ineludible en el mundo que viene».

En contexto, el contenido del curso se ha estructurado en torno a tres grandes bloques temáticos: «finanzas éticas, soberanía alimentaria y energía transformadora, tres sectores donde las alternativas están ganando presencia en España y en Andalucía». La jornada ha culminado con la conferencia titulada ‘Una economía para que la vida pueda prosperar’, impartida por ambos codirectores.

Fuente: Europa Press

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