Puede resultar extraño que en esta revista de patrimonio cultural dediquemos un reportaje biográfico a una mujer que ni es artista ni es andaluza de nacimiento. Sin embargo, como veremos a continuación, nada tiene más sentido que dejar que Juana de Aizpuru represente una vez más la vanguardia sevillana.

Juana Domínguez Manso, tal es su nombre de nacimiento, nació en el año 1933 en Valladolid en el seno de una familia burguesa y conservadora. A los pocos años del nacimiento de Juana, la familia se trasladaría a Madrid, donde esta pudo acceder a estudios superiores de Filosofía y Letras. En 1955, con tan solo 22 años, se casa con Juan de Aizpuru y la pareja se traslada a Sevilla por el trabajo de él. Juan era ingeniero de caminos y llegó a ser nombrado Director de Parques Nacionales de Andalucía, obteniendo una creciente relevancia en la ciudad hispalense. Juana empezaría a usar el apellido de su marido, ya que era la forma en la que la gente la identificaba como «mujer de». El matrimonio tuvo tres hijas, todas ellas nacidas y criadas en Sevilla.

Esta vida de mujer de buena posición, muy acorde a lo que se esperaba de ella, dio un vuelco gracias al arte. Juana, una mujer de mentalidad abierta y amplia de miras, entró en contacto con el círculo de la Galería La Pasarela, la cual fue desde su apertura en 1965 hasta su cierre en 1972 el único espacio dedicado al arte contemporáneo en una ciudad en la que la tradición pictórica y el academicismo ocupaban un lugar de prestigio. Juana de Aizpuru, siempre dentro de su posibilidades, se convirtió en una firme clienta de este reducto de la contemporaneidad sevillana y con ello en una de las prácticamente inexistentes coleccionistas de este tipo de arte en la ciudad. Por tratarse de un círculo tan reducido, Juana trabó una relación muy estrecha con los artistas de la galería, que incluía entre otros a Carmen Laffón, Teresa Duclós, Pepe Soto o Luis Gordillo. Tanto es así que cuando La Pasarela se vio forzada a cerrar por falta de apoyo institucional y coleccionistas locales los artistas instaron a Aizpuru a abrir una galería que les permitiese continuar con su labor. Juana, que nunca se había planteado comenzar una actividad profesional de este tipo, quedó cautivada ante la idea y puso todo su esfuerzo en el proyecto. El resultado de esta determinación quedó reflejado en la inauguración de la Galería Juana de Aizpuru en un tiempo récord en 1970 en el número 10 de la Calle Canalejas. Además, para hacer frente a la inversión económica necesaria para establecer la galería no recurrió ni a su padre ni a su marido, sino que pidió un préstamo bancario, ya que no quería depender de nadie al emprender esta aventura. Acabaría separándose de su marido tres años después, el cual le permitió seguir usando su apellido.

Fuente: El País

Juana de Aizpuru pronto comenzó a tener éxito, consiguiendo que la alta sociedad sevillana empezase a interesarse por el arte contemporáneo y es que la galerista tenía un objetivo claro, el cual guiaría su carrera hasta el día de hoy, y no era otro que conseguir que un país tan rico como España en patrimonio histórico equiparase su interés al patrimonio artístico que se estaba generando en el momento. Este desinterés se muestra en la inexistencia en la época de museos dedicados al arte contemporáneo y de un coleccionismo fuerte del mismo, por lo que Juana se propuso servir de lanzadera del arte español del momento desde su base sevillana. Un ejemplo ilustrativo de esta nueva concepción del arte que Aizpuru trataba de establecer es el apoyo que brindó desde sus inicios a la fotografía, medio artístico que todavía no había alcanzado un reconocimiento generalizado en España.

En la década de los setenta, cuando la dictadura era ya más laxa, la galerista aprovechaba toda oportunidad para viajar al extranjero para empaparse de las nuevas tendencias internacionales y de las formas del mundo y mercado del arte en otros lugares. De esta manera, tras visitar grandes ferias de arte como la de Basilea o París, se convenció de que España necesitaba dar pasos de gigante para poder seguir el ritmo al resto de grandes potencias artísticas internacionales tras casi 40 años de un régimen que había hecho todo lo posible por obstaculizar la creación artística libre. Fue entonces cuando tuvo la idea de organizar una feria de arte contemporáneo en España, que sirviese de puerta de entrada a tendencias internacionales y de salida a las nacionales. Y es que Juana de Aizpuru se adelantó a su tiempo al concebir el arte como universal, tanto en sus realizaciones como en su proyección e interconexión internacional. Todo comenzó como un gran sueño que solo la también visionaria Juana Mordó comprendió, pero su férrea convicción la materializó en una realidad que llegaba para romper todos los cánones establecidos. Primero ofreció el proyecto a la ciudad de Barcelona, ya que en ella se había realizado recientemente una feria con artistas nacionales, pero la capital catalana rechazó la propuesta. Aizpuru, frustrada, volvió a Sevilla, pero de repente supo ver la oportunidad que le garantizaría el éxito. Hacía poco se había inaugurado el espacio Ifema en Madrid y Juana no dudó en invitar a Sevilla al director general, Paco Saunay, y al presidente, Adrián Piera, para presentarles su proyecto. Aizpuru en más de una ocasión ha afirmado que fue su entusiasmo por la iniciativa lo que convenció a estos hombres a brindarle su apoyo, más que su experiencia en la organización de este tipo de eventos, la cual era prácticamente nula. En esta primera reunión eligieron el nombre de ARCO (AR de arte y CO de contemporáneo), que luego admitiría la simbología del arco y la flecha. No es de extrañar que, debido a su labor fundamental en el establecimiento de este encuentro artístico sin precedentes en España, la prensa la llamase en ocasiones Juana de Arco.

Fuente: IFEMA

Esta coyuntura obligó a Juana a trabajar como nunca antes, moviéndose entre Sevilla, para dirigir su galería que en 1986 pasó a ubicarse en el número 26 de la calle Zaragoza, y Madrid, para organizar ARCO, de la cual mantuvo la presidencia desde su inicio en 1982 hasta 1986. Aprovecharía su estancia en Madrid para abrir una galería allí en 1983, en la calle Barquillo 44. Juana recuerda en diversas entrevistas la atmósfera de apertura y renacimiento cultural que vivía la capital española en la época de la Transición y la famosa Movida madrileña, energía que supo captar como pocos  para llamar la atención de un público internacional hacia un país que volvía a florecer con toda su fuerza. En esta tarea contó con la ayuda del alcalde de la ciudad del momento, Tierno Galván, el cual dentro de su objetivo de hacer de Madrid una ciudad cosmopolita y abierta colaboró en diversas ocasiones en las iniciativas de Aizpuru.

Fuente: Galería Juana de Aizpuru

A pesar de este compromiso con la ciudad de Madrid que acabamos de comentar y el hecho de que Aizpuru cerrase su galería sevillana en 2004, cuando se le pregunta a la galerista por su hogar siempre habla de Sevilla, de su casa de los Remedios, desde donde empezó todo. Pero no debemos pensar que el vínculo con la capital andaluza es simplemente sentimental, sino que Juana ha actuado activamente por el desarrollo artístico de Sevilla desde distintos prismas. Muestra de ello es que, a pesar de su abierta negativa a la donación de su colección artística, hizo una excepción con el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), al cual donó un total de 26 obras. ¿La razón? Ella misma da la respuesta en una entrevista para Vanity Fair: “porque tenían que estar allí. Por el significado que tiene Sevilla para mí, y porque no las podía vender: eran algo histórico que hacía falta en el CAAC”. Y si algún proyecto de Aizpuru es capaz de expresar de forma todavía más clara su intención de introducir en la sociedad sevillana el interés por el arte contemporáneo este es la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo (BIACS), la cual tuvo su primera edición en 2004. Juana acertó al pensar que la especial sensibilidad del público andaluz sabría apreciar las emociones que el arte contemporáneo es capaz de transmitir a quien está dispuesto a apreciarlo, de hecho fue un éxito generalizado. Sin embargo, problemas con la financiación, el respaldo institucional y la opacidad de las cuentas llevaron desgraciadamente este proyecto al fracaso a los pocos años. Además, entre 1977 y 1984, la galerista creó la Beca Juana de Aizpuru para el mecenazgo de jóvenes artistas andaluces.

Con todos sus aciertos y sus errores, lo que nadie puede negar es el espíritu pionero y visionario de Juana de Aizpuru, el cual supo hacerse oír en un mundo de hombres y ponerse al servicio de la promoción y apertura internacional de nuestro panorama artístico y la defensa de la vanguardia frente al inmovilismo artístico, y todo ello desde sus inicios en Sevilla. ¿Puede negársele la importancia que merece en la conformación de la contemporaneidad sevillana a esta mujer emprendedora? El caso es que su legado indica que la sociedad es cada vez más consciente de su labor y muestra de ello es su Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes en 1997, su nombramiento como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en 2008 o el de Hija predilecta de Andalucía en 2011, entre otros muchos reconocimientos.  Juana de Aizpuru ha sabido, y sigue haciéndolo desde su galería de Madrid, adaptarse a los nuevos tiempos y redefinir el rol del galerista y del coleccionista actual en nuestro país, al cual sin duda todavía le queda mucho por hacer en cuanto al apoyo al arte contemporáneo, y al ámbito cultural en general, desde las instituciones. De hecho la propia Aizpuru ha criticado repetidamente la falta de coleccionismo desde los numerosos museos españoles, dependiendo su negocio en su mayoría de coleccionistas extranjeros, quienes saben ver el valor de nuestro arte autóctono, que nosotros mismos muchas veces parecemos ignorar.

Solo cabe esperar que la estela de Aizpuru sirva como camino a seguir y como muestra del talento que Sevilla, y Andalucía y España por extensión, tiene por ofrecer si se le incentiva y respalda.

 

Referencias bibliográficas

http://presente-continuo.org/entradas/reportaje/140/la-pasarela

https://www.descubrirelarte.es/2019/03/07/juana-de-aizpuru-saber-ver-donde-otros-no-ven-y-que-el-tiempo-te-de-la-razon.html

http://juanadeaizpuru.es

https://coleccion.caixaforum.com/juana-de-aizpuru

https://www.revistavanityfair.es/sociedad/celebrities/articulos/juana-de-aizpuru-galerista-entrevista-feria-arco-movida-papa-francisco/20305

https://moovemag.com/2015/10/galeria-juana-de-aizpuru-refugio-del-arte-contemporaneo/

http://www.caac.es/prensa/dossiers/dos_aizpcol12.pdf

 

Alumno del quinto curso de Humanidades y Traducción e Interpretación en la UPO. Amante del arte y la cultura. ¡Siempre hay algo nuevo por descubrir!

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