Julián Hernández (pp. s. XVI- 1560)
Jonatán Orozco Cruz, Universidad Pablo de Olavide
Julián Hernández nació a principios del siglo XVI en Valverde de Campos. Debido a su escasa estatura y su pronunciada joroba también fue conocido como “Julianillo”. Como en casi todos los casos hay muy poca información sobre su vida, por ello no se sabe exactamente cuando llegó a la ciudad de Sevilla. Sin embargo hay teorías que lo sitúan en la ciudad del Guadalquivir a principios de la década de 1540, donde se convirtió en seguidor del doctor Egidio. Siguiendo esta posibilidad, Julianillo podría haber salido de la ciudad por miedo a las investigaciones inquisitoriales hacia 1550, coincidiendo con el inicio del proceso de su admirado maestro Juan Gil.
Las primeras pruebas documentales que hacen referencia a la presencia de Julián Hernández en Sevilla son de 1555. La vida de Julián entre 1550 y 1555 se desarrolló en ciudades como París, Escocia, Frankfurt, Amberes y Ginebra, lugares donde toma contacto con distintos tipos de grupos reformados y con algunos personajes de la reforma sevillana como Juan Pérez de Pineda.
Finalmente en 1555 recala en Sevilla cargado con libros de todos los lugares en los que ha estado y algunas cartas de los primeros heterodoxos sevillanos exiliados. Una vez en la ciudad se instaló por un tiempo en la casa del amanuense Luis de Abrego, donde asistió en repetidas ocasiones a las reuniones de estudio que se llevaban allí a cabo, en las que coincidió con personajes como Juan Ponce de León entre otros. Por su ocupación, Julián Hernández se relacionó casi con todos los círculos heterodoxos de Sevilla, a los que proporcionaba libros que después fueron catalogados por la Inquisición como heréticos.
Como sabemos uno de estos grupos se encontraba en el monasterio de San Isidoro del Campo, a las afueras de la ciudad. Al parecer el monasterio sirvió como almacén provisional de algunos libros que cargaba Julianillo. El 7 de octubre de 1557 cuando se disponía a transportar algunos de estos libros a la ciudad de Sevilla es descubierto por el Santo Oficio y huye para salvarse del proceso y la probable condena. Sin embargo poco después fue apresado en la villa cordobesa de Adamuz y traído ante el tribunal sevillano.
Durante el proceso, sometido a tortura, delató a muchos de las personas que frecuentaban los conventículos de estudio sevillanos. Además la lista de destinatarios de sus libros estaba repleta de nombres reseñables de la vida religiosa de Sevilla, tanto dentro como fuera del cabildo catedralicio. Por ello a partir de este momento las detenciones y procesos se multiplicaron, cercenando en cuestión de meses a los distintos círculos heterodoxos y localizando a sus principales dogmatizadores. En adelante el Tribunal del Santo Oficio sevillano no dudará en estigmatizar y condenar como luterano a todo aquel que rompiera con la ortodoxia católica establecida.
El 22 de diciembre de 1560, tras más de tres años de proceso inquisitorial, Julián Hernández fue conducido primero al auto de fe y después a la hoguera donde murió abrasado.
Psalmos de David en español (Venecia, 1557). Fuente: Biblioteca Digital Hispánica