En la plaza del Salvador, en pleno centro de Sevilla, podemos contemplar la monumental iglesia del Divino Salvador, el segundo templo más grande de toda la ciudad después de la Catedral. Quédate a leernos que te contamos toda la historia de esta iglesia y las joyas que se esconden en su interior.

 

Antes de comenzar, es muy importante saber que antes de ser edificada la actual iglesia, allí se encontraba una mezquita, la de Ibn Adabbás, que se construyó entre el año 829 y 830. También se ha creído desde hace mucho tiempo que antes que mezquita también fue una basílica romana y también visigoda, aunque no se han encontrado restos que certifiquen esta creencia tan extendida.

La historia «reciente» o más bien cristiana, que es la que aún se conserva comienza tras la conquista de Sevilla por el rey San Fernando, en 1248, ya que manda cristianizar la anterior mezquita de Ibn Adabbás con la advocación de Divino Salvador del Mundo y la profunda reforma dota a la iglesia de coro, órgano, facistol y sillería de madera. Sin embargo, en 1671, debido al paso de los años y especialmente, a causa de la subida del nivel de la calle, se decide derribar la iglesia para construir una más grande y mejor.  La gran inauguración de la nueva iglesia sería en 1679, pero poco antes de ser inaugurada, todo el edificio se desplomó ya que retiraron con demasiada antelación los encofrados y cimbras. Ese mimo año, se decide volver a construir la iglesia, diseñada en 1682 por José Granados de la Barrera quien diseñó también la Catedral de Granada. Las obras finalizaron en 1712, aunque no se construyeron las dos torres gemelas que proyectó el arquitecto, por lo que como campanario quedó la antigua torre islámica que había reformado Leonardo de Figueroa.

Más problemas llegaron en el Divino Salvador cuando en 1852 se le retiró a la iglesia el título de colegiata y pasó a ser una parroquia más de Sevilla. Esto supuso un gran problema, ya que a nivel religioso, no era tan importante y especialmente, supuso un gran bajón económico para la iglesia, que se vio en dificultades para mantener y ampliar su patrimonio e incluso tuvo que vender algunas de sus obras de arte para mantener la iglesia. También al retirarse el título de colegiata, debían trasladar el coro y encontrar una nueva localización para el órgano. Entre los años 2001 y 2008 se llevaron a cabo profundas reformas tanto en el interior como en el exterior que nos permiten contemplar hoy en día la iglesia en su máximo esplendor. Podrías preguntarte que por qué hoy en día se denomina «Iglesia colegial del Divino Salvador» si hemos mencionado que en 1852 se le retiró el título de colegial, y la respuesta es muy sencilla, simplemente ha mantenido el nombre, pero no es una colegiata desde entonces.

 

Ya podemos adentrarnos en el interior de la iglesia. La entrada es gratuita para todas las personas nacidas en Sevilla o 6 euros para el resto del público. Si eres de Sevilla, solo tienes que enseñar tu DNI a la entrada y si no, puedes comprar tu entrada en la página web. 

Comenzamos la visita por la derecha del templo según entramos. Lo primero que veremos será a San Cristóbal, portador de Cristo. Esta es la primera obra documentada de Juan Martínez Montañés, de 1597. Mide 2’25m lo que la hace una escultura imponente. Aunque se nos presenta de frente a nosotros, gira la cabeza para ver al niño Jesús, quien nos bendice con la mano derecha y porta el orbe de la Tierra.

 

Inmediatamente al lado de la pequeña capilla, el retablo de Santa Justa y Rufina, obra de Juan de Dios Moreno en el año 1728 y presidido por Santa Justa y Rufina, patronas y protectoras de Sevilla, que señalan y escoltan la Giralda, tal y como cuenta la tradición de que en el terremoto de 1504 intercedieron para evitar su derrumbe. La talla de Santa Justa y Rufina es anónima del siglo XVI y originalmente se encontraban en el hospital de las  V Llagas.

Separado por un gran pilar, al lado está el retablo del Señor de la Humildad y Paciencia, obra de José Maestre entre 1732 y 1734. En el centro, la talla del Señor de la Humildad y Paciencia de Antonio Quirós en 1696 inspirándose en un grabado de Duero. A los lados del Cristo, imágenes del Arcángel Rafael y San Cayetano, estando rematado el retablo por la virgen de la Inmaculada Concepción junto a San Pedro y San Pablo.

 

A su izquierda, el retablo de San Fernando, ejecutado entre 1760 y 1767, sin conocerse al autor, pero presidido por la talla de San Fernando de Blas Moliner, cubierto con un manto de armiño, coronado  y con la espada en la mano derecha y en la izquierda el orbe terrestre.  A su lado, San Luis, rey de Francia y San Hermenegildo, siendo todas las esculturas de Blas Moliner.

 

También es interesante apreciar los elementos arquitectónicos del templo, que si bien no destacan debido a la gran cantidad de arte que vemos, son de una gran calidad y están ricamente decorados, como por ejemplo, este pilar, en el que se puede ver no solo los detalles del pilar sino también de la pared.

 

Seguimos con el retablo de la Virgen de las Aguas, uno de los más interesantes dentro de la iglesia. Es obra de José Maestre  entre 1724 y 1731. La talla de la Virgen de las Aguas fue una de las grandes devociones de la ciudad hasta hace apenas 50 años, cuando se extinguió su hermandad. Sin embargo, la calidad de la talla es excepcional, siendo una virgen fernandina que guarda grandes similitudes con la Virgen de los Reyes, ya que su intención inicial era ocupar dicha advocación. La virgen solía procesionar en rogativas, especialmente para pedir lluvia aunque también para que protegiese a los galeones que se dirigían a las Indias, siendo la última vez que procesionó por las calles de Sevilla en el año 2008. La Virgen, sentada y con el niño Jesús sentado sobre sus piernas, preside el rico retablo, que tiene en la parte baja un Niño Jesús y posee también un espectacular camarín para la Virgen.

Para nuestra siguiente parada, ya habremos llegado al final de la nave principal del templo, y nos encontraremos de frente con el retablo del Santísimo Cristo del Amor. En pleno centro, encontramos al Santísimo Cristo del Amor, obra de Juan de Mesa en 1620. Es una talla en madera de cedro y la cruz de borne. Presenta a un Cristo ya muerto pero con gran solemnidad y belleza. La anatomía humana queda definida de manera magistral y en cada detalle podemos apreciar la grandísima calidad de la obra. Presta atención ya que a sus pies se encuentra un pelícano, que se está picoteando su propio pecho para que sus crías puedan comer de él y sobrevivir, una representación más del amor.

A la izquierda del Cristo encontramos a la Virgen del Socorro, obra atribuida a Juan de Mesa. Es una portentosa dolorosa que aunque muestra una bella dulzura, presenta un evidente dolor y tristeza. Es destacable la corona procesional que usa en las grandes ocasiones, como el Domingo de Ramos, que queda ricamente decorada con piezas de alta joyería y elevan aún más si cabe su belleza. A la derecha, una talla de San Juan Evangelista, de Antonio Castillo Lastrucci en 1935, que aunque no procesiona el Domingo de Ramos es digna de admirar. Rematando el retablo, en la parte superior vemos a San José con el niño Jesús en brazos, obra atribuida a Pedro Roldán o su círculo.

Según vemos el retablo, a la derecha encontramos al Señor de la sagrada entrada en Jerusalén, que si bien está separada del retablo del Santísimo Cristo del Amor, forma parte de la Archicofradía del Amor. El señor es una obra anónima, aunque atribuida a Pedro Roldán o su escuela y es una talla de candelero. Monta un asno mientras bendice con la mano derecha y sujeta las riendas del asno con la izquierda. Dependiendo de la fecha en la que realices tu visita, el asno podría portar un curioso collar de campanillas, que llama la atención de todos, especialmente los más pequeños, cuando lo ven procesionar en la tarde del Domingo de Ramos.

 

A la derecha del retablo del Santísimo Cristo del Amor encontraremos una puerta y la atravesaremos, para llegar al museo de la iglesia. El museo se ubica en lo que era la sacristía de la Iglesia Colegial, y hoy en día expone parte del gran patrimonio que poseía, aunque este hoy en día ya no es utilizado en las labores litúrgicas o en la vida eclesiástica en general. Pasea tranquilamente y disfruta de los enseres, mantos, trajes, custodias, cálices, libros, lienzos y relicarios que allí encontrarás, como los que te enseño también a continuación

Manto de la Virgen de las Aguas
Manto de la Virgen de las Aguas
Custodia                                                       

Una vez salgamos, lo primero que veremos de frente será una gran talla de Simón de Cirene, más normalmente, Cirineo. La talla es de Sebastián Santos en 1970  y fue ideado para procesionar junto al Señor de Pasión, sin embargo, apenas procesionó unos años y fue eliminado, quedando desde entonces en el interior de la Iglesia.

 

Al lado, el retablo del Señor de los Afligidos, ejecutado por José Maestre entre 1721 y 1724 y presidido por el Señor de los Afligidos, un nazareno de vestir que porta una preciosa cruz de carey, las cuales no son muy habituales de ver en la capital sevillana. En el ático del retablo podemos ver la coronación de la Virgen por Dios y Jesucristo. Al lado podemos ver también una bella virgen gloriosa de lo que poca información podemos encontrar.

 

Continuamos y llegamos al retablo y portada de la capilla Sacramental. Este precioso retablo, obra de Cayetano de Acosta y finalizado en 1764. Está claramente dedicado al Santísimo Sacramento, siendo de estilo rococó y compuesto por tres cuerpos. En la hornacina alta observamos una escena de adoración al Arca de la Alianza y al Cordero Pascual, rodeado por Moisés, Aarón, Melquisedec, un pontífice y un médico de la iglesia. Rematando el monumental retablo, Dios Padre, imponentemente iluminado con la luz de la gran vidriera detrás suya, con un gesto de gran dinamismo y sujetando el orbe de la Tierra que a su vez trata de sujetar un angelito. Vemos también a la Virgen del Voto, una talla anónima de 1654 y la cual ha sido muy difícil de identificar debido a la falta de información sobre ella.

Continuando llegaremos al retablo de la Virgen del Rocío, una de las más grandes devociones de Sevilla aunque la talla original y su origen esté en su ermita de Almonte. El retablo es obra de José Maestre entre 1718 y 1731 y originalmente estaba dedicado para los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel. Sin embargo, con la realización de la talla de la Virgen del Rocío, obra de Sebastián Santos y el grandísimo crecimiento del fervor y devoción a la Blanca Paloma hicieron cambiar su dedicación. La Virgen es una réplica de la original en Almonte y procesiona por las calles de Sevilla cada 22 de diciembre, siendo popularmente conocida como «la lotera», ya que coincide con el día del sorteo de navidad.

El último retablo que encontraremos será el de Santa Ana, una de las grandes obras de José Montes de Oca. Está presidido por Santa ANa, la madre de la Virgen María. Representa una curiosa escena en la que Santa Ana enseña a la Virgen a leer, de un modo cercano y alegre, con unas potentes miradas llenas de amor. En los lateras, San Joaquín, esposo de Ana y  San Antonio de Padua con el niño Jesús en brazos, ambas del círculo de Montes de Oca. En el ático, dos santos obispos y en el centro de una hornacina, una Virgen del Carmen sentada en un trono.

Ya hemos rodeado por completo la iglesia, pero aún nos queda por ver su retablo mayor, siendo lo que más nos llame la atención por su tamaño y calidad artística. Preside la nave central y es considerada como la mejor obra de Cayetano de Acosta, siendo finalizado en 1779. La bellísima obra está ricamente decorado y tallado, pudiendo observarse de manera ascendente el Sagrario, la Inmaculada Concepción, la transfiguración de Jesús en el monte Tabor junto a dos apóstoles, y en lo más alto, Dios Padre.

Todo el retablo está repleto de ángeles y arcángeles que decoran y sostienen columnatas que le dan un gran dinamismo y esplendor.  El altar también está coronado por una impresionante bóveda ricamente decorada con pinturas murales realizadas por Juan de Espinar alrededor del año 1775, representando la gloria celestial y el Espíritu Santo. La bóveda y la pintura fueron ideadas como una continuación del retablo mayor, como si fuera parte del cielo y la gloria.

 

 

Ya hemos terminado con el interior de la iglesia, ¡pero eso no es todo! Volveremos de nuevo a la plaza del Salvador, y saliendo de la iglesia hacia nuestra derecha, andaremos unos metros siguiendo la fachada de la iglesia, hasta encontrar el número 3 de la calle, una puerta de madera y en su lateral, un cartel que indica la entrada en la Archicofradía Sacramental de Pasión. Llegaremos al antiguo patio de las abluciones de la primitiva mezquita de Ibn Addabás y podremos ver parte del alminar original, una fuente y parte de los arcos del patio, aunque parcialmente enterrados debido a la subida del nivel del suelo. Finalmente, subiendo los escalones que nos llevan a una gran puerta, accederemos a la capilla Sacramental, nuevamente, estaremos dentro de la iglesia del Divino Salvador.

Dentro, nos encontramos ante un retablo de plata presidido por Nuestro Padre Jesús de la Pasión, obra de Juan Martínez Montañés entre 1610 y 1615. Esta es una talla de cuerpo completo pensada para vestir y normalmente, presenta un nazareno con un rostro tranquilo y relajado aunque sufriente y triste. La pierna izquierda inicia un movimiento de caminar, apoyándose en un saliente rocoso de la peana. La imagen, al ser articulable, también puede presentar a Cristo maniatado. Esta obra, es la más célebre de Martínez Montañés y se debate como una de las mejores obras de la imaginería de Sevilla.

A los lados del Señor de Pasión, vemos a una Virgen y a un San Juan Evangelista. La Virgen de la Merced es obra de Sebastián Santos en 1966, teniendo una muy dulce pero entristecida mirada. Junto a ella procesiona el San Juan Evangelista que vemos al otro lado, realizado por Juan de Astorga en 1862.

 

Espero que podáis realizar esta visita y que nuestro artículo os ayude a situaros y entender la gran cantidad de patrimonio que encontramos dentro de esta colosal iglesia sevillana. Disfrutad de ella, porque en pocos sitios estaréis tan cerca de obras de tantísima calidad como aquí.

 

BIBLIOGRAFÍA:

*todas las imágenes son de realización propia*

Web Oficial Catedral de Sevilla. (2022, 24 octubre). Retablos destacados – Web Oficial Catedral de Sevilla. https://www.catedraldesevilla.es/iglesia-de-el-salvador/iglesia-colegial/arte/retablos-destacados/

Ardoju. (s. f.). LA VIRGEN DE LAS AGUAS DEL SALVADOR 1928. https://lasevillaquenovemos.com/2013b/virgen-aguas-salvador.html

Nuestra Señora de los Reyes. Sevilla:::::::RAFAES. (s. f.). http://www.rafaes.com/glorias-Virgen-aguas.htm

Virgen del Voto. Hermandad de Pasion::::::RAFAES. (s. f.). http://www.rafaes.com/inmaculada-imagenes-virgen-voto.htm

De Sevilla, P. (2017, 5 mayo). El patio de los Naranjos del Salvador. https://www.patrimoniodesevilla.es/el-patio-de-los-naranjos-del-salvador

 

 

 

 

 

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