“Es fundamental regular fenómenos como el teletrabajo, derogar los aspectos fundamentales de la reforma laboral y salvaguardar el sistema público de pensiones”

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Carlos Aristu, secretario general de CCOO Sevilla

[/fusion_text][separator style_type=»single» top_margin=»20″ bottom_margin=»20″ sep_color=»#555555″ border_size=»» icon=»» icon_circle=»» icon_circle_color=»» width=»10%» alignment=»left» class=»» id=»»][fusion_text]– ¿Cuáles son los principales cambios que se están produciendo en el mundo del trabajo?

Asistimos a una etapa de profundas transformaciones sociales en dimensiones diferentes y a un ritmo vertiginoso. Nuestra sociedad es hoy más compleja, por la interconexión de estos procesos de cambio entre ellos, y el mundo del trabajo no es ajeno a esto. Fenómenos como el cambio tecnológico, la digitalización, el cambio climático o la propia mutación en el perfil de las empresas en mundo globalizado hacen que las relaciones laborales sean hoy un espacio en permanente transformación. Para que estos cambios no incrementen el riesgo de perjuicio a las personas trabajadoras, especialmente a las más precarizadas, queremos ser partícipes de los cambios y facilitar procesos de transición justa.

– ¿De qué manera están afectando a los trabajadores?

Existe en la actualidad un conglomerado de brechas de desigualdad que, en plena transformación del mundo del trabajo, corren el riesgo de verse incrementadas. La brecha territorial, pues unos territorios van a tenerlo más fácil para adaptar sus estructuras productivas al futuro; la brecha de género, pues las mujeres corren el riesgo de ver aún más deterioradas sus condiciones fruto de la discriminación sistemática y generalizada; la brecha generacional, pues las personas jóvenes se encuentran con unas dificultades enormes para acceder al mercado de trabajo en condiciones dignas; la brecha entre nacionales y extranjeros, que sufren a menudo las peores expresiones de explotación laboral. Y, cómo no, la brecha entre clases sociales: la precarización del trabajo y el deterioro de los instrumentos públicos que protegen y posibilitan la cohesión social hacen que la desigualdad esté aumentando en nuestro país y eso afecta directamente a nuestra gente, las personas trabajadoras.

– La crisis del Covid-19, ¿ha contribuido a precarizar aún más las condiciones laborales?

La pandemia ha sido un acelerador de procesos que ya estaban en marcha, y conlleva ese riesgo de intensificar las desigualdades. El sindicato tuvo que dar un paso adelante para proteger y atender a nuestra gente en los peores momentos, cuando los y las trabajadoras esenciales –eternamente invisibilizadas y precarias en muchos casos- tuvieron que ir cada día al tajo sin protección y con mucho miedo e incertidumbre. Hicimos posible, gracias al diálogo social, el instrumento de los ERTE para salvar cientos de miles de empleos. Pero ahora toca construir la etapa post-covid, y es fundamental regular fenómenos como el teletrabajo, derogar los aspectos fundamentales de la reforma laboral y salvaguardar el sistema público de pensiones. Ahí se juega buena parte del partido.

– ¿De qué manera el teletrabajo ha ayudado o perjudicado a los trabajadores?

Por un lado, las empresas que supieron implantar esta modalidad de producir pudieron mantener su actividad y garantizar puestos de trabajo, lo que les permitió no perder cuotas de mercado e impulsar procesos de innovación necesarios. Por otro lado, teletrabajar conlleva afectaciones importantes en relación a la salud laboral, espacialmente por los riesgos psicosociales, el difícil ejercicio del derecho a la desconexión digital y un riesgo enorme de retroceder en términos de conciliación y corresponsabilidad. Lo hemos visto durante la pandemia. Por ello, es fundamental regular y negociar en las empresas esta forma de trabajar como cualquier otra. Tenemos ya un marco normativo que invita a ello, se trata de ejercer el sano y democrático derecho a la negociación colectiva en este ámbito.

– La subida del precio de las tarifas eléctricas. ¿De qué forma va a repercutir en los trabajadores y a las empresas?

La subida de precios va a perjudicar de forma grave a las personas y familias más vulnerables, y este país tiene una parte importante de su población trabajadora en una franja económica de ingresos muy limitada. Y además se va a lastrar la competitividad de las empresas. En CCOO exigimos al Gobierno que rectifique y fije correctamente los precios y bonos energéticos, además de garantizar de forma efectiva un suministro básico como es el eléctrico a las personas con menos recursos.

– ¿Crees que el gobierno actual protege lo suficientemente a la clase trabajadora?

Nunca se protege suficientemente, más en un país en el que la desigualdad sigue aumentando entre las rentas del trabajo y las de capital insistentemente. Estamos muy pendientes de que se cumplan compromisos adquiridos como la subida del SMI a los márgenes establecidos en el ámbito comunitario, la derogación de la reforma laboral y la salvaguarda negociada del sistema público de pensiones. Pero también hay que reconocer que, en un escenario histórico de emergencia sanitaria y económica, hemos alcanzado acuerdos de gran envergadura que supusieron la no destrucción de cientos de miles de empresas y millones de empleos. La crisis de 2008 se gestionó con otros parámetros.

– Recientemente has sido elegido como secretario general de CCOO Sevilla. ¿Qué retos te planteas durante tu mandato?

Asumo el cargo en un momento en el que el sindicato goza de buena salud. Somos la primera organización sindical de Sevilla, Andalucía y España, e incrementamos diferencias con la segunda. Nuestros ingresos provienen en un 95% de las cuotas de las personas que se afilian a CCOOO, no necesitamos de nada ni de nadie para seguir funcionando. Se trata ahora de seguir siendo la referencia útil y representativa, en un mundo cambiante, de las mil y una formas que hoy existen de ser trabajador o trabajadora. Queremos ser un sindicato a la ofensiva, permeable y accesible a las realidades laborales más precarizadas, para que sean copartícipes y protagonistas del sindicalismo de clase de los próximos años. En CCOO ocupa el mismo espacio un rider, una asistente de ayuda a domicilio, un catedrático de universidad o un operario de la industria manufactura tradicional.

– ¿Qué estrategias consideras necesarias para revitalizar el sector laboral en la provincia, con una alta tasa de paro?

Impulsamos hace pocos años la alianza “Sevilla en clave industrial” y toca recuperarla y exigir a administraciones que sitúen como prioridad el freno a la desindustrialización que sufre Sevilla. Precisamos de una estructura productiva equilibrada, sostenible en el futuro y que genere empleo de calidad para que nuestros jóvenes no se exilien para no ocupar espacios muy precarizados. Por otro lado, hay que recuperar políticas activas y de formación para que los más vulnerables puedan acceder a trabajos de sectores en transformación. La COVID-19 ha demostrado que una economía en torno al turismo es más vulnerable a los vaivenes y eso se va a notar en los ritmos de recuperación venideros.

– ¿Qué papel debe desempeñar CCOO Sevilla en la actualidad?

Tenemos la responsabilidad de seguir siendo la primera organización social de este país. Nuestra credibilidad se gana en la utilidad de la función sindical resolviendo pequeños y grandes problemas a la gente trabajadora, que se afilia y presenta candidaturas de CCOO en sus empresas. Y eso nos sitúa como actor de primer orden llamado a participar del diseño de la sociedad del futuro. Si no vamos a la ofensiva en esta etapa, las brechas de desigualdad se harán estructurales, y eso generará menos cohesión social, lo que afectará a la credibilidad de la propia democracia.
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