Con el objetivo de generar espacios de economía no monetaria y solidaria, la Universidad Pablo de Olavide ha puesto en marcha su propio Banco del Tiempo, una iniciativa en la que los miembros de la comunidad universitaria podrán intercambiar favores, saberes y habilidades empleando el tiempo como forma de pago. Su coordinadora, María José Molina Ramírez, nos explica en esta entrevista cómo funciona esta alternativa económica social.
¿En qué consiste un banco del tiempo?
Un banco del tiempo es un sistema en el que los miembros de un grupo pueden intercambiar habilidades sin utilizar el dinero, sino empleando el tiempo. Únicamente se contabilizan las horas de servicio prestado y recibido. Además, la hora de una determinada persona vale lo mismo que la hora de otra, independientemente del valor social o monetario que habitualmente se le atribuye a esa actividad o servicio.
¿Cómo surgió la idea de crear un banco del tiempo en la UPO?
La creación del Banco de Tiempo de la UPO fue propuesta por un grupo de estudiantes y profesores en la fase participativa del Plan Estratégico 2014-2016 de esta universidad. Fue una de las propuestas que surgió por parte de la comunidad universitaria que tuvo más apoyos y queda plasmada en la línea estratégica “Fortalecer nuestra política de participación social”. El Vicerrectorado de Estudiantes, Cultura y Compromiso Social retomó esta idea y desde la Unidad de Cultura y Participación Social lo hemos puesto en marcha con el asesoramiento de la Asociación El Enjambre sin Reina. Después de meses de trabajo, lo presentamos el pasado mes de febrero.
¿Quiénes pueden formar parte de él?
Está destinado a todos los miembros de la comunidad universitaria: estudiantes, profesores e investigadores y personal de administración y servicios. Pero cualquier otra persona que esté interesada en este proyecto se puede sumar a la iniciativa. Hasta la fecha hay inscritas más de cuarenta personas y esperamos que este número crezca, ya que hemos puesto en marcha una serie de talleres en los que trabajamos en grupo para definir nuestro Banco del Tiempo, darle forma y darlo a conocer.
¿Cómo funciona?
Para pertenecer al Banco del Tiempo de la UPO los interesados deberán rellenar un formulario de inscripción en el que detallarán los servicios que ofrecen y los servicios que solicitan. Una vez inscritos, deberán acudir a la oficina situada en el Edificio Celestino Mutis, despacho 2-4 de la planta sótano, en horario de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas. En esa visita validaremos la inscripción y los usuarios recogerán la cartilla donde posteriormente quedarán recogidos los intercambios de servicios.
Las ofertas y demandas de servicios se publicarán en la página web y los interesados en un servicio determinado serán puestos en contacto a través de la oficina del Banco del Tiempo. El tiempo empleado o recibido quedará reflejado en una cartilla.
¿Qué tipos de ofertas y demandas hay?
Actualmente hay ofertas y demandas de todo tipo, pero prevalecen las relacionadas con el aprendizaje y enseñanza de idiomas, principalmente inglés. También hay ofertas relacionadas con el apoyo en el estudio, elaboración y redacción de proyectos, clases de cocina, de manualidades, de baile, cuidado de niños, adiestramiento de mascotas, taller de reparación de bicicletas o gente que solicita que le echen una mano en el huerto de la UPO.
¿Qué características tiene un banco del tiempo universitario?
Al ser un proyecto de reciente creación aún estamos estudiando qué características presenta. Lo que sí podemos afirmar es que sus usuarios son personas con mentalidad abierta, joven, y con muchas inquietudes.
¿Cómo animarías a la comunidad universitaria a pertenecer al Banco del Tiempo de la UPO?
Las ventajas que aporta un banco del tiempo son numerosas. Es una herramienta muy útil para estrechar lazos y redes dentro del entorno cotidiano, en nuestro día a día. Puede solventar muchas de las necesidades de cada persona con el apoyo comunitario y sin tener que invertir dinero. Siempre se puede aprender mucho, así que podemos sumar en conocimiento e incluso también en autoestima. Y es que se trata de una herramienta muy potente de empoderamiento. Normalmente, las personas que se enfrentan a la ficha de inscripción del Banco del Tiempo tienen muy claro los servicios que solicitan, pero no tan claro lo que pueden ofrecer. Todas las personas tenemos muchas cosas que podemos ofrecer y hasta que no nos paramos a pensar no nos damos cuenta de todas las habilidades y conocimientos que pueden ser muy útiles para otras personas.