El trastorno del espectro autista se caracteriza por un déficit en la comunicación e interacción social, así como la aparición de comportamientos repetitivos e intereses limitados desde la infancia temprana. En este desorden, el procesamiento anómalo de los estímulos sensoriales es un síntoma secundario que aparece con una alta frecuencia en los pacientes. A su vez, la aparición de malformaciones en el cerebelo, región del encéfalo capaz de integrar las diferentes modalidades sensoriales gracias a su conexión con la corteza cerebral, es una de las características anatómicas más frecuentes en personas con este desorden.