Inauguración Curso Académico 2016-2017

Inauguración Curso Académico 2016-2017

21 de septiembre de 2016

El 1 de julio de 2017, prácticamente finalizando este Curso Académico que inauguramos formalmente hoy, se cumplirán 20 años de la creación de nuestra Universidad por el Parlamento de Andalucía. El Acto de hoy, y mis palabras, deben estar dedicadas especialmente a hacer un balance de estos 20 años desde la perspectiva de saber qué hemos hecho, a dónde hemos llegado, cual ha sido nuestro papel en el Sistema Universitario Público de Andalucía y, sobre todo, que perspectivas de futuro tenemos.

Antes de acometer dicha tarea, como cada año en este momento, es de justicia recordar a los profesores, investigadores, gestores y estudiantes fallecidos durante al pasado Curso Académico, a quienes agradecemos su dedicación para con nuestra Universidad, todas aportaron mucho de sí mismas para hacer mejor a la UPO y por ello todas están en la memoria viva de nuestra Comunidad Universitaria, de la que formaron, forman y formarán parte, y que les honra a través de este recuerdo. Y me van a permitir que tenga un especial recuerdo para quien ha sido una de las piezas claves de la puesta en marcha de nuestra Universidad y que, en su trabajo diario, comprometido y casi devoto, fue capaz de formar equipos de personas a las que inculcó la seriedad, el rigor, el esfuerzo y la dedicación. Me refiero a José Manuel Jiménez Cañete, quien fuera nuestro Vicegerente económico, no sólo excelente trabajador y excelente persona, que ha dejado una imborrable huella en todos nosotros y a quien ningún agradecimiento será nunca suficiente.

Como parte de la tradición académica universitaria, el Acto de Apertura sirve para mostrar cómo se encuentra nuestra Universidad a través de la lectura, y desde hace algunos años también visionado, de la memoria académica del Curso recién concluido (2015-16). No sólo hacemos, con ello, un ejercicio de responsabilidad social, de rendición de cuentas a la Sociedad a la que nos debemos como Universidad Pública, sino que también nos permite disponer de los datos a través de los cuales se puede medir el avance de nuestra Universidad que, un año más, ha sido capaz de cumplir con sus cometidos en un escenario difícil y complicado.

Tradicional es también el dictado de una Lección Inaugural a cargo de un doctor de nuestro Claustro Universitario. Le ha correspondido hacerlo al Prof. Dr. D Raúl Giráldez Rojo, Profesor Titular de lenguajes y sistemas informáticos, que nos ha ilustrado sobre “El Horizonte Tecnológico: una visión prospectiva del análisis inteligente de datos masivos” y no cabe sino felicitarle por su excelente exposición y por mostrarnos la trascendencia que cobra en el mundo actual y futuro la ciencia de los datos, del análisis de datos, una de las disciplinas que está llamada no sólo a ser objeto de docencia e investigación, sino también a ser generadora de un gran número de empresas y de puestos de trabajo. Muchas gracias, doctor Giráldez, por su ilustrativa lección.

Este año, siempre en el respeto el respeto a las tradiciones, el Acto de Apertura de Curso recoge la entrega de premios, honores y distinciones. En la UPO este Acto se fue configurando hasta incluir distinciones a personas pertenecientes a todos los sectores de la Comunidad Universitaria. Este año volvemos a un formato más tradicional, la entrega de los Premios Extraordinarios de Doctorado puesto que estamos trabajando en la instauración de un día de la UPO, cuyo Acto Académico de celebración acogería la entrega de todos los honores, premios y distinciones que la Universidad otorga.

Quiero mostrar mi sincera felicitación, como Rector y como representante de esta Comunidad Universitaria, a los jóvenes investigadores distinguidos con los Premios Extraordinarios de Doctorado del Curso 2014/2015, distinción fruto de su trabajo y de su vocación universitaria, más apreciable y reconocible en estos difíciles tiempos para la docencia y la investigación, para la captación y retención del talento. Me gusta siempre recordarles que deben sentirse legítimamente orgullosos de ser distinguidos como los mejores, orgullo extensible a sus familiares, pero que ello conlleva también una mayor  responsabilidad porque quien tiene más talento, más capacidades, debe liderar la tarea de construir una sociedad más justa, más igual, con mayor bienestar en la que esté garantizada la dignidad, la existencia digna, de toda persona por el mero hecho de serlo. Y también, porque esta es la mejor forma de devolver la deuda adquirida con la sociedad que ha aportado tantos recursos para vuestra formación.

Como he dicho al principio, el 1 de julio de 2017 se cumplirán 20 años de la creación de la Universidad Pablo de Olavide y puedo afirmar sin duda alguna que nuestra Universidad ha cumplido con creces el objetivo para el que fue creada. Si lo hemos logrado ha sido gracias a todos y cada uno de los componentes de la Comunidad Universitaria sin los que ninguna política ni acción desde los centros de mando hubiera dado todo este rendimiento; y gracias a las Instituciones Públicas y Privadas que nos han ayudado generosamente, permítanme que destaque a los Ayuntamientos de Dos Hermanas, Sevilla y Alcalá de Guadaira sobre cuyos términos municipales nos asentamos.

Lo acabo de decir, afirmo que hemos cumplido sobradamente con los objetivos que marcaron nuestra creación y hemos sido una Universidad que ha alcanzado importantes cotas de calidad en docencia, investigación y compromiso social.  Recordaré algunos datos de fuentes contrastables que avalan esta afirmación: la UPO ocupa el primer puesto en Andalucía en productividad en docencia; destaca como octava a nivel nacional y ahora primera de Andalucía con la ratio más alta en cuanto a la demanda de sus estudios en primera opción; es la primera Universidad de Andalucía en tasa de éxito y en tasa de rendimiento de sus estudiantes, según los últimos datos del curso 2014-2015; destaca por su intensa actividad investigadora en términos de productividad, figurando, sistemáticamente en los últimos cinco años, entre las tres mejores Universidades Españolas en producción investigadora por profesor; es también  la tercera Universidad Española en número de proyectos obtenidos en las convocatorias del Plan Nacional de I+D por cada 100 profesores; en términos relativos es de las que más fondos investigadores capta en convocatorias competitivas y de excelencia investigadora, nacionales y europeos, figuramos entre las diez Universidades Españolas con mayor índice de emprendimiento. Y sobre todo, en cada actividad docente, investigadora y de gestión hemos puesto compromiso social, hemos buscado impactar en nuestro entorno social, económico, cultural, y creemos firmemente que docencia, investigación y gestión deben estar al servicio de la continua transformación social hacia una sociedad más justa, más igual, con mayor nivel de bienestar, en la que se destierre la pobreza y la exclusión, en la que toda persona tenga reconocida efectiva y materialmente la dignidad que le corresponde por el mero hecho de ser persona. Y hemos procurado derramar todo esto por los Municipios de nuestra Provincia, llevando la Universidad al mayor número de personas posible.

Importante es también que, en algún modo, hemos sido una fuente de acicate para la mejora del Sistema Universitario Andaluz, porque siempre hemos sido innovadores, flexibles, hemos abierto camino muchas veces. Tanto en nuevas titulaciones, en la modernización de títulos, en los títulos conjuntos, en los títulos con Universidades Extranjeras, en docencia en inglés, como en la adaptación al espacio europeo de enseñanza superior con grupos de clase ajustados a los parámetros de la Unión Europeo, con la idea de prestar un servicio de enseñanza pública superior que garantice la mejor formación teórica y práctica de nuestros estudiantes.

Lo cierto es que somos una buena Universidad que ha sido capaz de llegar hasta aquí, de enriquecer y hacer mejor al Sistema Universitario Andaluz, pero siempre con problemas, obstáculos y dificultades, los que parece que están destinados a acompañarlos también en el futuro más inmediato si desde las instancias políticas competentes no se remedia. Ya el año pasado recordaba que “no se debe olvidar que un 40% de la existencia de la UPO lo ha sido en tiempos de crisis que, claro está, ha afectado a todos, pero mucho más a una Universidad que estaba en plena fase de desarrollo, crecimiento y consolidación de su proyecto, de su plantilla, de sus titulaciones, de su investigación. En el momento en que necesitábamos de más nutrientes para poder crecer, de más cuidados y atención, llegó la crisis, y todas las medidas que ustedes saben, con los efectos especialmente nocivos para Universidades como la UPO. Sobre añadido, tengo que decir que el modelo de financiación de las Universidades Andaluzas aprobado en 2007 no ha allegado a la UPO los recursos necesarios y suficientes, pues su aplicación ha revelado disfunciones importantes muy negativas para esta Universidad y que sólo se han podido paliar gracias a un ejercicio de solidaridad, que aquí agradezco, de las demás Universidades Públicas Andaluzas, y mediante acciones específicas de la Consejería ante necesidades urgentes: recurrentemente tenemos que acudir al fondo de insuficiencia financiera. Pero el modelo de 2007, todavía prorrogado y que lo estará también para 2016, y no sabemos si para 2017, no ha garantizado ni garantiza, conforme a sus criterios generales de reparto, la suficiente financiación para la UPO, sobre todo teniendo en cuenta que su necesidad de crecimiento y consolidación era, y es, mayor que la de aquellas Universidades ya consolidadas”.

Si no se remedia esta situación, y ya ha pasado un año sin que la situación haya cambiado sustancialmente, en los próximos Cursos Académicos afrontaremos graves consecuencias que terminarán repercutiendo en la calidad y cantidad del servicio público que prestamos. Esto no tendrá explicación alguna para quienes formamos parte de la UPO, porque creemos que hemos construido una buena Universidad Pública, ni para la sociedad a la que servimos.  Hablemos de personal: nuestro PAS, que no dispone apenas de tasa de reposición, afronta una carga de trabajo alta, incrementada por la descentralización, por parte de la Consejería, de la gestión de convocatorias de diverso tipo, y no podemos responder a ello con los correspondientes refuerzos humanos y técnicos; nuestro PDI sigue esperando soluciones para su estabilización y promoción porque ni una tasa de reposición del 100% serve para apenas nada, como tampoco apenas nos sirve la nueva medida que permite convocar plazas de Catedrático de Universidad por “promoción interna”. Con una bolsa de acreditados actual de más de 170 personas acreditadas en las distintas categorías, no podemos dar un horizonte razonable de promoción ni estabilización a nuestro profesorado (al último acreditado le tocará “promocionar” dentro de 20 años, más o menos), no podemos asumir más que muy limitadamente por razones presupuestarias, la convocatoria de plazas de Ayudante –Doctor. Con una tasa de funcionarización del 19% no se sabe cuando podremos llegar al 51% exigido por la LOU. Si nuestros Profesores e Investigadores quieren buscar un futuro mejor en otras Universidades y Centros, no tenemos capacidad para retenerlos ni, desde luego, para sustituirlos por otros. Tenemos un elevado riesgo de que se nos vaya el talento sin que podamos captar nuevo talento en su lugar, sobre todo si sus perspectivas, ante la imposibilidad de contratar más tiempos parciales es que tengan que asumir más carga docente, dar clase a grupos más masificados, renunciar a incrementar su actividad investigadora o renunciar a poner en marcha nuevas titulaciones: es decir, muchos obstáculos y dificultades pero ningún incentivo.

Es hora de pasar a los hechos y pido al Consejero aquí presente y a su Equipo, que hagan todo lo posible para proporcionar a la UPO los recursos necesarios para poder acometer los tres planes de fortalecimiento que necesitamos: en materia de personal, de investigación y de infraestructuras. Es la única forma de eliminar, o por lo menos aliviar, todos estos problemas con el objetivo de permitir que esta Universidad, una buena Universidad, con buenos resultados, con buen rendimiento, verdaderamente implicada con la sociedad, pueda crecer y consolidarse como merece, sobre todo como merecen sus docentes, investigadores, gestores y estudiantes.

Para ello, hay que saber enfocar adecuadamente las dificultades que vienen marcadas por la obligación de cumplimiento de la regla de gasto sin afectar a la estabilidad presupuestaria. Y hay que encontrar la vía para superarlas porque, si no es así, los problemas y las dificultades irán agravando nuestra situación. Quiero recordar que la UPO está prácticamente fuera de cualquier parámetro de normalidad en el nuevo sistema, y esto es ya inaplazable corregirlo y solucionarlo.

También es necesario aprobar el nuevo modelo de financiación. Lo poco que hasta ahora sabemos de él no permite calibrar si va a suponer una mejora real de financiación para las Universidades Públicas de Andalucía, y hay muchas aspectos a tratar que no se sabe si podrán acometerse con éxito en menos de cuatro meses. En todo caso, de forma unánime los Rectores de las Universidades Públicas de Andalucía hemos acordado el pasad lunes 19 de septiembre que 1) Es necesario efectuar una liquidación del modelo actual y saber cuales son los retos y cuestiones que quedan pendientes y que deben ser recogidas en el nuevo modelo (deuda real con las Universidades, disponibilidad de los remanentes de libre disposición, justificación de la investigación del período 2007.2012, traspasos pendientes de ejercicios anteriores como los 70 millones pendientes de 2015, etc.), 2) solicitar que se comunique formalmente qué dinero se a destinar a Universidades en 2017, no sólo el montante global que lo sabemos informalmente, sino los distintos conceptos y, sobre todo, la operativa, 3) mientras estos datos no estén disponibles, no se entrará a hablar de la propuesta de modelo de financiación, sin perjuicio de presentar otra diferente y elaborada por AUPA.

Por otro lado, y en esa misma reunión, los Rectores acordamos que debíamos hacer referencia al grave problema creado por la supresión de la  selectividad, y lanzar un mensaje tranquilizador a los estudiantes de bachillerato y a sus familias. En este sentido, la AUPA acordó transmitir a los dos Consejeros competentes, y consta que así se ha hecho, que las Universidades Públicas de Andalucía han acordado que en 2017 la prueba de acceso a la Universidad sea igual a la actual PAU adaptándola al sistema curricular del nuevo bachillerato y pendientes de la orden ministerial de desarrollo del RD que regula la prueba de bachillerato. Estamos seguros de que ambas Consejerías, y ambos Consejeros, (Educación y Economía y Conocimiento) trabajarán conjuntamente con las Universidades en este objetivo.

Sé que el  Consejero, hoy presente con nosotros, es una persona cabal, capaz y enormemente trabajadora, y tiene conciencia de todas estas cuestiones. Aunque todavía hay problemas importantes pendientes de solución, en el momento actual, su trabajo y el de su equipo, ha permitido que tengamos un escenario de mayor certidumbre en 2016 en cuanto a la financiación y a la tesorería, y es algo que agradezco sinceramente. Por ello, le reitero la petición de que atienda tanto a la situación especial de la UPO, y que trabajemos conjuntamente para solucionarla a la mayor brevedad, como a las demandas de los Rectores de las Universidades Públicas aquí expresadas. De lo que se trata es de permitir hallar el marco que permita a todas ellas, fortalecer el Sistema Universitario Andaluz, y contribuir cada vez con más eficacia, al avance de Andalucía, desde la defensa de la enseñanza universitaria pública, modelo de igualdad de oportunidades y de formación e investigación de calidad, modelo que predica con el ejemplo de la bajada de tasas, con el ejemplo del fraccionamiento de pagos de la matrícula y con la apuesta por el conocimiento como clave y respuestas para la sociedad del siglo XXI y, sobre todo, para las personas.

Para nuestra Universidad se abre hoy un nuevo Curso oficialmente, aunque las clases comenzaron el pasado día 12 de septiembre. Nosotros también tenemos trabajo interno, no todo son peticiones a los responsables políticos. En una senda de fortalecimiento, que esperamos sea atendida, nos corresponderá profundizar en la detección y eliminación de las bolsas de ineficiencia, algo que venimos haciendo regularmente como demuestra el hecho de que el último informe de la Fundación CYD determine que somos la Universidad Española que más tasa de ahorro bruto logró en el Curso 14-15 con un 30,7%. Afrontamos decisiones importantes que condicionarán nuestro futuro más inmediato, también el de medio plazo, y tendremos que optar por aquellas que  sirvan para sostener la investigación en niveles de excelencia, para defender la estructura de estudios más adecuada y reflexionar sobre la actualización y modernización de nuestra oferta académica, para facilitar la trabajo a nuestros gestores, para ofrecer la mejor formación teórica y práctica a nuestros estudiantes y garantizar su acceso y permanencia en los estudios  si tienen dificultades económicas. En gran parte dependemos de las decisiones que se adopten en los foros políticos que nos regulan, pero en el momento de la verdad, somos nosotros quienes decidimos qué queremos ser y a dónde queremos llegar en la continua construcción de nuestra Universidad. No deja de ser cierto que el futuro está en nuestras manos, tenemos la responsabilidad, la obligación, pero también la oportunidad, de moldearlo en beneficio de la sociedad. Como dice el tantas veces aludido sin ser nombrado

“yo te convido a creerme cuando digo futuro”


HE DICHO.

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