Desde la Facultad de Ciencias del Deporte y el Departamento de Deporte e Informática de la Universidad Pablo de Olavide, el profesorado integrado por Marta García Tascón, Julio Herrador Sánchez y David Blanco Luengo junto con el grupo AIGAD (Asociación Universitaria para la Innovación en la Gestión y Actividades Deportivas) vienen trabajando desde hace años en la investigación de la seguridad para los equipamientos deportivos, así como en la concienciación y sensibilización con esta problemática.
Desde el año 2000, se cuentan hasta 16 los menores fallecidos en accidentes con porterías o canastas de instalaciones deportivas, parques o centros escolares (Gavilán, 2011). Sin embargo, esta información, que ha sido recopilada de fuentes secundarias como medios de comunicación, podría mostrar solo una parte de la realidad puesto que no refleja los casos en que niños o niñas han sufrido secuelas de importancia por accidentes de este tipo.
Partiendo de la base de que una instalación deportiva debe garantizar la seguridad tanto de los deportistas como de los técnicos, familia, personal de mantenimiento y administración, profesorado, etcétera, gran número de las lesiones y accidentes que ocurren en estas instalaciones y con sus equipamientos deportivos se deben a que no se encuentran en las condiciones adecuadas o se les da un uso inadecuado. En estos casos, la sociedad en general y los agentes responsables directos en particular –cargos políticos, personal educador, organizaciones sindicales, ayuntamientos, empresas de construcción y fabricación, compañías aseguradoras– aún no muestran la sensibilidad para adoptar las medidas necesarias que permitan que estos accidentes no vuelvan a ocurrir o se puedan minimizar los efectos.
La profesora de la Universidad Pablo de Olavide Marta García Tascón, investigadora principal del estudio, ha desarrollado diversos trabajos en relación a la seguridad de los equipamientos deportivos con el grupo IGOID (Investigación en Gestión de Organizaciones e Instalaciones Deportivas) de la Universidad de Castilla-La Mancha y con el proyecto MAID (Mejora y Armonización de las Instalaciones Deportivas) del Consejo Superior de Deportes y coordinado por el Instituto de Biomecánica de Valencia, entre otros. Las investigaciones realizadas constatan que el cumplimiento de la normativa UNE y UNE-EN no llega al 30% en la mayoría de los casos, en ocasiones simplemente por falta de información o formación del personal técnico responsable, voluntad política o falta de innovación en el sector. Así, en abril de 2016, Antonio González Cánovas, inventor del sistema antivuelco para porterías de balonmano y fútbol presentó su trabajo en la Universidad Pablo de Olavide, resultando un importante elemento para la investigación en materia de seguridad en equipamientos deportivos, puesto que se trata del elemento que más accidentes y muertes produce.
Tras completar la etapa de investigación, se proyectaron diferentes acciones con el objetivo de dar visibilidad a la iniciativa: vocalía del órgano de trabajo de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), del Subcomité AEN/CTN 147/SC2 encargado de los deportes, equipamientos e instalaciones deportivas; participación en pruebas de certificación de equipamientos deportivos; desde la propia universidad, apostando por el aumento de la seguridad deportiva con porterías antivuelco para balonmano y fútbol sala; con la firma de un convenio específico con el inventor Antonio González Cánovas para la realización de actividades de investigación; colaboración con la Asociación Nacional de Seguridad Infantil para la creación de dos decálogos para la prevención de accidentes en menores con equipamientos deportivos; y participación en la difusión de la investigación realizada desde la universidad con este sistema antivuelco en diversos foros como el VIII Congreso Iberoamericano de Economía del Deporte (CIED 8) o el reciente y prestigioso Congreso WASM 2017 (Asociación Mundial para la Gestión del Deporte) celebrado del 20 al 23 de junio en Kaunas (Lituania).
Como resultado, el sistema antivuelco Tutigool ha sido utilizado en diferentes competiciones a nivel nacional, europeo y mundial como el Campeonato del Mundo Universitario de Balonmano (Antequera, Málaga), la Copa del Mundo de Balonmano (Blanes, Gerona), el Campeonato de España de Selecciones de Balonmano (Blanes, Gerona) o el Campeonato Europeo Universitario de Balonmano (Antequera, Málaga).
Finalmente y más recientemente, el proyecto ha presentado la campaña “Súmate al deporte sin riesgo”, financiada e impulsada por la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía en el marco del convenio de colaboración firmado entre el rector de la Universidad Pablo de Olavide, Vicente Guzmán, y el consejero Francisco Javier Fernández, con el objetivo de desarrollar proyectos conjuntos relacionados con el incremento de la seguridad deportiva en el uso de instalaciones y equipamientos para la práctica del deporte. A esta campaña de sensibilización pueden adherirse los centros deportivos que lo deseen, que recibirán un distintivo de calidad que ya posee la UPO como primera entidad adherida. Además, la campaña contempla la difusión a nivel regional de un decálogo de buenas prácticas.
Concluyendo la importancia de la realización de labores previas de prevención y sensibilización, sin embargo, es necesario hacer una valoración de los riesgos. Para ello, el grupo de investigación apuesta por el desarrollo de un decreto de normalización de seguridad; que las nuevas adquisiciones de equipamientos deportivos se hagan bajo la premisa del cumplimiento de las normas UNE-EN; y la programación de planes de reposición de los diferentes equipamientos deportivos y de las tareas de mantenimiento preventivo.
El estudio se plantea aún algunos retos que considera pendientes, como el desarrollo de una exhaustiva inspección de instalaciones deportivas en Andalucía como recoge la nueva Ley del Deporte 5/2016 de Andalucía; la creación de un protocolo de actuación en caso de accidente deportivo de consecuencias importantes junto con la administración estatal, para que pueda ser utilizado por los juzgados; la creación de un registro de accidentes deportivos con el objetivo de realizar el seguimiento y el estudio epidemiológico que sean la base de las labores de prevención; dar difusión nacional y europea a la campaña; trabajar en la concienciación para que esta campaña sea de obligado cumplimiento; y la creación de una asociación/fundación para personas afectadas por accidentes deportivos.