El rector de la Universidad Pablo de Olavide, Vicente Guzmán Fluja, ha presidido hoy el acto de inauguración de la segunda edición del Máster Superior en Asesoría y Defensa Jurídica (antiguo Máster Superior en Abogacía). A dicho evento han asistido también José Antonio Colmenero Guerra, director del Máster y Raúl Sánchez Gómez, director de la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad Pablo de Olavide, además de representantes de instituciones patrocinadoras y colaboradoras en dicho programa formativo.
Durante su intervención, el rector ha destacado que el principal objetivo del máster es conseguir que cuando los alumnos del mismo ejerzan la abogacía, trabajen con un estándar alto de atención al cliente, defendiendo sus derechos e intereses y estando a la altura de las circunstancias. Por otro lado, ha asegurado que “el Máster Superior en Asesoría y Defensa Jurídica se realiza con altos niveles de calidad gracias al apoyo de despachos, asesorías jurídicas o instituciones, que nos permiten presumir de un programa excelente y de calidad contrastada, mérito del profesorado que entrega lo mejor de sus conocimientos para transmitírselo a los alumnos”.
Dicho programa formativo persigue ofrecer al estudiante una formación que incluya nuevas habilidades y conocimientos fundamentalmente prácticos, referidos a cómo se ejerce la abogacía desde la base de la experiencia profesional de quienes ya la ejercen y que la transmiten a los estudiantes futuros abogados. Para ello, la UPO cuenta con la colaboración de las principales instituciones jurídicas, tales como el Colegio de Abogados, el Decanato de los Juzgados, Fiscalía, Colegios Notariales o de Registradores, así como los más importantes despachos y asesorías jurídicas de empresas que acogerán al alumnado en prácticas.
Por otro lado, el método del máster se basa en implantar un programa académico moderno, adecuado a los requerimientos actuales, y que refleje las necesidades del mercado de trabajo en abogacía. Además de utilizar el ‘método del caso’ y simulaciones prácticas como base de la docencia, este programa formativo incluye el conocimiento del inglés, el manejo de las tecnologías de la información y la comunicación, así como la formación complementaria en materias conexas con la abogacía como la contabilidad, la argumentación y oratoria o la psicología forense.
Según Guzmán, la abogacía es más que una profesión. Los abogados tienen como principal misión prestar a los ciudadanos el asesoramiento necesario para la adecuada protección y defensa de sus derechos e intereses. Aunque se suele identificar la labor del abogado con la litigación, en defensa de esos derechos e intereses, ante los juzgados y tribunales, la abogacía implica la prestación de muchos otros servicios: aconsejar, negociar, pactar, redacción de documentos jurídicos de diversa índole (contratos, testamentos, etc.), y algunas otras más.
Concretamente, en el caso de la litigación procesal, la abogacía forma parte del fundamental derecho, reconocido en nuestra Constitución, a la defensa, a su vez integrante del derecho al proceso debido, y con reflejo en la adecuada tutela judicial efectiva que debe ser solicitada por quien tiene las conocimientos y la técnica para ello. En las demás tareas, los abogados cumplen con otra función importante, la de dar seguridad y tranquilidad a los ciudadanos en sus relaciones humanas, jurídicas, económicas, sociales.
El máster, que comenzará el 1 de octubre y durará dos cursos académicos, es de carácter presencial, está gestionado por el Área de Formación Permanente de la UPO y aportará a los estudiantes 90 créditos ECTS.
