Investigación

San Acisclo no fue ajusticiado en el anfiteatro de Córdoba, según un estudio de la Pablo de Olavide

Un análisis de las excavaciones descarta el anfiteatro como lugar donde murió el patrón de Córdoba, así como su supuesta reconversión en centro de culto paleocristiano

Uno de los ábsides aparecidos en el anfiteatro de Córdoba
Uno de los ábsides aparecidos en el anfiteatro de Córdoba

San Acisclo no fue ajusticiado en el anfiteatro de Córdoba. Así lo afirma Rafael Hidalgo Prieto, profesor de la Arqueología de la Universidad Pablo de Olavide, en un estudio publicado en el último número de la revista especializada Habis. En él desmiente algunas de las premisas planteadas tras el hallazgo de este nicho arqueológico en los bajos del actual rectorado de la Universidad de Córdoba, de gran valor para conocer la configuración de la zona en época romana y su evolución. Los resultados obtenidos apuntan, además, a que este anfiteatro no fue durante la Antigüedad Tardía un centro de culto paleocristiano como se venía afirmando hasta ahora.

“A raíz de su descubrimiento, los excavadores plantearon que el edificio fue el lugar donde, al final de su suplicio, habría muerto el mártir cordobés Acisclo a principios del siglo IV d.C. Este trabajo viene a confirmar que seguimos sin saber dónde fue ajusticiado”, apunta Rafael Hidalgo. Según señala, la noticia que hace referencia a que la pasión y muerte de este santo, patrón de la capital cordobesa, se produjo en el anfiteatro de Córdoba corresponde a un texto de época medieval, la passio Aciscli et Victoriae, redactado por alguien que desconocía completamente los hechos reales acaecidos en la ciudad.

Este desconocimiento hace que, como refleja el artículo, el texto sea una copia casi literal de la narración de otra pasión, en concreto la de la mártir italiana Santa Cristina. “A tal documento no se le puede conceder ningún tipo de rigurosidad histórica, continuando así completamente abierta la incógnita de dónde pudo producirse el martirio de San Acisclo”, afirma el profesor Rafael Hidalgo Prieto. A ello se suma otras evidencias como la ausencia de tumulatio ad sanctos, una práctica que tiene su origen en el deseo de los fieles de enterrarse junto al lugar donde ocurrió el martirio o cerca de las reliquias del mártir, con la firme creencia de que éste intercedería a favor del propio difunto.

Otra de las hipótesis mantenidas en torno a estas excavaciones apunta a que sobre las ruinas del anfiteatro se habrían construido durante la Antigüedad Tardía un centro de culto paleocristiano. “A este supuesto centro de culto se han querido vincular diversos ábsides aparecidos durante la excavación, pero éstos no pueden corresponder a capillas cristianas”, apunta este arqueólogo. Según el estudio realizado, esto se confirma por el hecho de que en la excavación no ha aparecido ninguna evidencia que permita pensar que la zona se destinó al culto cristiano. Por el contrario, cabe la posibilidad de que los ábsides correspondan al sistema de cimentación del propio anfiteatro, en concreto a una reforma efectuado a lo largo de su vida.

3 de mayo – 19 h

Encuentro con la cantaora Coral de los Reyes: 3 de mayo de 2024, 19:00 horas