
La comunidad científica internacional ha lamentado la muerte de la primatóloga Jane Goodall, ocurrida por causas naturales a los 91 años de edad, cuando se encontraba en California en una gira de conferencias.
Junto a Dian Fossey y Biruté Galdikas, «formó el trío de mujeres pioneras que hicieron posible que el mundo comprendiera la profundidad emocional, social y cognitiva de los grandes simios, estableciendo un puente de unión con nuestra propia especie».
Jane Goodall apoyó la publicación del libro ‘Proyecto Gran Simio’, escrito por Peter Singer y Paola Cavalieri, en el que «se sentaron las bases éticas para un cambio de paradigma en la relación entre los humanos y los demás homínidos. Su voz resonó entonces, como hoy, como una llamada a la justicia y al respeto hacia los que comparten con nosotros un mismo origen evolutivo».
«Los grandes simios han quedado hoy huérfanos de una voz poderosa que luchó sin descanso por su libertad y por la protección de sus bosques. Jane Goodall nos mostró que los chimpancés sienten, piensan, se comunican y transmiten su cultura de generación en generación», ha asegurado el director ejecutivo del Proyecto Gran Simio, Pedro Pozas Terrados.
Jane Goodall, pionera en el estudio de los chimpancés salvajes, era Mensajera de la Paz de Naciones Unidas, recibió en 2003 el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. Además, era Dama comandante de la Orden del Imperio Británico, Medalla de la UNESCO, de la Legión de Honor Francesa y Medalla Presidencial de la Libertad, concedida por Joe Biden en 2025, hasta sumar más de un centenar de premios y reconocimientos, así como ser nombrada Doctora Honoris Causa en más de una treintena de universidades de todo el mundo, entre las que se encuentra la Pablo de Olavide.
Santiago Martín Bravo, profesor de Botánica de la UPO, escribió en 2019 un perfil sobre los inicios y el legado de la científica desaparecida: ‘Jane Goodall, una simia blanca, grande y rara’.
Fuente: Europa Press