Cada mujer andaluza realiza un trabajo doméstico por valor de 30.237 euros al año, según un estudio realizado por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) y por el Departamento de Economía, Métodos Cuantitativos e Historia Económica de la Universidad Pablo de Olavide. El estudio, que fue presentado ayer jueves por la consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez Rucio, la directora del IAM, Soledad Ruiz, y la profesora de la UPO, Lina Gálvez, supone el primer análisis que determina el valor económico del trabajo de cuidados que mujeres y hombres realizan para el sostenimiento de los hogares y el bienestar de la sociedad.
El estudio “El trabajo de cuidados de mujeres y hombres en Andalucía. Medición y Valoración” también revela que el trabajo en el ámbito doméstico aporta a Andalucía una riqueza no contabilizada de 167.500 millones de euros anuales, cifra que está muy por encima del PIB andaluz generado por el trabajo remunerado (140.000 millones en 2012) y de la que 104.800 millones (el 62,5%) serían aportados por las mujeres. En concreto, cada mujer andaluza realiza anualmente de forma gratuita un trabajo de cuidados (hogar y familia) de 30.237 euros, casi el doble del generado por un hombre (18.822 euros).
En este sentido, el estudio contribuye a transformar la percepción del trabajo doméstico no remunerado, así como del propio trabajo remunerado, considerado tradicionalmente como única base económica de la sociedad. Más aún, según destacó la consejera, en “estos momentos de recortes presupuestarios”, en los que, incidió, el Gobierno no puede “utilizar la excusa de la crisis para recortar en un ámbito económico tan imprescindible para el desarrollo de la sociedad como es la dependencia”. En concreto, Sánchez Rubio puso como ejemplos el recorte estatal en el programa de escuelas infantiles y la retirada de financiación a la Ley de la Dependencia, por la que se han visto afectadas 51.093 mujeres que ejercían de cuidadoras no profesionales y a las que se dejó de pagar la Seguridad Social tras las reformas del Gobierno.
Tal y como ha recordado la consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, el avance de la mujer en el mercado laboral no se ha visto acompañado al mismo ritmo de la introducción del hombre en el ámbito doméstico, quizás “por ser la sociedad consciente de la importancia del trabajo remunerado, pero no del trabajo familiar, tradicional y erróneamente adjudicado a la naturaleza femenina, con la consecuente desigualdad de género”. En este sentido, ha destacado la importancia de este estudio por dar a conocer el peso económico del trabajo de cuidados no remunerado, así como por mostrar la doble carga de trabajo de las mujeres, que, como consecuencia de ello, tienden a renunciar a su promoción profesional en pro de la familia.
Tiempo dedicado
Así, respecto a la distribución del tiempo dedicado al trabajo de cuidados no remunerado, la investigación destaca que las mujeres andaluzas dedican una media diaria de 4 horas y 30 minutos, frente a las 2 horas y 5 minutos de los hombres (dos horas y media más al día). Sumando la jornada laboral remunerada y no remunerada, el trabajo de una andaluza ocupada a tiempo completo es de 11 horas y 10 minutos, dos horas más que la de los hombres.
De media, el porcentaje de hombres que participan en tareas del hogar es del 78,4%, frente al 94,5% de mujeres. Por edades, el análisis refleja una tendencia positiva hacia el futuro, dado que el tramo de edad más joven (16 a 24 años) es donde se registran menos diferencia, tanto en el nivel de participación (93,1% mujeres y 84,76% hombres) como en el tiempo dedicado (las mujeres dedican 1,28 horas más). Asimismo, el nivel educativo también repercute: a medida que aumenta la formación, las diferencias en cuanto a participación disminuyen.
Una de las conclusiones más destacadas del estudio es la influencia de la situación de convivencia de la mujer en la disposición del tiempo. Así, mientras que los hombres que viven en pareja disminuyen la participación en casa respecto a los solteros, en las mujeres se produce el fenómeno contrario: el gran incremento en cuanto a dedicación se produce por el hecho de vivir en pareja (no por cuidar a dependientes). Según la investigación, cuando las mujeres pasan de vivir solas a vivir en pareja sin hijos ni mayores dependientes aumenta el tiempo de trabajo de cuidados en 1 hora 8 minutos, un incremento mucho mayor que cuando a su convivencia en pareja se suma un menor.
El estudio concluye, por tanto, que la pérdida de disponibilidad de tiempo de las mujeres se da en el paso de vivir en pareja, y no con la maternidad. Además, se destaca que la época de máxima dedicación femenina al hogar está entre los 40 y 50 años (con más de 5 horas diarias), coincidiendo con la etapa clave en la carrera profesional.
Respecto al empleo, cuando las mujeres tienen un trabajo remunerado, no se reduce el porcentaje de participación, pero sí el tiempo dedicado (aunque sólo en una hora). En cambio, en los hombres sí se reduce la participación (en 13 puntos porcentuales).
Por tipo de ocupación, el grupo de profesionales científicos e intelectuales es donde existe menos diferencia tanto en participación como en tiempo de dedicación, frente al sector agrícola, ganadero y pesquero, donde más brecha hay (100% de mujeres dedicadas frente al 43% de hombres, y con una diferencia de tiempo de 5,46 horas).