El profesorado y el alumnado del Curso de Verano de la Universidad Pablo de Olavide ‘Arqueología de campo’, que se ha desarrollado en Carmona entre el 31 de julio y el 25 de agosto, ha descubierto un nuevo tramo de la calzada romana que podría ser la vía que unió las ciudades de Carmona y Sevilla, Carmo e Híspalis, hace más de dos mil años. El curso está dirigido por el jefe de servicio de la Delegación de Patrimonio del Ayuntamiento de Carmona y director del Museo de la Ciudad, Ricardo Lineros, y el arqueólogo municipal Juan Manuel Román.
Las personas participantes en el curso han hallado el pavimento de esta calzada, construido en tres niveles superpuestos de mortero, albero y cal, así como otros materiales, principalmente cerámica de época romana. Estas excavaciones se han desarrollado en el interior del recinto del Conjunto Arqueológico de la Necrópolis, por el que transcurre parte de la vía.
Los primeros restos de esta calzada ya fueron hallados por el arqueólogo inglés Jorge Bonsor a finales del siglo XIX, lo que se interpretó como parte de la conocida como ‘Vía Hispalis’, eje de comunicación entre ambas ciudades, que tuvieron especial protagonismo en época romana.
Este Curso de Verano de la UPO permite la formación práctica en una excavación real, así como contribuir a aclarar la construcción de esta calzada romana, su origen y funciones y aumentar, de esta manera, el conocimiento histórico y patrimonial sobre Carmona.
Su principal objetivo es que el alumnado pueda conocer sobre el terreno todos los aspectos a los que se tiene que enfrentar un profesional de la arqueología cuando realiza una excavación. De esta forma, las sesiones formativas se organizan a través de sesiones prácticas de excavaciones arqueológicas en la zona de la Necrópolis romana, apoyadas por sesiones teóricas en las que se han tratado temas metodológicos y de aspectos relacionados con la gestión de las excavaciones, como la legislación o la documentación administrativa necesaria.