Cursos de Verano

Javier Aroca: “Hay matonismo desde el poder, que no quiere ciudadanos libres sino súbditos dóciles”

El analista político denuncia un “déficit democrático severo” en los centros de poder y asegura que la corrupción ha degenerado en institucional, “creando desconfianza y frustración”

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Según Aroca, en España se han vulnerado derechos y libertades como parte de una estrategia planificada

“El nuevo poder no quiere ciudadanos libre, sino súbditos dóciles y temerosos”. Así de rotundo se expresa Javier Aroca, licenciado en Derecho y Antropología, diplomado en Árabe y analista político, a la hora de denunciar la regresión democrática que, a su juicio, padece nuestro país. Según Aroca, en España se han vulnerado derechos y libertades como parte consustancial de una estrategia planificada, pagando el mayor precio “quienes menos tienen en lo social y económico”. Así, cree que “la calidad democrática está perdiendo enteros a un ritmo exponencial”, ya que la corrupción y el “aferramiento al poder” de quienes lo han ostentado hasta ahora “están banalizando pilares fundamentales de la calidad democrática, como la libertad de expresión o de manifestación”, para sentenciar que “hay matonismo desde el poder”.

Javier Aroca ha realizado estas declaraciones en el ámbito del curso “Democracia y ciudadanía hoy: nuevas formas de participación política. In memoriam a Rosario Valpuesta”, que se desarrolla dentro de la programación de los cursos de verano que la Universidad Pablo de Olavide celebra cada año en su sede de Carmona y que dirigen el doctor Francisco Infante, profesor de la UPO, y Atenea Melgarejo, economista y abogada. El analista político participó en una mesa redonda sobre “Los retos de la política andaluza hoy”.

Aroca considera que la situación política actual sufre una “crisis de representatividad y de legitimidad”, ya que mucha gente no cree que las actuales estructuras “representen de verdad sus intereses”, por lo que ve imprescindible “acercar y crear confianza en los valores de la política”. Se ha producido –añade- un alejamiento entre los políticos, los partidos tradicionales, los sindicatos, las instituciones y la gente, lo que generado un “déficit democrático severo en los centros de poder que cada día toman decisiones sobre nosotros”.

Javier Aroca afirma que las grandes opciones políticas “se han difuminado”, siendo la clase trabajadora “la que más sufre el desapego al sentirse abandonada en sus intereses y sin referentes”. Además, la corrupción “ha degenerado en institucional, y eso crea desconfianza y frustración”. Por este motivo, apuesta por devolver el protagonismo a la ciudadanía articulando nuevas formas de participación política “en profundidad”, entre las que enumera “el control, la apertura, la revocabilidad de los cargos y la extensión del principio electivo en todos los poderes y niveles”.

Por último, asevera que la economía “ha colonizado en su nivel superior a la política” en una suerte de “nuevo despotismo” en el que se dice “que todo es por el pueblo pero sin contar con el pueblo”. Y algunos gobiernos intentan gobernar para los ciudadanos, “pero hay una parte reservada en la que los intereses de éstos pasan a un segundo nivel”. “El caso griego está siendo el más claro exponente”, concluye.

27 de abril