La Universidad Pablo de Olavide ha celebrado el II Workshop ‘Construyendo el Modelo Olavide Dual’, en el que se ha presentado una guía para empresas que incluye la hoja de ruta establecida por la UPO que, según el rector Francisco Oliva, marcará el trabajo colaborativo en el ecosistema de aprendizaje dual de la Universidad.
Con el objetivo de la puesta en marcha de cuatro grados duales, en el encuentro también se hizo entrega de las cartas de adhesión de las empresas que se comprometen con la formación con mención dual en la Universidad Pablo de Olavide. Asimismo, se creó un espacio colaborativo de networking sobre el Modelo Olavide Dual en el que se realizó un intercambio de información entre las empresas participantes y las direcciones académicas de los centros de la UPO que implementarán estos grados.
Además del rector, asistieron al workshop el vicerrector de Estrategia y Planificación Académica y vicerrector primero, José Antonio Sánchez Medina; la vicerrectora de Relaciones Instituciones y Fundaciones, Laura López de la Cruz; la directora general de Empleabilidad y Emprendimiento, Amapola Povedano Díaz; y representantes de las facultades de Ciencias Experimentales, Ciencias Empresariales y de la Escuela Politécnica Superior. Entre las empresas participantes en el proyecto, han asistido representantes de NTT DATA, Pricewaterhouse Coopers, SOLTEL, EMERGYA, Integra y el Colegio de Ambientólogos de Andalucía (COAMBA).
El siguiente paso de este proyecto para grados duales en la Universidad Pablo de Olavide será el envío de la Memoria de Olavide Dual a la Agencia de Calidad Científica de Andalucía (ACCUA) y, hasta el fin del presente curso académico, se diseñará la formación de tutores y tutoras académicas y de empresas; el aula virtual de apoyo; y se desarrollará el procedimiento de evaluación.
Aprendizaje vivencial
La formación dual es un proceso sistémico de enseñanza-aprendizaje que combina la adquisición de conocimientos, competencias prácticas y actitudes de forma simultánea e integrada en la universidad y en la empresa para alcanzar unos resultados de aprendizaje universitarios. Las diferencias con el sistema de prácticas de estudiantes en empresas suponen un aprendizaje vivencial, es decir, se aprende mientras se aplican los conocimientos; la evaluación no se suma, sino que se consensúa, siendo el proceso de aprendizaje iterativo, no secuencial como en las prácticas. El espacio de aprendizaje alterna la universidad y la organización desde el inicio; y la remuneración es obligatoria.
De esta forma, cada estudiante tiene una jornada y un horario en el centro y en la empresa y su plan formativo es individual, con un sistema de evaluación de la actividad laboral desarrollada.
Entre los beneficios para las empresas, destaca la captación y retención del talento universitario; la recuperación de la inversión en formación a medio plazo; la mejora del tejido productivo, económico y social gracias a la transferencia de conocimiento desde la universidad; el recorte de la brecha intergeneracional; y la promoción de la Responsabilidad Social Corporativa.