Manuel Salguero, director del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla, ha afirmado este viernes que España es un país donde la investigación científico-técnica de los homicidios está “muy desarrollada desde hace muchos años”, por lo que los cambios que se han producido en los últimos tiempos han sido “mínimos” en relación con el hecho principal, como la “investigación de la causa y mecanismo de la muerte en los homicidios desde el punto de vista pericial, analítico y del estudio microscópico de la muerte violenta”, que es el campo de trabajo al que se dedican los profesionales del centro que dirige.
Salguero ha hecho estas manifestaciones en el transcurso de su participación en el curso ‘Investigación científico-técnica de los homicidios: abordaje multidisciplinario’, que se ha impartido en la sede de Olavide en Carmona – Rectora Rosario Valpuesta dentro de la programación de la XVI edición de los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide y bajo la dirección de Antonio Rico, profesor de la UPO.
En opinión del responsable de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla, España es un país de referencia en cuanto a la metodología para la investigación de homicidios, muy por delante de países desarrollados como Estados Unidos, donde “el nivel científico-técnico y la cobertura analítica de pruebas y de estudios en caso de homicidios ni siquiera se acerca” al que se desarrolla en los centros españoles.
Para Manuel Salguero, la irrupción de las nuevas tecnologías aplicadas a la investigación de las muertes violentas “ha supuesto un apoyo pero no ha cambiado radicalmente nada” y piensa que “se le está dando una importancia que realmente tiene, pero menos”. Por el contrario, ha asegurado que “lo realmente importante es el factor humano en cuanto a preparación, formación y la altísima capacidad técnica de las personas que investigan; la tecnología es una ayuda, pero sólo una ayuda”, ha subrayado.
Por este motivo, ha señalado que, “salvo muy contados”, en España se resuelven la inmensa mayoría de los casos de muerte violenta “gracias a la investigación científico-técnica y a la colaboración directa entre Policía, médico forense y laboratorio, todo ello bajo la supervisión de las autoridades judiciales”. Para los investigadores, los casos más complejos en el campo de las pruebas analíticas y microscópicas en el ámbito de los homicidios son las muertes violentas de los niños “porque exigen un despliegue técnico y muchas veces un estudio mucho más complejo que en los adultos”, ha explicado este profesional que intervino en la autopsia del pequeño Gabriel, asesinado en Almería.
Precisamente, preguntado por la presión mediática y social que en ocasiones han de soportar los investigadores, Salguero ha aclarado que esta no les afecta “en absoluto” en el desarrollo de su labor, ya que se trata de profesionales que están acostumbrados a realizar su trabajo en estas circunstancias.