Cursos de Verano

Profesor de la UPO cree que habría «más presión» a los gobiernos si hubiera más conciencia sobre el medio ambiente

El profesor titular de la Universidad Pablo de Olavide perteneciente al departamento de Ingeniería Química Antonio Rosal ha hablado en los cursos de verano de Carmona (Sevilla) de una «presión mayor» en los gobiernos si la sociedad dispusiera del «conocimiento profundo de la situación medio ambiental y sus consecuencias».

El director del seminario de ‘Compostaje y vermicompostaje: aprovechamiento de recursos contenidos en residuos urbanos’ ha asegurado que «debe existir una voluntad política a todos los niveles» para frenar los altos índices de residuos sólidos, así como una «educación medio ambiental para elevar la conciencia sobre la necesidad de cambiar los hábitos de consumo».

«Precisamente, esto último puede ser la base; si la sociedad dispone del conocimiento profundo de la situación medio ambiental y sus consecuencias, su presión es mayor sobre los gobiernos y distintas autoridades», ha comentado el docente.

Además Rosal ha mencionado ejemplos de «posibles actuaciones» para impulsar el cambio, como «productos comerciales sostenibles con el medio ambiente, incrementar el uso de materias primas alternativas, evitar el despilfarro de alimentos, separar en origen y de manera eficaz los tipos de residuos».

El experto ha hablado de estas iniciativas ante la actual situación de generación de residuos: «Los datos indican que, actualmente, se generan en torno a 20 mil millones de toneladas de residuos sólidos al año en el mundo y según estimaciones de la ONU, en 2025, esta cifra se quintuplicará».

«De esta cantidad de residuos, aproximadamente, 2.250 millones de toneladas corresponden a residuos sólidos urbanos; se trata de una ingente cantidad que obliga a buscar soluciones eficaces para su gestión y su tratamiento que eviten su impacto ambiental sobre los recursos ambientales que dispone el planeta y la amenaza para la especie humana que habita en el mismo», ha apostillado el director.

El profesor de la universidad sevillana, por otra parte, ha hecho mención a «las políticas económicas que impulsan modelos productivos insostenibles desde el punto de vista medioambiental» y a las sociedades de consumo «de usar y tirar» como algunos de los principales factores en la generación de residuos.

COMPOSTAJE O VERMICOMPOSTAJE

A colación de la materia que aborda el curso que ha arrancado este jueves, Rosal ha querido hacer distinción entre compostaje y vermicompostaje: «El compostaje es un proceso bioxidativo aerobio y termófilo (Temperatura mayor a 45ºC) llevado a cabo por la microbiota presente en el material que, en condiciones óptimas de humedad (en torno al 55%) y con una concentración adecuada de oxígeno, permite la obtención de compost. Con este proceso se consigue aprovechar el contenido presente de materia orgánica y nutrientes, tales como nitrógeno, fósforo y potasio, del producto compost para su posterior aplicación como enmienda en suelos».

«En el caso del vermicompostaje, el proceso se lleva a cabo con la actuación de la microbiota presente y, además, con lombrices que se aportan al material que se está tratando y, por tanto, la presencia de estas obliga a que la temperatura óptima para el proceso esté en torno a los 20ºC y la humedad en torno al 85%», ha puntualizado el profesor.

El compostaje puede ser una solución para combatir la generación de residuos y está cada vez más extendido, ya que «son numerosos los casos de sistemas de compostaje implantados»; especialmente a escala «comunitaria y domiciliaria», aunque también en diversos municipios de distintas comunidades del Estado como «Madrid, Cataluña, Andalucía o Asturias».

Rosal ha explicado algunos consejos dirigidos a las personas que buscan incluir el compostaje en su vida diaria, los cuales se ofrecen en la formación: «Aquella persona que quiera aprovechar los residuos orgánicos que se generen en su domicilio o comunidad, los conocimientos que adquiere en cuanto a parámetros físico-químicos de control les permitirá plantear procesos a pequeña escala que conduzcan a un producto con aplicación agrícola».

«Profundizar en los conocimientos de este tipo de tratamientos permitirá que, a nivel individual, puedan de manera óptima aprovechar la fracción orgánica de los residuos que generen en sus domicilios», ha concluido.

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