Entrevista

“La inclusión es transversal, afecta a toda la comunidad universitaria”

Entrevistamos a María José Parejo Guzmán, la primera directora académica de Integración y Diversidad Funcional de la Universidad Pablo de Olavide

María José Parejo Guzmán, la primera directora académica de Integración y Diversidad Funcional
María José Parejo Guzmán, directora académica de Integración y Diversidad Funcional

María José Parejo Guzmán ha sido nombrada recientemente responsable de la Dirección Académica de Integración y Diversidad Funcional de la Universidad Pablo de Olavide. Vinculada a la UPO desde 1999, esta profesora de Derecho Eclesiástico del Estado, es también, desde el año 2008, coordinadora de Diversidad Funcional en la Facultad de Derecho.

Con una amplia trayectoria como docente, sus principales líneas de investigación, entre otras el derecho a la vida y la eutanasia, la libertad religiosa y la libertad de expresión y los delitos de odio por cuestiones religiosas y de género, las ha desarrollado en el seno de variados grupos de carácter interdisciplinar. Es autora de varias monografías, publicaciones en obras colectivas, así como de numerosos artículos publicados en revistas indexadas de su especialidad y de otras áreas de conocimiento afines. Algunas de sus investigaciones, de amplia difusión académica y profesional, han sido reconocidas con premios científicos de gran calado social.

Parejo, profesora titular de la UPO desde el año 2012, que asume esta responsabilidad con gran implicación personal, pone el foco en la transversalidad y en el acercamiento a las personas con diversidad funcional para lograr la plena inclusión en la institución universitaria.

¿Qué significa para usted ser directora académica de Integración y Diversidad funcional de la Universidad Pablo de Olavide?

Por una parte, un gran orgullo y satisfacción y, por otra, un bonito reto en el que espero poder poner mi granito de arena para ayudar, todo lo que esté en mi mano, a todas aquellas personas que necesiten de nuestro Servicio.

En nuestra Universidad, es la primera vez que se planifica y se crea una Dirección Académica como tal, para este ámbito de actuación, en el Vicerrectorado de Cultura y Políticas Sociales. Esto demuestra el gran apoyo y la decidida apuesta que ha hecho el nuevo equipo de Gobierno por la mejora de la atención a la diversidad funcional     en la Olavide.

¿En qué campos dentro de la integración y la diversidad funcional puede considerarse pionera la Universidad Pablo de Olavide?

Destacamos, después de años de mejora generales de la UPO, en muchos aspectos: la coordinación administrativa, la actitud de los docentes, la sensibilización de la comunidad universitaria, la accesibilidad del campus… Pero si tengo que destacar una actuación coordinada que ha sido un éxito y en la que somos pioneros es en la movilidad estudiantil del programa ERASMUS para personas con discapacidad. Pasamos en un curso de apenas tres estudiantes a trece estudiantes, gracias a la reserva de plazas para personas con discapacidad, el trabajo realizado desde el Servicio de Atención a la Diversidad Funcional (SADF) y la confianza de las familias.

También me gustaría señalar que el trato individualizado y las dimensiones del campus único hacen que la UPO sea única en la atención a la diversidad. En relación con la acreditación de idiomas, las adaptaciones en las pruebas para personas con un grado de discapacidad alto han sido un éxito. Igualmente, la creación de una normativa y procedimiento concreto para solicitar la exención de idioma para estudiantes con características muy concretas de discapacidad auditiva y un altísimo grado de discapacidad, sin posibilidad de adaptación, es una opción que no existe en otras universidades.

«Con una adecuada política de atención a la diversidad funcional y con la concienciación y ayuda de todos, aunque tengamos un presupuesto ajustado, podremos lograr que nuestra Universidad llegue a ser una Universidad totalmente inclusiva»

¿Cuáles son los principales proyectos en los que está trabajando actualmente la Universidad en el ámbito de la integración y la diversidad funcional?

Desde el Vicerrectorado de Cultura y Políticas Sociales, se van a impulsar nuevas medidas y se van a reforzar otras fundamentales.

En esta situación de pandemia, por ejemplo, las prácticas de los estudiantes con discapacidad son aún más difíciles de ajustar y de cumplir. De otra parte, también se hace más complicado lograr la satisfacción del centro de prácticas y del estudiante. Para ello, estamos ultimando en estos días la firma de un convenio con la Fundación Altavista con el que crearemos un marco de actuación y ejecución en el que los alumnos y titulados universitarios de la Olavide con discapacidad adquieran una formación plena a través del acceso a la realización de prácticas especializadas, que vengan así a completar su formación académica.

Reforzar y reorientar la colaboración con entidades que vienen colaborado con la UPO también es fundamental en nuestra opinión. En este sentido, por ejemplo, hemos mantenido recientemente una interesante reunión con la ONCE en el sentido de establecer un convenio concreto con un Plan de trabajo técnico ajustado a la realidad de nuestros estudiantes afiliados.

La atención individualizada y la cercanía a nuestros usuarios y usuarias va a seguir siendo un pilar fundamental de nuestro Servicio, a pesar del aumento de estudiantes y la dificultad del proceso de enseñanza y aprendizaje para determinados estudiantes con diversidad funcional. De hecho, no hace mucho, se procedió a reforzar el seguimiento de estudiantes con diagnósticos o situación de ansiedad, depresión, etc., para los cuales el ambiente de confinamiento y restricción de actuaciones que vivimos les afecta mucho personalmente.

La asociación de estudiantes con diversidad funcional en la UPO (capaces de todo), va a recibir todo el apoyo que esté en su mano por parte del Vicerrectorado de Cultura y Políticas Sociales para el desarrollo, por su parte, de todas las acciones y actividades que ellos y ellas estimen convenientes.

¿Tiene la UPO potencial para convertirse en una universidad cien por cien inclusiva?

Tiene mucha potencialidad y ello significa que, con una adecuada política de atención a la diversidad funcional y con la concienciación y ayuda de todos, aunque tengamos un presupuesto tan ajustado como el que tenemos, podremos lograr que nuestra Universidad, además de ser un campus físico y virtual, pueda llegar a ser una Universidad totalmente inclusiva.

La inclusión es transversal, afecta a toda la comunidad universitaria, baña a áreas como la docencia, la movilidad, la investigación, las infraestructuras, el CIC, matrículas, el servicio de idiomas, formación del PAS y del PDI, campus, espacios, etc., y, por supuesto, al propio Vicerrectorado de Cultura y Políticas Sociales y al Servicio de Atención a la Diversidad Funcional.

¿En qué sentido son clave la coordinación y sinergia entre la comunidad universitaria?

Son esenciales. Nuestro Servicio, en la UPO, es un servicio pequeño pero que está para la Universidad y digo bien, para toda la Universidad. Lo que hacemos hay que hacerlo de forma coordinada porque nos afecta a todos y todas y necesitamos ayuda y sensibilización de toda la comunidad universitaria.

Recientemente se ha celebrado el Día Mundial del Autismo, ¿cuáles son las acciones que desarrolla la institución con estudiantes autistas?

El diagnóstico de personas del espectro Autista ha aumentado en la última década. Las adaptaciones y las terapias realizadas en etapas preuniversitarias, así como el increíble trabajo desde las asociaciones, han hecho que muchos de estos estudiantes lleguen a las universidades públicas. Esto implica un programa y atención específicas para el SADF, para los propios estudiantes, para el profesorado y para el PAS. Una de las líneas de actuación que estamos iniciando es el tratar de firmar convenios de colaboración con la Administración Pública y con las dos principales asociaciones del mundo autista para mejorar la transición y atención de estos estudiantes del espectro Autista. Además, de otra parte, vamos a tratar de poner en valor la docencia y la implicación del profesorado con estos estudiantes, mediante medidas de reconocimiento de su labor docente en la atención a la diversidad funcional.

¿Cuáles son los principales retos en este campo?

Este colectivo, junto a otros como, por ejemplo, las personas sordo-ciegas o las personas con síndrome Down y, sobre todo, las personas gran dependientes, que necesitan un asistente personal, son los ámbitos de actuación más difíciles de afrontar para nuestra Universidad. Difíciles, me refiero, desde el punto de vista técnico, estructural y de espacios, docente y, sobre todo, desde el punto de vista económico.

Nuestro principal reto es la adquisición de recursos que nos permitan poder atender a estos colectivos dignamente. Está claro que no hay integración sin la normalización del entorno de estos colectivos. Para lograr una universidad accesible e integradora para estos colectivos tenemos diseñados los programas y actuaciones, pero necesitamos los recursos. Para ello, nos hemos reunido hace pocos días con el Director General de Personas con Discapacidad e Inclusión de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía y continuaremos haciéndolo, paulatinamente, con las entidades que corresponda para la obtención de financiación de estos recursos.

¿Y con aplicación de políticas transversales?

El reto, como ya señalaba anteriormente, es absolutamente transversal, puesto que requiere de actuaciones coordinadas de las distintas áreas administrativas, departamentos, espacios físicos y virtuales. Pero, sobre todo, para la integración de estos colectivos, el reto es personal, porque la actitud integradora se ha demostrado que se logra a través del contacto directo con personas con diversidad funcional y a través de la formación en herramientas de comprensión y comunicación adecuada hacia estos colectivos y solo así se podrá conseguir que estas personas se integren en la comunidad universitaria que las acoge.

13 Noviembre – 12:00h