Equivocarse para innovar
Por Mónica Edwards.
En una reciente entrevista Henry Chesbrough afirmaba que a menudo los mismos directivos que siempre hablan de innovación suelen ser los primeros en castigar el fracaso. Innovación es sinónimo de ÉXITO, y se pone como ejemplo a creativos como Steve Jobs, de Apple, y Jeff Bezos, de Amazon. Estos nombres parecen sonar muy lejos de palabras como riesgo y equivocación. No obstante, eso forma parte de la "historia oculta" de la innovación ya que, como sostiene el profesor en la Haas School of Business de la Universidad de California, Berkeley (EE UU), "sin fracaso no existe innovación". 
Para Henry Chesbrough hay que diferenciar entre fracaso y error. El fracaso es una consecuencia natural de experimentar, ayuda a aprender. Un error es repetir algo que ya se ha hecho antes y de lo que no se ha aprendido. En su opinión, para que los directivos abracen la innovación debemos castigar los errores y considerar la equivocación y el fracaso como parte del propio proceso de aprendizaje. 
Esto me hizo recordar unas frases de un autor anónimo que leí hace tiempo: 
Fracaso no significa 
que somos unos fracasados 
Significa que todavía 
no hemos tenido buen éxito. 
Fracaso no significa 
que no hemos logrado nada 
Significa que 
hemos aprendido algo. 
Fracaso no significa 
que hemos actuado como necios 
Significa que 
hemos tenido mucha fé. 
Fracaso no significa 
que hemos sufrido el descredito 
Significa que estuvimos 
dispuestos a probar. 
Fracaso no significa 
falta de la capacidad 
Significa que debemos 
hacer las cosas de distinta manera. 
Fracaso no significa 
que somos inferiores 
Significa que 
no somos perfectos. 
Fracaso no significa 
que hemos perdido nuestra vida 
Significa que tenemos 
buenas razones para empezar de nuevo. 
Fracaso no significa 
que debemos echarnos atrás 
Significa que tenemos 
que luchar con mayor ahínco. 
Fracaso no significa 
que jamás lograremos nuestras metas 
Significa que tardaremos 
un poco más en alcanzarlas.








