Desarrollan una técnica para mejorar la calidad del compost de los residuos sólidos urbanos
22 Oct 2012
Un grupo de científicos de la Universidad Pablo de Olavide ha desarrollado una técnica capaz de mejorar la calidad del compost que se obtiene a través del tratamiento de los residuos sólidos urbanos. Mediante el empleo de ácidos orgánicos, estos investigadores liderados por el profesor Antonio Rosal Raya han logrado reducir la concentración metálica en el compost obtenido tras el proceso del compostaje, el principal problema con el que se encuentran las plantas de tratamiento. Esta técnica supone un avance para el mejor aprovechamiento de los residuos generados por la actividad humana.
Según un informe elaborado por el Eurostat, cada español genera al año 535 kilos de residuos, frente a los 502 kilos de media europea. En nuestro país, la mayor parte de estos desechos (el 67 %) acaba en el vertedero o en la incineradora, lo que supone una tasa baja de aprovechamiento de los residuos sólidos urbanos. Estos datos contrastan con los presentados por otros países como Austria (30 %), Bélgica o Alemania (38 %), donde existe una política de reutilización de estos residuos, ya sea a través del reciclaje o del compost. Pese a todo, España ocupa la sexta posición en cuanto a tratamiento mediante compostaje, por delante de Francia, Alemania o Suiza.
El compostaje es la transformación de la materia orgánica en abono, a través de un proceso natural de descomposición aeróbica (con oxígeno) que llevan a cabo los microorganismos presentes. A nivel industrial, las plantas dedicadas a esta labor aprovechan residuos como los restos agrícolas, poda… y aceleran su degradación aplicando una frecuencia de riego y de aireación. Los recursos contenidos en los residuos sólidos urbanos, tales como carbono, nitrógeno, fósforo y otros micronutrientes, son también aprovechables si como tratamiento se lleva a cabo el compostaje. Sin embargo, la falta de una correcta separación selectiva en origen hace que la materia orgánica que llega a las plantas de tratamiento se encuentre mezclada con fracciones de residuos no orgánicos (concentradas en metales pesados), de tal manera que el producto final se presenta con elevados contenidos en metales como el cobre o el cinc, dos de los más problemáticos.
Como medida para mitigar esta situación, los científicos de la Pablo de Olavide están trabajando con la lixiviación química, una técnica que reduce la presencia de estos metales pesados empleando ácidos durante el compostaje. En concreto, estos expertos han comprobado que la aplicación de ácido cítrico, en determinadas concentraciones y durante el proceso, no afecta de manera adversa a la actividad microbiológica propia y además, disminuye la concentración metálica presente en el compost. “Con este proceso hemos conseguido que los protones que aportan los ácidos ocupen las posiciones donde los metales forman enlaces con la materia orgánica, de manera que el compost final sale con un nivel de contaminación significativamente menor”, apunta el investigador.
Futuro del compostaje
La presencia de metales pesados en los residuos sólidos urbanos genera, según señala Antonio Rosal, dos problemas principales. Por un lado, afecta a la calidad del producto final, lo que no sólo hace que disminuya su precio de venta, de por si bajo, sino que además la contaminación puede superar los límites fijados por ley y que, por esta razón, el producto obtenido acabe en el vertedero. Por otra parte, ya hay investigadores que apuestan por obtener compost de elevada calidad, que evite la acumulación de metales pesados en los suelos que, a medio-largo plazo, puede llegar a suponer un problema medioambiental.
El método desarrollado en la Pablo de Olavide aporta una solución a estas dos situaciones pero, como apunta el responsable del proyecto, su aplicación a nivel industrial es aún poco factible. “El problema es que añadir el ácido incrementa el coste del proceso. Se trata de aprovechar un residuo con el menor gasto posible pues, de por sí, actualmente la venta de compost no cubre el gasto económico del proceso”, afirma Rosal. Según señala este investigador, las plantas de compostaje no pueden permitirse ahora mismo invertir en este tipo de técnicas, “pero el sentido común llevará tarde o temprano a que se obtenga compost de calidad que posibilite el incremento de su venta y la reducción del contenido de residuos orgánicos que acaben en vertedero. Las normativas que actualmente se han aprobado y las que están en fase de borrador apuestan en este sentido”.
Fuente: DUPO