Vista detalle
Los dirigentes políticos potencian los lugares del peregrino para reafirmar su posición de poder, según historiadora
Experta afirma que toda la peregrinación que hay actualmente a Tierra Santa es la valorización económica y religiosa del mundo cristiano
Javier Almendro Delia - 25/08/2009
23 de Julio
La profesora de Historia Antigua de la Universidad Pablo de Olavide Elena Muñiz Grijalvo ha asegurado, en el marco del Curso de Verano de la UPO ‘Jerusalén: La ciudad, el mito’, que los lugares del peregrino son potenciados por el poder político para reafirmar su posición de poder en el ámbito religioso, económico y social, pues “el poder político se apoya en la simbología de estos lugares del peregrino”, ha recalcado la experta.
La profesora de Historia Antigua, que ha participado en una mesa redonda sobre ‘Los lugares del peregrino’, ha destacado que los lugares del peregrino surgieron a partir del siglo IV por el “enorme interés” que tienen desde el punto de vista político. Así fue a partir del emperador Constantino cuando, tras una etapa de muchas guerras, se empiezan a buscar los lugares sagrados que estaban perdidos en la memoria y sepultados por templos paganos.
En palabras de Elena Muñiz, “Constantino y el obispo en aquella época de Jerusalén, Macario, desentierran, construyen y gastan dinero a manos llenas para poner en valor estos lugares del peregrino que son símbolo de la Iglesia cristiana”.
Pues, como ha explicado la experta, Jerusalén fue destruida en el año 135 aproximadamente en época del emperador Adriano, en esta fecha se desmantelaron todos los lugares sagrados del cristianismo y el Santo Sepulcro fue tapado por el nuevo templo que construyó Adriano en honor de la diosa Afrodita. “Pero esta situación cambió a partir del siglo IV, cuando el emperador Constantino y el obispo Macario iniciaron una época de recuperación de los lugares sagrados del cristianismo”, ha recalcado.
A partir de este momento surgieron una serie de sitios que se han mantenido hasta hoy día como centros de la peregrinación cristiana y que son el Santo Sepulcro, la cruz de Cristo, el Gólgota, los olivos en los que rezaba Cristo o la Basílica de la Navitividad. En este sentido, como ha destacado Elena Muñiz, “toda la peregrinación que hay a Tierra Santa supone una valorización económica y religiosa para los dirigentes de la Iglesia cristiana”.
Esta valorización económica no sólo se hace desde el cristianismo sino también desde el islamismo y el judaísmo, pues como ha indicado la historiadora “hoy día hay una moda por enterrarse en Jerusalén y los judíos de Estados Unidos pagan cifras astronómicas para ello”.